ECHEMOS CUENTAS: SIN BIN
Vuelve la sección "echemos cuentas" donde desde Balón Oval intentamos analizar la situación actual del rugby español, los problemas en los que está inmernso y las posibles soluciones a los mismos.
Esta vez, el equipo de redacción de Balón Oval ha querido ir un poco más allá y analizarlo desde la base, desde donde nace este deporte: En los vestuarios, con las opiniones de jugadores que son los que sienten y padecen las dificultades del Rugby. Ni que decir tiene, que muchos de los jugadores que nos han contestado, tienen contrato en vigor con clubes de División de Honor, y militan en la selección española, por lo tanto este medio, y por expreso deseo de los participantes, mantendrá en el anonimato a los mismos, muy a nuestro pesar, ya que ello evidencia, otro de los problemas que los jugadores tienen, y es que como decían antiguamente, "el que se mueve no sale en la foto" (sic).
Debido a la multitud de información que hemos recibido, estructuraremos este artículo en dos partes. La primera será una crítica a la situación actual del rugby español: los defectos, las lagunas, los errores del pasado y del presente, de instituciones y los diferentes agentes del rugby que participan, en unos casos, del mismo y en otros deciden su futuro.
Ni que decir tiene que este medio no se ha alineado nunca con ninguna institución del rugby español, ni con ningun agente que participe directa o indirectamente del mismo. Se ha criticado siempre con respeto y se han propuesto soluciones y esta vez no iba a ser diferente.
Empecemos por el momento deportivo del rugby español. Quizás el estancamiento es el mejor calificativo que podemos darle al mismo. Y si miramos atrás todos hemos podido ver algún cambio, que queda en la mera anécdota si vemos la evolución en otros paises de nuestro entorno a los que yo les llamo el Segundo Tren. Ni que decir tiene que Rumanía, Georgia y Portugal que son a día de hoy los rivales a batir tanto para el Campeonato de Europa como para la clasificación del mundial, tienen ya en vías de desarrollo un proyecto sobre el Rugby tanto con unas miras deportivas como organizativas. Georgia y Rumanía van en la cabeza de este Segundo Tren y Portugal, que hasta hace poco estaba por debajo de nuestro nivel cosa que no se puede decir en la actualidad, ha tomado nota y desde el punto de vista técnico-deportivo, busca una preparación parecida a las dos anteriores.
Estos meses se enfrentarán en el caso de Portugal a Namibia, Argentina A y Tonga, y en el caso de Georgia y Rumanía a los mejores países del Hemisferio Sur. Pero España lo único que hace es convocarse una semana en Madrid para preparar los partidos internacionales. Insuficiente, Señor Mandado. Y si es verdad que es por decisión del cuerpo técnico, quizás lo que se tiene que hacer mirar es quién toma esas decisiones, si las debe seguir tomando, y si tienen realmente un rigor técnico obedecen a una falta de presupuesto para hacer otra preparación, ¿o es que a España le viene mejor concentrarse una semana con Umaga en Madrid, mientras el resto de nuestros competidores aprenden de los mejores? A día de hoy este medio sólo ha podido oir del Ged Glynn, actual seleccionador español, un decepcionante y pobre “no estoy preparado para contestar eso” a la pregunta de ¿por qué España no se enfrenta a rivales de mayor entidad para preparar los partidos internacionales? Sinceramente no veo a Georgia, a pesar se tener a muchos de sus jugadores jugando en Francia y en otras ligas profesionales, enfrentandose a Marruecos, Túnez o Chipre. Compiten con los mejores, y esa es la única manera de que ese proyecto plante cara a una Irlanda en el Mundial o a Islas del Pacífico en un amistoso.
Si el motor no funciona, no podemos pedirle al coche que corra, si no hay un pacto nacional por el Rugby, volveremos todos a ver un mundial tras otro en la televisión. Si la ACR, FER y CSD no se ponen de acuerdo en un plan a 10 años vista, lo que haremos será poner parches que es lo que estamos haciendo hasta ahora.
Las instituciones mencionadas, no es que tengan la posibilidad, es que tienen la obligación de sentarse con el CSD, ACR y ahora con el COE tras la elección del rugby 7 como olímpico. Va implícito en el puesto, se les paga para eso, no solo para conseguir un buen patrocinador para la selección. Hay que cambiar la concepción de “mi cuota de poder” o “mi sillón” por el “se ha fracasado, hay que volver a sentarse todos juntos a rediseñar el modelo”.
