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Woody Allen recibe en Valladolid la Espiga de Honor de la Seminci
El cineasta clausura la jornada con un concierto frente al Ayuntamiento

AGENCIAS - Valladolid - 29/12/2008

Woody Allen ha recibido este lunes la Espiga de Honor de la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), cuyo patronato decidió hace unas semanas aprovechar su visita para rendirle homenaje. A pesar de haber considerado en alguna ocasión que los premios no sirven para mucho -en 1977 decidió no asistir a la gala de los Oscar- el cineasta ha recibido la condecoración de manos del alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, con un "gran honor", al considerar que es un festival europeo "de categoría".

Angulo ha señalado que le "encantaría" que el director de películas como Manhattan y Annie Hall profundizara su conocimiento de la Seminici y de todo Valladolid, pero que no será fácil por la "apretada agenda del cineasta".

En este punto, el director ha adelantado que el Patronato de la Seminci se reunirá el mismo 29 de diciembre para hacer una valoración de la 53 edición y para presentar el diseño de la del año 2009, para la que espera encontrar patrocinadores a fin de "descargar" a la administración local, a lo que añadió que, espera que antes de que acabe el año, se pueda firman un convenio con la Cátedra de Cine.

"Y ahora tengo que tocar", ha espetado el director para poner fin al breve paréntesis que ha reconocido su trayectoria cinematográfica, antes de ofrecer un recital en el Ayuntamiento de la ciudad.
Allen, el músico

Allen (Nueva York, 1935), ataviado con sus características gafas negras de pasta, camisa azul y pantalones de pana, ha desenfudado su clarinete para acompañar al resto de la banda en el escenario del teatro vallisoletano.

Alrededor de 1.000 personas han presenciado el recital, protagonizado por diferentes piezas versionadas de jazz clásico, por el que el hasta hoy cuatro veces ganador de un Oscar empezó a sentirse atraído en su más temprana adolescencia, cuando la música, el cine, el deporte y el humor encabezaban sus aficiones.

Sobre el escenario han actuado, además de Allen, el batería John Gill, el pianista Conal Fowlkes, el trompetista Simon Wettenhall, el contrabajo Gregory Cohen y el trombón Jerry Zigmont, todos ellos dirigidos por el intérprete del banjo, Eddy Davis.

Con una evidente compenetración y afinidad musical y personal con el resto de la orquesta, el director de filmes como La rosa púrpura de El Cairo (1985) y la oscarizada Annie Hall (1977), absorto por el sonido, ha acompañado su toque del instrumento de viento con ligeros contoneos de sus pies al compás de una música que abarca desfiles y canciones populares.

Como en un local de Luisiana

La luz, unas veces clara y otras más íntima y mimetizada con la melodía, ha permitido a los asistentes trasladarse durante cerca de dos horas a la Luisiana más profunda, como si de un local de principios del siglo XX se tratase, cuando empezó a desarrollarse el jazz en la comunidad afroamericana de esa zona de Estados Unidos.

El también actor, guionista y escritor y Premio Príncipe de Asturias de las Artes se alió con la New Orleans Jazz Band en 1972, con la que empezó a ofrecer recitales en el desaparecido Michael's Pub de Manhattan, para pasar después al Hotel Carlyle de la misma ciudad, que todavía sirve de escenario habitual de sus conciertos.

Fue en 1996 cuando Allen y el resto del equipo musical visitaron por primera vez un escenario español, poco antes de que Venecia sirviera de escenario nupcial para el cineasta y Soon-Yi, la hija adoptiva de la que fuera su pareja sentimental durante doce años, la actriz Mia Farrow.

Como ya reflejó en su película Días de radio (1987), en la que retrataba su infancia a través de la música jazz, ahora, Allen Stewart, como en verdad se llama, continúa usando su clarinete para desnudar su madurez por todo el mundo, especialmente en Europa, donde siempre ha alcanzado más popularidad que en su propio país.

No obstante, entre sus próximos proyectos cinematográficos se encuentra el dirigir una película sobre alguna figura del jazz, como Louis Amstrong.

