El cazatalentos
Actualizado: 04/03/2009 | 09:50
Por: Eduardo Torrico
Ese incesante trasiego de gentes que tiene el fútbol hace que en no pocas ocasiones pierdas la pista de algunos curiosos personajes. Te los supones definitivamente desaparecidos, pero cuando menos te lo esperas te los encuentras donde menos te lo esperas. Muchos de ellos tienen un instinto de supervivencia prodigioso: han podido ser una calamidad en el desempeño de sus cargos, pero siempre se las apañan para engañar a alguien y para seguir chupando del bote.
Había perdido la pista de Ramón Martínez, responsable que fue durante infinidad de años de la cantera del Real Madrid. Me lo encuentro ahora, posando ante las cámaras junto al nuevo entrenador del Celta de Vigo, Eusebio Sacristán, y me entero de que es el director deportivo del club gallego. Así ya me explico todo. Es decir, así ya me explico cómo un club histórico como el Celta está a un paso del descenso a Segunda División B.
Ramón Martínez lleva poco más de año y medio en el Celta, y por el banquillo de Balaídos ya han pasado en ese lapso Hristo Stoichkov, Juan Ramón López Caro, Antonio Lopez, Alejandro Menéndez, Pepe Murcia y, ahora, Eusebio. Seis entrenadores en dieciocho meses no está nada mál. Da una media de un entrenador por trimestre. Ellos deben de ser los culpables de que el equipo vigués vaya tan mal. Por supuesto, nada de culpa tiene el director deportivo, que es el que los trae y después los echa. Él siempre lo hace todo bien. Y si algún día descubren que no lo hace todo bien y que es una auténtica calamidad, pues lo echarán, seguro, pero ya se las apañará para engañar a alguien y para seguir chupando del bote.
Y, se preguntarán ustedes, ¿qué le ha habrá hecho el pobre Martínez a Torrico? Personalmente, nada. Le conozco desde hace casi treinta años, de cuando era el gerente del Valladolid a las órdenes de esa auténtico genio de presidente que fue Gonzalo Alonso, y jamás tuve el más mínimo roce con él. Pero, después de ser gerente, se metió a ser director deportivo y allá por donde ha pasado no ha vuelto a crecer la hierba. Pero líos ha habido un montón, sobre todo cada vez que hacía algún fichaje o algún traspaso y aparecía en la opeación un amigo suyo llamado Santiago Llorente.
Martínez estaba en el Barcelona y un buen día Ramón Mendoza decidió ficharlo. Fue lo mejor que le ha pasado nunca al Barcelona: nada más irse él, el equipo azulgrana ganó cuatro Ligas seguidas y una Champions. Nada más llegar él al Real Madrid, empezó la decadencia de la Quinta del Buitre y uno de los periodos más negros en la trayectoria deportiva del club blanco. Eso sí, del Barcelona se trabajo bajo el brazo a ese auténtico fenómeno del centro del campo llamado Luis Milla, célebre en el mundo entero porque jamás dio un pasé de más de metro y medio.
Tras varias idas y venidas, Martínez fue nombrado máximo responsable de la cantera del Real Madrid. Sus dotes como cazatalentos están fuera de toda duda: desde que él llegó al cargo y hasta el momento presente, el único jugador de la cantera blanca que ha sido titular en el primer equipo ha sido Iker Casillas. Como las comparaciones son odiosas, no recordaré aquí los nombres de los jugadores que en el mismo periodo han salido de la cantera del Barcelona y que han sido o son titulares en el equipo azulgrana.
La cantera del Real Madrid, desde el Castilla hasta el último equipo, sufre todavía las consecuencias de la nefasta gestión de Martínez, a quien, con un contrato millonario y blindado, no había forma de despedir. No sé cuánto tiempo habrá de pasar hasta superar ese cataclismo y hasta que la cantera empiece a dar algún fruto apetecible. Lo que sí sé es que el Celta tiene muchas opciones de jugar en Segunda B la próxima temporada.
http://www.defensacentral.com/opinion/23984/Eduardo-Torrico-Ramon-Martinez-Celta-de-Vigo
Actualizado: 04/03/2009 | 09:50
Por: Eduardo Torrico
Ese incesante trasiego de gentes que tiene el fútbol hace que en no pocas ocasiones pierdas la pista de algunos curiosos personajes. Te los supones definitivamente desaparecidos, pero cuando menos te lo esperas te los encuentras donde menos te lo esperas. Muchos de ellos tienen un instinto de supervivencia prodigioso: han podido ser una calamidad en el desempeño de sus cargos, pero siempre se las apañan para engañar a alguien y para seguir chupando del bote.
