Estoy un poco alejado de las noticias locales y por eso no se si es esta es una noticia que ya ha tenido mucha o poca trascendencia pero el caso es que me ha llamado mucho la atención aunque al final la cosa haya acabado bien.
Me parece despreciable que haya empresarios que sean tan rastreros. Este cabrón (porque no se le puede llamar de otra manera) de la Autoescuela Valentín ha debido de readmitirla en cuanto se ha hecho eco la prensa para no tener mala publicidad que dañe a la imágen de su negocio. Seguro que ahora intentará aparecer como víctima de la despedida...
Aqui van las noticias
Embarazada y sin trabajo
Una autoescuela prescinde de una empleada fija días después de que ésta comunicara a su jefe que espera un hijo
Si su jefe no hubiera sido consciente de que Almudena Pérez Díez estaba embarazada, el Tribunal Constitucional podría dictaminar que su despido es nulo, ya que así lo ha hecho en ocasiones precedentes. En este caso, ella informó a su empleador, propietario de la Autoescuela Valentín, de que esperaba un hijo, y lo hizo una semana después de confirmar su estado. Un mes después, éste le espetó la carta de despido, «donde firmé que no estaba de acuerdo con ello», asegura la futura mamá. Una coincidencia que a pocos se les escapa.
En el 2007, Almudena Pérez, de 26 años, entró a formar parte de la plantilla de este grupo de seis autoescuelas como administrativa en sus instalaciones de la localidad de Cigales, donde ella reside. «Estaba trabajando como fija desde el 5 de octubre del 2007 como auxiliar administrativo. El 7 de junio del 2008 me casé con mi novio. Llegó el embarazo y se lo comuniqué a mi jefe. Al mes siguiente, el 27 de febrero del 2009, me dice que le dé las llaves y que ni siquiera vaya a trabajar por la tarde, entregándome la carta de despido. Era viernes a última hora de la mañana y ni siquiera pude despedirme de mis compañeros», relata Almudena Pérez. La causa alegada por la empresa para justificar el hecho de prescindir de la futura mamá fue «la baja productividad de la escuela de Cigales, motivada por la falta de alumnos en la autoescuela». Un descenso en las matrículas que no niega la despedida, pero «la autoescuela ahí sigue, abierta. Además, yo no soy la que menos tiempo llevaba en el mismo puesto en la empresa, tengo coche y no veo ningún problema en desplazarme a otra autoescuela en Valladolid».
Almudena Pérez no entiende cómo se llegó a esta situación. «Cuando le conté que me encontraba embarazada me dijo: Pues bien. Además, aquel viernes me dijo que me despedía, pero que estaría de vacaciones, antes de hacerse efectiva la rescisión del contrato, hasta el 15 de marzo. A día de hoy, ni siquiera he cobrado esos quince días del mes de marzo».
El día 8 de abril se vieron las caras en un acto de conciliación mal avenido. «Yo pedí el despido nulo y él se negó, a pesar de que me indemnizó con 1.245,94 euros por mi año y medio trabajado. Como si me mereciese la pena tal cantidad por perder mi puesto de empleo...», lamenta. Por este motivo, se vio obligada a presentar una denuncia ante el Juzgado de lo Social. Hasta donde tiene conocimiento, ella ha sido la única víctima laboral de esa merma de matrículas en la autoescuela Valentín.
«Los compañeros de la autoescuela apenas sabían nada, he sido yo la que se lo he comunicado a alguno de ellos según me los he encontrado por la calle». «Mi marido y yo estamos metidos en una hipoteca y en el pago de un coche y ahora estoy sin ingresos. No cobro paro porque si me readmitieran en la empresa, algo que, según mi abogada, es de sentido común que así sea, tendría que devolver lo cobrado. Así que estamos tirando de los ahorros. Estamos en crisis total, aunque menos mal que los padres también ayudan un poco...». Una situación nada fácil, más aún teniendo en cuenta que en agosto está previsto que nazca su primera hija y en un momento en el que conseguir un empleo es más complicado que antes por la actual situación de crisis económica. «Me tranquiliza saber que mi abogada asegura que tengo las de ganar. Despidiéndome a mí, habiendo gente que lleva menos tiempo, sin cerrar la autoescuela a pesar de la merma de matrículas... Además, creo que en marzo acababa el contrato de una compañera y ha sido renovada. Encima yo tengo cargas familiares. Ahora mismo estoy de 27 semanas. ¿Cómo iba yo a imaginar esta reacción? Ni siquiera lo pensé después de contárselo por su actitud amable».
Si Almudena fuese readmitida, la empresa debería pagarle los meses que ha estado sin ocupación e incorporarla de nuevo a su puesto de trabajo. ¿Una situación complicada, volver de donde la han echado? «Hombre... Pero después de lo que me han hecho, soy lo suficientemente fuerte como para retomar mi empleo», dice con la esperanza de que así sea. Ahora Almudena y su marido y, aunque aún no es consciente, su futuro bebé, esperan que la justicia les dé la razón el 14 de julio, día en el que se celebrará el juicio por el despido. Este diario intentó hablar con Agustín Fraile, jefe de la Autoescuela Valentín, quien no se puso en contacto para explicar los porqués del despido de Almudena Pérez.
