Aquí también hay buen material de foro-hemeroteca, y buscando Suarez en el buscador del foro salen tropelías para leer hasta que os entre sueño, si lo de que el equipo esté tan mal clasificado os lo quita.
¿Deporte o empresa?
Dice Bill Gates que «Está bien celebrar el éxito pero es más importante prestar atención a las lecciones del fracaso». La verdad es que se podrían escribir varios tomos de una enciclopedia de autoayuda con citas como esta. Lo peor de estas frases es que son tan de sentido común, que no deberían estar recogidas en ningún tratado de este tipo. Y esto precisamente es lo que le pasa a Carlos Suárez, que no aprende de los errores. No digo que a mi tocayo le falte el sentido común, todo lo contrario. Digo que actúa más impulsado por las prisas que por la razón.
El pasado martes en rueda de prensa vuelve a recordarnos lo que se está jugando y vuelve a quitar legitimidad a las críticas porque fue él quien dio el paso de intentar sacar el equipo adelante y no ninguno de los trescientos mil habitantes de la ciudad.
Querido Carlos: si de verdad quieres sacar el equipo adelante, lo primero que debes de hacer es dejar de pensar en lo que te estás jugando. Quizá dejar de ver el Real Valladolid como un negocio y verlo como un club deportivo sea el primer paso. Cuando el aspecto económico es más importante que el deportivo, el fracaso es la primera parada de ese tren.
No sé si hay modelos de gestión de clubes deportivos, pero si los hubiera, seguro que hay un modelo llamado «Modelo Florentino Pérez». Y ese es el modelo que sigues, Carlos. En las contraindicaciones de ese modelo el primer punto dice: no válido para equipos en precaria situación económica (en realidad se ha comprobado que ese modelo no sirve ni en equipos ricos).
Hay muchos espejos en los que mirarse. Equipos que han estado en nuestra situación con anterioridad y han salido. Desde 2004 hemos estado siete años en segunda división. Siete años de urgencias donde la planificación deportiva a medio o largo plazo no ha existido. Hemos escuchado a Djukic en mayo decir que cinco jugadores del filial estarían en la primera plantilla la temporada siguiente y en septiembre ninguno de los cinco estaba en el club.
Carlos, doy por buena, porque es verdad, tu frase del martes diciendo que te equivocas porque el club está vivo. Pero a los socios nos molesta que te pongas por delante del club, que lo importante sea tu patrimonio y no el futuro del club. Ahora vas a tener que hacer de la necesidad virtud, pero como no se ha planificado antes me temo que la travesía por el desierto va a ser larga.
Iutuf escribió:Sí, la prensa ésta que nos ha tocado alterna el humo con las críticas a la afición. Hoy tocaba humo. En verano Charly hablará del modelo de la Real Sociedad y el Celta o el Villareal y Deportivo de nuevo, da igual todo, aquí no va a cambiar nada.
«El año es de suspenso pero nos salvaremos»
- Se cumplen quince años desde que Carlos Suárez llegó a Zorrilla como vicepresidente ejecutivo
- «La próxima temporada cambiaremos de modelo con fichajes de Segunda por más años»
11 de mayo de 2001. Un joven ejecutivo de 33 años recién cumplidos llamado Carlos Suárez aterriza en las oficinas del José Zorrilla. Llega para arreglar las cuentas tras la ominosa era Lewin. Un solo año de éste como presidente ha provocado un agujero de casi 60 millones. Marcos Fernández y sus hijos dejaron al periodista un club con deuda cero, aunque a costa de vender jugadores al final de cada ejercicio.
Tres lustros después, Suárez no ha cercenado la deuda de la entidad, pero la ha hecho suya. Primero como presidente y después además como accionista mayoritario. Ahora vive sus momentos más convulsos. Deportivos y económicos, porque lo uno lleva a lo otro.
El equipo se asoma al acantilado por el que se cae a Segunda B. Nunca estuvo tan mal el Real Valladolid bajo su mando. El descenso supondría la desaparición de un club que ya no podría hacer frente a sus pagos tras salir del concurso de acreedores. Una realidad que el presidente no quiere ni plantearse.
«No puedo permitirme el lujo de pensar en eso. Mi mensaje es positivo porque sencillamente no me planteo esa situación. Creo que el balance de esta temporada es de suspenso absoluto, porque había un equipo diseñado para subir, pero nos salvaremos. Hay que pensar en ganar al Albacete y acabar con dignidad la temporada dando un poco de ilusión a la gente», indica Suárez a este diario.
