reflexión sobre préstamo de libros en bibliotecas públicas
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>
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> Fecha: domingo, 1 febrero, 2009 8:39
>
> Se pretende obligar a las bibliotecas públicas a pagar 20 céntimos por
> cada libro prestado en concepto de canon para 'resarcir' a los autores.
> Mientras la gente de a pie apenas llega a fin de mes, los ya millonarios
> se forran a cuenta nuestra. No consientas tamaño atentado contra la
> cultura y pasa este mensaje a todos tus amigos.
>
> POR EL PLACER DE LA LECTURA:
> La SGA (Sociedad General de Autores) ataca de nuevo.
> Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor.
>
>
> POR LA LECTURA
>
> Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un
> Maestro Nacional llamado D. Justo G.. Escudero Lezamit. A punto de
> jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no
> tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía
> su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con
> libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus
> 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo
> cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la
> semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.
>
> Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo
> madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho
> cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón
> exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al
> principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de
> guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato
> mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por
> ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran
> quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo.
> Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban
> y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de
> que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres
> que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una
> joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después
> descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia . La biblioteca de
> atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias
> tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por
> iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado
> cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con
> largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer
> a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que
> el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a
> la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus
> usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades
> que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos
> pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su
> labor en favor del libro.
>
> Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón
> bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de
> pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada
> libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los
> autores del desgaste del préstamo.
>
> Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una
> suma es porque:
>
> a) obtiene algo a cambio.
> b) es objeto de una sanción.
>
> Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la
> adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por
> cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y
> fomentar la lectura?
>
> Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso
> dejaron de cobrar por el libro?.. ¿Se les leerá menos por ser lecturas
> prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como
> cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se
> quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos
> leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me
> lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la
> difusión de mi obra.
>
> Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de
> autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en
> diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
>
> ¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!
>
> José Luis Sampedro
>
> Si estas de acuerdo, pásalo. Por el placer de la lectura.
>
>
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> Fecha: domingo, 1 febrero, 2009 8:39
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> Se pretende obligar a las bibliotecas públicas a pagar 20 céntimos por
> cada libro prestado en concepto de canon para 'resarcir' a los autores.
> Mientras la gente de a pie apenas llega a fin de mes, los ya millonarios
> se forran a cuenta nuestra. No consientas tamaño atentado contra la
> cultura y pasa este mensaje a todos tus amigos.
>
> POR EL PLACER DE LA LECTURA:
> La SGA (Sociedad General de Autores) ataca de nuevo.
> Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor.
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> POR LA LECTURA
>
> Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un
> Maestro Nacional llamado D. Justo G.. Escudero Lezamit. A punto de
> jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no
> tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía
> su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con
> libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus
> 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo
> cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la
> semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May.
>
> Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo
> madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho
> cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón
> exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al
> principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de
> guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato
> mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por
> ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran
> quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo.
> Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban
> y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de
> que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres
> que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una
> joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después
> descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia . La biblioteca de
> atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias
> tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por
> iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado
> cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con
> largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer
> a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que
> el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a
> la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus
> usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades
> que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos
> pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su
> labor en favor del libro.
>
> Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón
> bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de
> pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada
> libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los
> autores del desgaste del préstamo.
>
> Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una
> suma es porque:
>
> a) obtiene algo a cambio.
> b) es objeto de una sanción.
>
> Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la
> adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por
> cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y
> fomentar la lectura?
>
> Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso
> dejaron de cobrar por el libro?.. ¿Se les leerá menos por ser lecturas
> prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como
> cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se
> quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos
> leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me
> lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la
> difusión de mi obra.
>
> Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de
> autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en
> diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña.
>
> ¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS!
>
> José Luis Sampedro
>
> Si estas de acuerdo, pásalo. Por el placer de la lectura.