Mujeres en la melé
El equipo de rugby femenino Las Moreras nace con la intención de consolidarse en el mundillo del balón oval y llegar a participar en una Liga que ahora no existe
05.10.09 - ALFREDO J. GÓMEZ | VALLADOLID
Thessa llegó del brazo de su marido y entrenador Craig Lyons Cansadas de ser simples espectadoras en los partidos de los dos equipos vallisoletanos de División de Honor, un grupo de mujeres ha decidido dar un paso adelante y crear el Rugby Moreras femenino, con la intención de llegar a participar en el futuro en una Liga en Castilla y León. Han comenzado a entrenar con la máxima ilusión y desprenden en su actitud el compromiso y todos los valores de los que se nutre un deporte como el rugby, luchar hasta la última gota de sudor en el campo y amistad inquebrantable fuera de él.
Todas ellas hacen un llamamiento a las chicas de Valladolid para que se unan y participen en un proyecto que nace por el amor al deporte.
María Morán Núñez tiene 40 años y es la capitana del equipo. «Comencé en el rugby con treinta años, y no empecé antes no por falta de ganas, sino porque no había equipo femenino. Por tradición familiar (mi tío y mis primos) he aprendido a amar este deporte y los valores que infunde. Hoy en día y a mi edad, soy madre, tengo una hija de casi cinco años, y quiero darle a mi hija la oportunidad de poder elegir. Elegir este deporte como forma de vida; con errores y aciertos, muchos, nos hace ser más personas. Me siento parte de la familia del rugby, y espero que esta me sienta como componente suyo».
En cuanto al equipo y sus compañeras dice que «que somos un grupo de féminas dispuestas a luchar por salir adelante, que no somos una panda de locas, bueno locas quizá sí, pero por este deporte, y no queremos ser meras espectadoras, queremos participar, en esta ciudad que es la capital del rugby y que tantos éxitos le ha dado no hay un equipo femenino que nos represente. Ni decir tiene que la selección española femenina ha hecho una labor encomiable, ojalá algún día alguna de nuestras chicas pueda formar parte de esa selección».
La capitana del equipo también quiere hacer un llamamiento «a la Federación Española, a la de Castilla y León y a las instituciones de nuestra ciudad y comunidad para que apoyen este proyecto».
La neozelandesa Tessa Lyons llegó a Valladolid junto a su marido, el jugador 'chamizo' Craig Lyons, que además es el entrenador del Rugby Las Moreras. «Me junté con el equipo Moreras por que quería hacer algún deporte. Cuando llegué aquí, a Valladolid el año pasado, no encontré ningún equipo de 'football' ni hockey, que son los deportes que normalmente hago, vi en un foro de rugby que había un equipo femenino de rugby y me fui a entrenar con ellas. Estoy muy contenta con lo que hice, porque allí encontré más que un equipo de rugby y ahora tengo un montón de nuevas amigas y experiencias. El rugby es un deporte que todo el mundo juega en Nueva Zelanda, entonces para mi no es algo muy fuera de lo normal que haya un equipo femenino de rugby. Espero que el equipo tenga la oportunidad de jugar algunos partidos durante la temporada, y que
un día haya una Liga para nosotras en Castilla y León».
Marion Trumel tiene 23 años, es francesa y llegó a Valladolid con una beca Erasmus. «Empecé a jugar al rugby hace poco con el equipo de Las Moreras. Para mi el rugby no solo es un deporte, sino una forma de aprender el espíritu de equipo y valores. Soy muy aficionada del rugby, ya que mi padre fue jugador y entrenador y crecí en el mundo de los partidos y del tercer tiempo».
La benjamina del grupo es Marina Pérez Alonso, quien con sólo 14 años ya juega al rugby desde alevines en el Quesos. «Juego de segunda línea y soy la única chica de mi equipo (el Quesos Entrepinares) y además juego con el equipo femenino de Las Moreras. Mi afición al rugby empezó desde pequeña, iba con mi padre los domingos a Pepe Rojo a ver al Quesos y también iban jugadores al colegio a enseñarnos las reglas de juego, como se pasa el balón, como placar, etc y claro, conocía a todos de verles jugar los domingos. El rugby me gusta porque es un deporte de equipo, ya sé que hay muchos más, futbol, baloncesto, etc. pero en este deporte si no ayudan todos, los partidos no los ganas y los entrenos no sirven de nada».
Para Esther Mediavilla, en su primera temporada jugando considera que «el rugby siempre me ha atraído como deporte y ¡nunca es tarde para empezar!»
