Desde luego los hay más papistas que el papa.
Qué tendrá que ver, digo yo, que la niña crea en Dios o en los extraterrestres de Raticulín para que interprete un papel en una obra de teatro. O es que los actores tienen que identificarse por pelotas con el personaje que interpretan. Vamos, que para interpretar el personaje de Hitler tienen que elegir a alguien que tenga ganas de invadir Polonia o de buscar a un judío para darle dos hostias. Y para interpretar a Zeus, pues nada, a buscar a un niño de 8 años, que tenga barba blanca, que vaya en minifalda al cole, que hable griego y que realmente se crea ser el padre de todas las criaturas y dioses de la tierra. Por favor...
Y digo yo que qué tendrá que ver el hecho de que la escuela pública tenga que ser laica (y cuando digo escuela digo la propia enseñanza, el aula y la manera en que se imparte - no olvidemos que la enseñanza es obligatoria e imperativa para todos - y que por lo tanto, ningún símbolo religioso tiene cabida en ella) para que ofrezca actividades extraescolares (optativas y por lo tanto voluntarias) del tipo que sea, ya sea una representación de un Belén en Navidad o un fragmento de El Imperio Contraataca. O es que ser laico implica ser antirreligioso. No, no. La religión cristiana (o la que sea) es parte de la cultura no ya española sino mundial y no veo qué tiene de malo representar una obra sobre el Belén. Es más, veo más coherente y más correcto interpretar un Belén, que forma parte directa de la cultura española, que alguna gilipollez incluyendo a Papá Noel, a sus puñeteros elfos o a sus detestables renos que nunca jamás han tenido nada que ver con España. Por poner un ejemplo típico de estas fechas.
Saludos