Me parece despreciable que haya empresarios que sean tan rastreros. Este cabrón (porque no se le puede llamar de otra manera) de la Autoescuela Valentín ha debido de readmitirla en cuanto se ha hecho eco la prensa para no tener mala publicidad que dañe a la imágen de su negocio. Seguro que ahora intentará aparecer como víctima de la despedida...
Aqui van las noticias
Embarazada y sin trabajo
Una autoescuela prescinde de una empleada fija días después de que ésta comunicara a su jefe que espera un hijo
Si su jefe no hubiera sido consciente de que Almudena Pérez Díez estaba embarazada, el Tribunal Constitucional podría dictaminar que su despido es nulo, ya que así lo ha hecho en ocasiones precedentes. En este caso, ella informó a su empleador, propietario de la Autoescuela Valentín, de que esperaba un hijo, y lo hizo una semana después de confirmar su estado. Un mes después, éste le espetó la carta de despido, «donde firmé que no estaba de acuerdo con ello», asegura la futura mamá. Una coincidencia que a pocos se les escapa.
En el 2007, Almudena Pérez, de 26 años, entró a formar parte de la plantilla de este grupo de seis autoescuelas como administrativa en sus instalaciones de la localidad de Cigales, donde ella reside. «Estaba trabajando como fija desde el 5 de octubre del 2007 como auxiliar administrativo. El 7 de junio del 2008 me casé con mi novio. Llegó el embarazo y se lo comuniqué a mi jefe. Al mes siguiente, el 27 de febrero del 2009, me dice que le dé las llaves y que ni siquiera vaya a trabajar por la tarde, entregándome la carta de despido. Era viernes a última hora de la mañana y ni siquiera pude despedirme de mis compañeros», relata Almudena Pérez. La causa alegada por la empresa para justificar el hecho de prescindir de la futura mamá fue «la baja productividad de la escuela de Cigales, motivada por la falta de alumnos en la autoescuela». Un descenso en las matrículas que no niega la despedida, pero «la autoescuela ahí sigue, abierta. Además, yo no soy la que menos tiempo llevaba en el mismo puesto en la empresa, tengo coche y no veo ningún problema en desplazarme a otra autoescuela en Valladolid».
Almudena Pérez no entiende cómo se llegó a esta situación. «Cuando le conté que me encontraba embarazada me dijo: Pues bien. Además, aquel viernes me dijo que me despedía, pero que estaría de vacaciones, antes de hacerse efectiva la rescisión del contrato, hasta el 15 de marzo. A día de hoy, ni siquiera he cobrado esos quince días del mes de marzo».
El día 8 de abril se vieron las caras en un acto de conciliación mal avenido. «Yo pedí el despido nulo y él se negó, a pesar de que me indemnizó con 1.245,94 euros por mi año y medio trabajado. Como si me mereciese la pena tal cantidad por perder mi puesto de empleo...», lamenta. Por este motivo, se vio obligada a presentar una denuncia ante el Juzgado de lo Social. Hasta donde tiene conocimiento, ella ha sido la única víctima laboral de esa merma de matrículas en la autoescuela Valentín.
«Los compañeros de la autoescuela apenas sabían nada, he sido yo la que se lo he comunicado a alguno de ellos según me los he encontrado por la calle». «Mi marido y yo estamos metidos en una hipoteca y en el pago de un coche y ahora estoy sin ingresos. No cobro paro porque si me readmitieran en la empresa, algo que, según mi abogada, es de sentido común que así sea, tendría que devolver lo cobrado. Así que estamos tirando de los ahorros. Estamos en crisis total, aunque menos mal que los padres también ayudan un poco...». Una situación nada fácil, más aún teniendo en cuenta que en agosto está previsto que nazca su primera hija y en un momento en el que conseguir un empleo es más complicado que antes por la actual situación de crisis económica. «Me tranquiliza saber que mi abogada asegura que tengo las de ganar. Despidiéndome a mí, habiendo gente que lleva menos tiempo, sin cerrar la autoescuela a pesar de la merma de matrículas... Además, creo que en marzo acababa el contrato de una compañera y ha sido renovada. Encima yo tengo cargas familiares. Ahora mismo estoy de 27 semanas. ¿Cómo iba yo a imaginar esta reacción? Ni siquiera lo pensé después de contárselo por su actitud amable».
Si Almudena fuese readmitida, la empresa debería pagarle los meses que ha estado sin ocupación e incorporarla de nuevo a su puesto de trabajo. ¿Una situación complicada, volver de donde la han echado? «Hombre... Pero después de lo que me han hecho, soy lo suficientemente fuerte como para retomar mi empleo», dice con la esperanza de que así sea. Ahora Almudena y su marido y, aunque aún no es consciente, su futuro bebé, esperan que la justicia les dé la razón el 14 de julio, día en el que se celebrará el juicio por el despido. Este diario intentó hablar con Agustín Fraile, jefe de la Autoescuela Valentín, quien no se puso en contacto para explicar los porqués del despido de Almudena Pérez.