Es que estamos muertos. Tienes en el campo a jugadores con un nombre y un caché que tienes que frotarte los ojos dos veces para comprobar que son, efectivamente, ellos mismos, porque no parecen ni sus sombras.
Yo aquí veo un problema claro de táctica, no sé qué coño está trabajando Pacheta pero en el campo no se ve nada de nada. Porque hay un problema físico también, y claro, pero coño, si jugaras a lo que quieres jugar y te pillaran al final porque no llegas, vale. Pero es que somos un desastre táctico desde el minuto uno. No se ve una idea, no se ve un objetivo, no se sabe a qué queremos jugar.
Lo malo es que, como no nos demos prisa en ponernos las pilas, se nos puede ir el caballo.