¿A qué se debe este descalabro? El presidente lo analiza. «El equipo empezó mal pero luego hubo un cambio. Con Portugal se hicieron 35 puntos en 21 partidos. La media era de puesto de promoción segura y casi de ascenso directo. En Miranda se da la oportunidad de ganar y ponerse tercero».
«No sólo se pierde -agrega- sino que el equipo cae con estrépito y llega la actual racha de 2 puntos de 21. Por alguna razón el equipo se ha desconectado, ha perdido la posibilidad de subir y está haciendo un final muy deficiente. Ni dan la medida ni parecen jugadores de nivel para la categoría. No entiendo esa diferencia entre pelear el tercer puesto y estar en la zona baja».
Pero hay que profundizar. ¿Cuáles cree que han sido las causas del bajón? «Hay jugadores que no están dando ni mucho menos su justo nivel. Tienen calidad para mucho más y es injusto para la afición y el club, pero también para ellos. Tenían nivel para ascender».
Pero una realidad se abre paso a martillazos. 16 de 23 jugadores finalizan contrato. Una caja de bombas en un vestuario sin objetivos de triunfo. «Se comenta mucho esto, pero la media por equipo en Segunda de jugadores que acaban contrato está entre diez y doce. El problema de esta categoría es que no se puede hacer contratos más largos si tienes aspiraciones, porque en Primera buscas otro nivel de futbolista». Y puntualiza sobre el particular. «Cuando uno es profesional, da igual un contrato de un año que de cinco».
Informado de que hay futbolistas cuyos agentes les buscan la vida desde hace meses, responde así: «Quiero creer que un jugador que finaliza contrato intenta hacer el mejor año de su vida para que haya más equipos que quieran ficharlo». A no ser que tenga todo hablado y cerrado con su nuevo destino. «Parto de la base de la honradez. No me planteo que alguien tenga algo firmado y deje de trabajar».
Tres entrenadores. Un año más que atípico. ¿Le ha decepcionado en especial alguno? «Me guardo la respuesta». Es muy posible que ésta sea Portugal. El mismo técnico que encumbró al equipo permitió que se le fuera de las manos y el vestuario se convirtiese en un charco de ranas.
Algo de lo que se quiere huir la próxima temporada. «Cambiará la planificación. En vez de traer a gente de Primera por unos meses, se harán contratos por varios años a jugadores destacados de Segunda. Dejaremos de vivir por el objetivo a corto plazo y consolidar un proyecto por más tiempo».
BRAULIO «Su trabajo es muy bueno, seguirá hasta que quiera»
Suárez salta como un resorte cuando se le habla de Braulio. Su fracaso con tres entrenadores (Rubi, Garitano y Portugal) y con la plantilla de esta temporada pasa a segundo plano.
«Una cosa es la planificación y otra los resultados. Si el equipo se hubiera puesto tercero en Miranda, la planificación sería buenísima. Como se cayó con estrépito, es malísima. Su trabajo es muy bueno y han venido jugadores que nadie creía posible. Seguirá hasta que quiera. Ni su trabajo ni el mío dependen de que la pelotita entre al final», asegura vehemente.
Pero en fútbol todo depende de la pelotita. Y si son muchas las veces que no entra en una portería y sí en la otra, hay responsabilidades.
«También depende del entrenador. Igual la plantilla no está mal hecha». ¿Y quién elige al técnico? «No hemos fichado entrenadores malos sino que no se ha asimilado su forma de trabajo».
GESTIÓN «Este año daremos dos millones de beneficios»
Las críticas sobre el presidente y dueño también arrecian. Un equipo que desde 1980 hasta su llegada sólo estuvo un año en Segunda, lleva con él siete... y con ilusión de que sean ocho. «Tengo ascensos, descensos, cagadas y aciertos, pero llevo quince años y el club sigue vivo, cuando nadie quería comprarlo. Llegué con una deuda de casi 60 millones y gente llevaba siete meses sin cobrar. Hoy todo el mundo cobra puntualmente y, si lográramos el ascenso, en dos años habría liquidado la deuda. Esta temporada, con todo lo pasado, daremos dos millones de beneficios. Y llevamos cuatro ejercicios con números negros».
«Cuando era empleado me hubiese gustado que hubieran venido, aunque sólo fuera para echarme, gente con la ilusión y las ganas que he puesto. Entiendo los palos, pero conmigo el equipo ha estado ocho años en Primera y siete en Segunda», apostilla.