Había perdido la pista de Ramón Martínez, responsable que fue durante infinidad de años de la cantera del Real Madrid. Me lo encuentro ahora, posando ante las cámaras junto al nuevo entrenador del Celta de Vigo, Eusebio Sacristán, y me entero de que es el director deportivo del club gallego. Así ya me explico todo. Es decir, así ya me explico cómo un club histórico como el Celta está a un paso del descenso a Segunda División B.
Ramón Martínez lleva poco más de año y medio en el Celta, y por el banquillo de Balaídos ya han pasado en ese lapso Hristo Stoichkov, Juan Ramón López Caro, Antonio Lopez, Alejandro Menéndez, Pepe Murcia y, ahora, Eusebio. Seis entrenadores en dieciocho meses no está nada mál. Da una media de un entrenador por trimestre. Ellos deben de ser los culpables de que el equipo vigués vaya tan mal. Por supuesto, nada de culpa tiene el director deportivo, que es el que los trae y después los echa. Él siempre lo hace todo bien. Y si algún día descubren que no lo hace todo bien y que es una auténtica calamidad, pues lo echarán, seguro, pero ya se las apañará para engañar a alguien y para seguir chupando del bote.
Y, se preguntarán ustedes, ¿qué le ha habrá hecho el pobre Martínez a Torrico? Personalmente, nada. Le conozco desde hace casi treinta años, de cuando era el gerente del Valladolid a las órdenes de esa auténtico genio de presidente que fue Gonzalo Alonso, y jamás tuve el más mínimo roce con él. Pero, después de ser gerente, se metió a ser director deportivo y allá por donde ha pasado no ha vuelto a crecer la hierba. Pero líos ha habido un montón, sobre todo cada vez que hacía algún fichaje o algún traspaso y aparecía en la opeación un amigo suyo llamado Santiago Llorente.
Martínez estaba en el Barcelona y un buen día Ramón Mendoza decidió ficharlo. Fue lo mejor que le ha pasado nunca al Barcelona: nada más irse él, el equipo azulgrana ganó cuatro Ligas seguidas y una Champions. Nada más llegar él al Real Madrid, empezó la decadencia de la Quinta del Buitre y uno de los periodos más negros en la trayectoria deportiva del club blanco. Eso sí, del Barcelona se trabajo bajo el brazo a ese auténtico fenómeno del centro del campo llamado Luis Milla, célebre en el mundo entero porque jamás dio un pasé de más de metro y medio.
Tras varias idas y venidas, Martínez fue nombrado máximo responsable de la cantera del Real Madrid. Sus dotes como cazatalentos están fuera de toda duda: desde que él llegó al cargo y hasta el momento presente, el único jugador de la cantera blanca que ha sido titular en el primer equipo ha sido Iker Casillas. Como las comparaciones son odiosas, no recordaré aquí los nombres de los jugadores que en el mismo periodo han salido de la cantera del Barcelona y que han sido o son titulares en el equipo azulgrana.
La cantera del Real Madrid, desde el Castilla hasta el último equipo, sufre todavía las consecuencias de la nefasta gestión de Martínez, a quien, con un contrato millonario y blindado, no había forma de despedir. No sé cuánto tiempo habrá de pasar hasta superar ese cataclismo y hasta que la cantera empiece a dar algún fruto apetecible. Lo que sí sé es que el Celta tiene muchas opciones de jugar en Segunda B la próxima temporada.
http://www.defensacentral.com/opinion/23984/Eduardo-Torrico-Ramon-Martinez-Celta-de-Vigo