Mediapunta en la reserva
Víctor reconoce su «extrañeza» por no contar en los últimos dos partidos, pero cree que Mendilibar «no tira piedras contra su propio tejado»
27 de enero de 2009
ARTURO POSADA.-
Víctor vive semanas de ostracismo. De titular habitual ha pasado a rumiar su suplencia en el banquillo, de donde no ha salido ni para calentar en los dos últimos partidos. Es decir, por unas u otras razones Víctor ha estado en las convocatorias, pero no ha tenido opciones reales de saltar al campo. Y el mediapunta reconoce su extrañeza, aunque asume públicamente la decisión de José Luis Mendilibar. «Me extraña no calentar y pasar de jugar todo a no jugar nada, pero es el míster el que ve los partidos y el que decide quién juega y quién no. Yo sólo puedo trabajar, estoy para sumar, entrenar fuerte y ponérselo difícil. Otra cosa no puedo hacer», expone Víctor con elegancia.
El mediapunta extremeño jugó su último encuentro de Liga en el campo del Sporting. Salió como titular en la delantera (formando pareja con Canobbio) y fue sustituido en el minuto 37, dentro de la reordenación que se vio obligado a efectuar Mendilibar tras la expulsión de Alberto Marcos. Desde entonces, no ha vuelto a disputar un segundo y se ha quedado estancado en los mil minutos exactos durante esta temporada.
El paso de titular habitual a suplente (o incluso a la grada) no resulta infrecuente en las decisiones de José Luis Mendilibar, pero eso no evita que puedan dispararse las especulaciones. ¿Acaso se ha estropeado la relación entre Víctor y su técnico? No lo parece, a tenor de las declaraciones del propio futbolista. «Mi relación con Mendilibar es buena, tenemos un trato de entrenador-jugador. No soy suelo tener amistad con los técnicos, pero no hay ninguna pega. Al revés: él se ha portado muy bien conmigo, ha confiado en mí y creo que lo hace todavía. No creo que él tampoco tenga ninguna pega».
Víctor posee oficio dentro del campo y fuera de él, y aunque le fastidie no jugar (como a cualquier futbolista, por otra parte) sabe que no debe enturbiar el delicado ecosistema del vestuario ni lanzar invectivas públicas. «Tengo una edad en la que no estoy para restar ni para poner piedras. Debo sumar y tratar de que el equipo se mantenga en Primera. Cuando llegas a una edad, piensas más en el equipo que en el plano individual».
Víctor pasó por el quirófano en pretemporada y aquella intervención frenó su inclusión en las primeras alineaciones. «Me costó coger el ritmo. Ahora, sin embargo, me he encontrado muy bien en los últimos partidos que he jugado. En dos encuentros que hemos perdido yo me he ido del campo antes de que nos marcaran los goles decisivos, cuando íbamos igualados en el marcador. Aquí somos once sobre el campo y las cosas no marchaban bien. Había que cambiar algo y me ha tocado a mí».
Víctor sabe que Mendilibar «no va a tirar piedras contra su propio tejado». «Verá mejor a otros. Fabián [Canobbio] juega en mi posición y es un futbolista que nos puede dar muchísimo. No puedo decir que tengo que jugar yo porque él es un gran futbolista».
Aunque en los dos últimos choques haya sido un mediapunta en la reserva, Víctor no piensa en la retirada inminente. A sus 34 años, considera que aún le quedan tardes de buen fútbol. «No será este año», anuncia. «Me encuentro bien y aunque escucho críticas de que no estoy para jugar 90 minutos no me veo por debajo de ningún compañero. Espero seguir aquí, en el equipo y en la ciudad de mi vida».
Para lograrlo, Víctor apuesta por volver a la titularidad de la única manera posible. «El único problema que quiero crear al míster es que vea que me entreno a tope».
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