María Capa Martínez asegura que su relación con el rugby es familiar. «Mi padre jugó al rugby y un primo pequeño ha empezado a practicarlo hace poco. En el último año he pasado bastante tiempo viendo sus entrenamientos y torneos, además de los de El Salvador. Por ello, después de 13 años jugando al baloncesto y desde hace casi dos siendo una espectadora deportiva, cuando surgió la opción formar parte de un equipo femenino de rugby, decidí probar. Y la verdad es que la experiencia está resultando muy positiva. El rugby tiene algo especial y engancha a quien se acerca. En el equipo hay un ambiente muy bueno y estamos aprendiendo mucho, especialmente las que nunca habíamos practicado este deporte».
En cuanto a la reacción de su entorno al conocer que juega al rugby dice que «generalmente es de sorpresa, especialmente, creo, por el hecho de que seamos chicas las que lo jugamos. Pero creo que se debe en parte a que la gente, en general, no conoce demasiado este deporte, sobre el que se piensa primero en golpes, más que en la complejidad del juego. En conclusión, he comprobado que el rugby me gusta mucho, me encuentro cómoda jugando y me divierto, aunque evidentemente me queda mucho por aprender. Y creo que es positiva la existencia de un equipo de rugby femenino en una ciudad de tradición rugbística, pero donde no había ninguno».
Madre e hija
Anabel Sanz Cao afirma que está en el equipo «por mi madre. Ella ya había jugado antes y me convenció para subir a probar un entrenamiento. Había probado muchos deportes y ninguno me había convencido, hasta que probé el rugby. Es muy divertido. Lo recomiendo».
Su madre Fina Cao Campillo jugó hace años en el C.D.U. y luego en El Salvador. «Me gusta el rugby porque en este deporte la unión del equipo es muy fuerte y es la base del juego».
Para Verónica García, una de mis aficiones es el deporte «y me encanta practicarlo, pero ya estaba un poco aburrida de hacerlo por cuenta libre o acudiendo al gimnasio que es lo mas habitual sobre todo para las mujeres. Por lo tanto cuando me entere de tener una oportunidad como esta, de poder realizarlo en forma de equipo no quise perdérmela. Me informó un compañero de trabajo, quien me animó a probarlo y de momento sigo con muchas ganas e ilusiones y cada día más».
Considera que no es fácil mantener y crear un equipo. «Es necesario poner interés. De lo que cada día me doy cuenta es de todo lo que te llega aportar, ya que conoces gente nuevas haces amigos, te fomenta valores a niveles personales y el ambiente que tenemos es fantástico, como se dice un deporte muy noble. Nos apoyamos las unas a las otras y nos respetamos, pudiendo cada día dar un poco mas y exigirnos las unas a las otras pero siempre teniendo en cuenta las posibilidades de cada una».
Verónica juega «de flanker o también de segundo centro, aunque no llevo mucho tiempo practicando el deporte creo que he puesto bastante de mi parte y gracias al apoyo de mis compañeras y a los entrenamientos más o menos me pongo a su nivel. Ganas e interés no me han faltado ninguna. Nuestro mayor reto es poder seguir manteniendo este equipo y sacarlo adelante».
María Martín también llegó al rugby por tradición familiar. «Mi hermano jugaba desde pequeño en El Salvador así que se puede decir que fue gracias a él. Después mis amigos siempre han estado relacionados al rugby... primero con el CDU y ahora con Las Moreras. Se puede decir que tengo una larga trayectoria como espectadora y ahora una pequeña de jugadora».
Lo que más la gusta del rugby es «que es un deporte que trasmite compañerismo, esa sensación de equipo-amigos da igual de donde seas o como seas siempre eres bien recibido. En lo concerniente al juego quizás parece y lo es de mucho contacto pero a la vez existe un gran respeto hacia los contrarios, es vibrante y siempre entretenido, intervienen la velocidad, la fuerza, la resistencia, la estrategia y la destreza no se puede pedir más a un deporte».
Después de hacer deporte durante toda su vida, en especial el atletismo, Iciar Martínez Herrero matiza que «a los 16 años lo dejé por motivos de estudios y ahora gracias a mi primo Jaime Armiño y María Martín se me presenta la oportunidad de jugar al rugby. Es un deporte que siempre me ha encantado (he visto jugar a primos, amigos..etc), así que lo he vivido de cerca desde bien pequeña. Es una nueva experiencia, la cual empiezo con ganas e ilusión».
