togodumno escribió: Y la culpa, amor1995eterno, vuelvo a repetirlo, es de los ciudadanos y ciudadanas de Valladolid, que sabiendo perfectamente que es un fascista filofranquista y ahora, también, filonazi, y sabiendo que, además, es un corrupto, le han elegido cuatro veces. Cuatro.
Perfecto togodumno. Perfecto.
Respecto al tema de las responsabilidades del Ayuntamiento, es evidente que quien autoriza las manifestaciones y envía a los perros del orden a la custodia es la Subdelegación del Gobierno. Sin embargo, todos sabemos, todos, la alargada sombra del alcalde de la ciudad, que constantemente actúa como si la ciudad fuese su cortijo. Ya se han puesto ejemplos muy claros, como el lamentable show de la hoguera de San Juan en 2000, donde en las puertas del Siglo XXI, un alcalde sentado en el Teatro Calderón, ordenó la carga desde el móvil a la Policía Local, la cual, no tiene competencias para disolver este tipo de actos por la fuerza. Para ello, el Estado tiene otros instrumentos, que finalmente tuvieron que intervenir ante el despropósito de actuación de la Policía Local, con escudos y elementos disuasorios de juguete y nada menos que con chalecos reflectantes en una intervención nocturna.
Y así, multitud de actuaciones y provocaciones que una vez tras otra se suceden en esta ciudad totalmente desmovilizada desde todos sus ámbitos, con una voz civil apagada, una oposición política e institucional nula, unos medios de comunicación que son fanzines del poder y una justicia impotente, que una y otra vez dicta sentencias contrarias a las decisiones de la alcaldía pero que no tiene instrumentos legales para inhabilitar a un señor que acumula las sentencias contrarias con total impunidad, sentencias, que dicho sea, carecen de efecto cuando la actuación para la reposición de la situación previa al delito no tiene efecto.
Y así es esta ciudad en 2008. Cartón piedra, como dice un amigo mío, silencio cómplice y gris, muy gris. Gris cenizo.
Con este caldo de cultivo, es normal que estos sujetos nazis encuentren en Valladolid un oasis de paz y tranquilidad y campen a sus anchas.
Y una cosa hemos de reconocer TOD@S. En este caso, la culpa no es sólo del alcalde, vamos a hacer autocrítica y replantearnos porqué pasa esto en nuestra ciudad desde nuestra responsabilidad. La ciudad esta noche debería estar en estado de sitio y no por los perros del estado, ni por las decenas de nazis que se pasearán impunemente. Por una acción directa, activa, organizada, sin protagonismos y con un único objetivo: a por ellos.
Anoche, en un espectacular programa sobre Gijón en la SER, con Angels Barceló, Candido y Morala dejaban claro que sin las movilizaciones de trabajadores, que se tuvieron que endurecer a costa de gasolina, fuego, tornillería y pólvora por la presión del Estado, la reconversión industrial de Asturias, habría dejado Gijón como un solar, y hoy, más de 20 años después, se hace el balance de que se tuvo a los gobiernos a raya y desde la fuerza se pudo negociar.
Pues bien, con este ejemplo, que cada uno saque sus conclusiones. Esta ciudad está muerta y se deja hacer.
Y lo peor, es que esto no siempre ha sido así, pero la respuesta ciudadana de esta ciudad ha quedado anulada entre unos y otros.