La gira de esta banda de jazz por España continuará este martes en Granada y después seguirá por Murcia, Palma de Mallorca y Pamplona, entre otras ciudades.

http://www.elpais.com/articulo/cultura/Woody/Allen/recibe/Valladolid/Espiga/Honor/Seminci/elpepucul/20081229elpepucul_9/Tes

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«Y ahora... tengo que tocar»
Woody Allen destaca al recoger la Espiga de Honor de la Seminci que los directores a los que descubrió la Seminci como Truffaut o Bergman «fueron mis maestros»
30.12.08 -
A. C.
| VALLADOLID

Con Woody Allen nunca se sabe si se ha convertido en personaje de sí mismo o ese aire de despiste es un comodín que usa para guarecerse del protocolo público, cuando este no le interesa, le supera o está a otra cosa. Ayer rompió una de sus normas y estaba a dos cosas a la vez: su clarinete le esperaba en el escenario del Teatro Calderón, pero antes tuvo que subir a recoger la Espiga de Honor que le concedió la Semana Internacional de Cine (Seminci).

Andaba todo el mundo nervioso en los aledaños del Salón de los Espejos del teatro hasta que apareció un Woody Allen, tan descamisado como ausente. Frente a una nube de cámaras y periodistas, se dejó conducir hacia un atril en el que esperaban el alcalde de Valladolid, Javier León de la Riva, y el director de la Seminci, Javier Angulo. Por el camino, se quedaron con un palmo los siete miembros del Patronato del Festival, que le esperaban en posición de firmes para estrecharle la mano. No pareció un desagravio sino más bien, un ejemplo del habitual guirigay protocoalario de la Seminci, al que se sumó la aversión del director a estos actos.

En el acto en sí, Javier Angulo recordó que el Festival de Valladolid «siempre se ha vanagloriado de defender el cine de autor», en el que, lógicamente, «el director es la estrella». Allen pareció despertar levemente cuando oyó a Angulo citar los nombres de Bergman, Truffaut, Antonioni, cuyo cine creció con la Seminci. Angulo introdujo al neoyorquino en esta nómina calificándole de «autor por excelencia», y «grande del cine por encima de modas o el megamárketin de Hollywood».

El alcalde de la ciudad, Javier León de la Riva, remachó los halagos recordándole a Allen que se suma a la nómina de Espigas de Honor que abrió el pasado año Sofía Loren.

Quedaba la duda de si, aparte de posar pacientemente para los fotógrafos, el galardonado despegaría los labios. Y lo hizo con un breve parlamento de agradecimiento en el que recordó que «esos directores (en referencia a las citas de Angulo) fueron mis modelos cuando empezé en el cine». Por último, admitió que «una de las dimensiones de hacer cine es ser reconocido por los grandes festivales» (aunque no aclaró si incluía a la Seminci en esa nómina). «Y ahora... tengo que tocar», dijo a modo de despedida.

Estrellas de cine

Con este galardón, Woody Allen (Nueva York, 1935) se suma al selecto grupo que abrió el pasado año Sofía Loren y al que se han añadido este año Elías Querejeta y Carmen Maura. No se puede decir que el genial director que ha elevado a la ciudad de los rascacielos a la categoría de personaje fílmico tenga una relación muy estrecha con la Seminci, a pesar de que ha reconocido en alguna ocasión que sigue el festival. Su única presencia se remonta a la selección de su película 'Anything else' para clausurar (fuera de concurso) la edición del 2003.
'Acordes y desacuerdos', la película en la que recrea la vida del músico 'de los ocho dedos', Django Reinhardt, es quizás la que más aúna su doble faceta de cineasta y músico. Ayer dejó que los 'acordes' de los halagos por su carrera tras la cámara inspiraran su no tan exitosa variante musical. Los expertos admiten que es tan bueno tocando el clarinete, como lo pueda ser Bill Clinton con el saxo.


http://www.nortecastilla.es/20081230/cultura//ahora-tengo-tocar-20081230.html

¿Alquien lo vio?

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tocar no, pero estábamos por allí y le vimos entrar al Teatro. Actúa muy bien.

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