Virginia Martín Adeva, normalmente juega de pilier. «Mi vida con el rugby se cruzó cuando apenas tenía 15 años, lo descubrí en unas jornadas que hacía El Salvador por los institutos. Me resultó curioso, probé y desde ese momento hasta casi 6 años después estuvo muy ligado a mi vida. He de resaltar que para mí ha sido más que un deporte».
http://www.nortecastilla.es/20091005/deportes/mas_rugby/mujeres-mele-20091005.html
El equipo de rugby femenino Las Moreras nace con la intención de consolidarse en el mundillo del balón oval y llegar a participar en una Liga que ahora no existe
05.10.09 - ALFREDO J. GÓMEZ | VALLADOLID
Thessa llegó del brazo de su marido y entrenador Craig Lyons Cansadas de ser simples espectadoras en los partidos de los dos equipos vallisoletanos de División de Honor, un grupo de mujeres ha decidido dar un paso adelante y crear el Rugby Moreras femenino, con la intención de llegar a participar en el futuro en una Liga en Castilla y León. Han comenzado a entrenar con la máxima ilusión y desprenden en su actitud el compromiso y todos los valores de los que se nutre un deporte como el rugby, luchar hasta la última gota de sudor en el campo y amistad inquebrantable fuera de él.
Todas ellas hacen un llamamiento a las chicas de Valladolid para que se unan y participen en un proyecto que nace por el amor al deporte.
María Morán Núñez tiene 40 años y es la capitana del equipo. «Comencé en el rugby con treinta años, y no empecé antes no por falta de ganas, sino porque no había equipo femenino. Por tradición familiar (mi tío y mis primos) he aprendido a amar este deporte y los valores que infunde. Hoy en día y a mi edad, soy madre, tengo una hija de casi cinco años, y quiero darle a mi hija la oportunidad de poder elegir. Elegir este deporte como forma de vida; con errores y aciertos, muchos, nos hace ser más personas. Me siento parte de la familia del rugby, y espero que esta me sienta como componente suyo».
En cuanto al equipo y sus compañeras dice que «que somos un grupo de féminas dispuestas a luchar por salir adelante, que no somos una panda de locas, bueno locas quizá sí, pero por este deporte, y no queremos ser meras espectadoras, queremos participar, en esta ciudad que es la capital del rugby y que tantos éxitos le ha dado no hay un equipo femenino que nos represente. Ni decir tiene que la selección española femenina ha hecho una labor encomiable, ojalá algún día alguna de nuestras chicas pueda formar parte de esa selección».
La capitana del equipo también quiere hacer un llamamiento «a la Federación Española, a la de Castilla y León y a las instituciones de nuestra ciudad y comunidad para que apoyen este proyecto».
La neozelandesa Tessa Lyons llegó a Valladolid junto a su marido, el jugador 'chamizo' Craig Lyons, que además es el entrenador del Rugby Las Moreras. «Me junté con el equipo Moreras por que quería hacer algún deporte. Cuando llegué aquí, a Valladolid el año pasado, no encontré ningún equipo de 'football' ni hockey, que son los deportes que normalmente hago, vi en un foro de rugby que había un equipo femenino de rugby y me fui a entrenar con ellas. Estoy muy contenta con lo que hice, porque allí encontré más que un equipo de rugby y ahora tengo un montón de nuevas amigas y experiencias. El rugby es un deporte que todo el mundo juega en Nueva Zelanda, entonces para mi no es algo muy fuera de lo normal que haya un equipo femenino de rugby. Espero que el equipo tenga la oportunidad de jugar algunos partidos durante la temporada, y que
un día haya una Liga para nosotras en Castilla y León».
Marion Trumel tiene 23 años, es francesa y llegó a Valladolid con una beca Erasmus. «Empecé a jugar al rugby hace poco con el equipo de Las Moreras. Para mi el rugby no solo es un deporte, sino una forma de aprender el espíritu de equipo y valores. Soy muy aficionada del rugby, ya que mi padre fue jugador y entrenador y crecí en el mundo de los partidos y del tercer tiempo».
La benjamina del grupo es Marina Pérez Alonso, quien con sólo 14 años ya juega al rugby desde alevines en el Quesos. «Juego de segunda línea y soy la única chica de mi equipo (el Quesos Entrepinares) y además juego con el equipo femenino de Las Moreras. Mi afición al rugby empezó desde pequeña, iba con mi padre los domingos a Pepe Rojo a ver al Quesos y también iban jugadores al colegio a enseñarnos las reglas de juego, como se pasa el balón, como placar, etc y claro, conocía a todos de verles jugar los domingos. El rugby me gusta porque es un deporte de equipo, ya sé que hay muchos más, futbol, baloncesto, etc. pero en este deporte si no ayudan todos, los partidos no los ganas y los entrenos no sirven de nada».
Para Esther Mediavilla, en su primera temporada jugando considera que «el rugby siempre me ha atraído como deporte y ¡nunca es tarde para empezar!»
María Capa Martínez asegura que su relación con el rugby es familiar. «Mi padre jugó al rugby y un primo pequeño ha empezado a practicarlo hace poco. En el último año he pasado bastante tiempo viendo sus entrenamientos y torneos, además de los de El Salvador. Por ello, después de 13 años jugando al baloncesto y desde hace casi dos siendo una espectadora deportiva, cuando surgió la opción formar parte de un equipo femenino de rugby, decidí probar. Y la verdad es que la experiencia está resultando muy positiva. El rugby tiene algo especial y engancha a quien se acerca. En el equipo hay un ambiente muy bueno y estamos aprendiendo mucho, especialmente las que nunca habíamos practicado este deporte».
En cuanto a la reacción de su entorno al conocer que juega al rugby dice que «generalmente es de sorpresa, especialmente, creo, por el hecho de que seamos chicas las que lo jugamos. Pero creo que se debe en parte a que la gente, en general, no conoce demasiado este deporte, sobre el que se piensa primero en golpes, más que en la complejidad del juego. En conclusión, he comprobado que el rugby me gusta mucho, me encuentro cómoda jugando y me divierto, aunque evidentemente me queda mucho por aprender. Y creo que es positiva la existencia de un equipo de rugby femenino en una ciudad de tradición rugbística, pero donde no había ninguno».
Madre e hija
Anabel Sanz Cao afirma que está en el equipo «por mi madre. Ella ya había jugado antes y me convenció para subir a probar un entrenamiento. Había probado muchos deportes y ninguno me había convencido, hasta que probé el rugby. Es muy divertido. Lo recomiendo».
Su madre Fina Cao Campillo jugó hace años en el C.D.U. y luego en El Salvador. «Me gusta el rugby porque en este deporte la unión del equipo es muy fuerte y es la base del juego».
Para Verónica García, una de mis aficiones es el deporte «y me encanta practicarlo, pero ya estaba un poco aburrida de hacerlo por cuenta libre o acudiendo al gimnasio que es lo mas habitual sobre todo para las mujeres. Por lo tanto cuando me entere de tener una oportunidad como esta, de poder realizarlo en forma de equipo no quise perdérmela. Me informó un compañero de trabajo, quien me animó a probarlo y de momento sigo con muchas ganas e ilusiones y cada día más».
Considera que no es fácil mantener y crear un equipo. «Es necesario poner interés. De lo que cada día me doy cuenta es de todo lo que te llega aportar, ya que conoces gente nuevas haces amigos, te fomenta valores a niveles personales y el ambiente que tenemos es fantástico, como se dice un deporte muy noble. Nos apoyamos las unas a las otras y nos respetamos, pudiendo cada día dar un poco mas y exigirnos las unas a las otras pero siempre teniendo en cuenta las posibilidades de cada una».
Verónica juega «de flanker o también de segundo centro, aunque no llevo mucho tiempo practicando el deporte creo que he puesto bastante de mi parte y gracias al apoyo de mis compañeras y a los entrenamientos más o menos me pongo a su nivel. Ganas e interés no me han faltado ninguna. Nuestro mayor reto es poder seguir manteniendo este equipo y sacarlo adelante».
María Martín también llegó al rugby por tradición familiar. «Mi hermano jugaba desde pequeño en El Salvador así que se puede decir que fue gracias a él. Después mis amigos siempre han estado relacionados al rugby... primero con el CDU y ahora con Las Moreras. Se puede decir que tengo una larga trayectoria como espectadora y ahora una pequeña de jugadora».
Lo que más la gusta del rugby es «que es un deporte que trasmite compañerismo, esa sensación de equipo-amigos da igual de donde seas o como seas siempre eres bien recibido. En lo concerniente al juego quizás parece y lo es de mucho contacto pero a la vez existe un gran respeto hacia los contrarios, es vibrante y siempre entretenido, intervienen la velocidad, la fuerza, la resistencia, la estrategia y la destreza no se puede pedir más a un deporte».
Después de hacer deporte durante toda su vida, en especial el atletismo, Iciar Martínez Herrero matiza que «a los 16 años lo dejé por motivos de estudios y ahora gracias a mi primo Jaime Armiño y María Martín se me presenta la oportunidad de jugar al rugby. Es un deporte que siempre me ha encantado (he visto jugar a primos, amigos..etc), así que lo he vivido de cerca desde bien pequeña. Es una nueva experiencia, la cual empiezo con ganas e ilusión».
Virginia Martín Adeva, normalmente juega de pilier. «Mi vida con el rugby se cruzó cuando apenas tenía 15 años, lo descubrí en unas jornadas que hacía El Salvador por los institutos. Me resultó curioso, probé y desde ese momento hasta casi 6 años después estuvo muy ligado a mi vida. He de resaltar que para mí ha sido más que un deporte».
http://www.nortecastilla.es/20091005/deportes/mas_rugby/mujeres-mele-20091005.html