España desde la FER debe de definir la hoja de ruta. Es a ellos a quienes les toca mover ficha, explicar el proyecto, con plazos, fases, presupuestos, dificultades, y como no, abriendo un foro de debate, de ideas, de propuestas etc… En los últimos años he oido iniciativas más coherentes y sensatas,a un entrenador del cadetes cualquiera que a las propias instituciones.
Qué va a hacer la FER a partir de ahora. ¿Va a intervenir en todas las invitaciones europeas de equipos españoles para la Challege Cup? ¿Jugaremos siempre con un Olympus o un sucedáneo del mismo? ¿Será una selección nacional reforzada por extranjeros? ¿Será una designación unilateral? ¿Se basará en criterios deportivos, compitiendo el campeón de la liga? Si un equipo español no puede soportar el gasto de competir en esta liga europea, ¿meteremos la mano en la caja a última hora para ayudarles a sufragar los gastos, les dejaremos a su suerte….o se preparará un sponsor con tiempo de refuerzo al club…? ¿Cederán los clubes a sus jugadores para que viajen mientras tienen contrato en vigor y competición en marcha con los mismos? Esa es también la imagen del rugby español a nivel internacional, y la chapuza de este año no se puede volver a repetir.
Que la FER y la ACR no mantengan una buena relación, que no esten en sintonía es repugnante. A mí me daría vergüenza mirar a la cara a un jugador español que ya no sabe como compatibilizar trabajo con entrenamiento, con viajes nacionales, con viajes internacionales, y yo en mi sillón sin desbloquear esta situación. En una empresa privada, el que tiene por objeto resolver una situación y no lo consigue o no lo quiere hacer se va a la calle. Que sean las dos instituciones más importantes del panorama del rugby español y que en vez de proponer y crear se dedique a destruir, confrontar y bloquear la salida a los problemas, no es de recibo.
Comentan los jugadores que no tienen ayudas económicas, que “les cuesta dinero jugar a esto”, que no esta regulado la libre circulación de jugadores ni los derechos de formación (según algunos de ellos, esto roza la ilegalidad) y se sienten completamente desamparados. Parece razonable que un jugador semiprofesional pueda valorar esa mísera ayuda o sueldo parcial que retribuye la dedicación exclusiva del jugador de Lunes a Sabado, y por su puesto tiene derecho a mejorar deportivamente sin que el club le ponga trabas al cambio. Si quieren los clubes tratarlos como profesionales que les paguen como tales, no seamos hipócritas y paguemos una miseria, pero cuando el jugador se quiere mover de ciudad y de equipo y mejorar deportivamente le tratamos como si fuese Wilkinson para bloquear su salida. A hechos recientes entre CRC y Alcobendas me refiero.
Una de las cosas que realmente les falta a los jugadores es una Asociación Profesional que defienda sus intereses, que vigile y salvaguarde los derechos laborales de los mismos. Si se les trata como profesionales, que la regulación de su actividad tenga el mismo carácter. La dificultad es que si en activo el jugador español no es profesional, dificilmente lo puede ser una vez retirado para la defensa de los intereses de sus excompañeros.
En Inglaterra, la Asociación de Jugadores de Rugby, tiene una fuerza descomunal, y en determinados momentos críticos han estado a punto de paralizar la Guinness Premiership. En la actualidad esta formada por un cuerpo directivo entre los que se encuentran Damian Hopley, Alex Anderson, Stuart Munday, Fiona Hacket, Louise Kaiser, Laura Murchie, a ellos se les une un representante de cada federación territorial, Tim Nicholls, Matt Allen, Zoe Eaton y Josh Frape y por su puesto un representante, jugador en activo, de cada club como son David Barnes, que es el presidente y jugador del Bath junto con Hall Charlton, James Collins, Mark Hopley, Will James, Chris Malone, Tim Payne, Jonathan Pendlebury, Tom Ryder, Sam Vesty y Tom Williams. Veintidos miembros dedicados profesionalmente a la defensa de los jugadores y sus derechos. Hacia eso debe de tender el modelo español.
Por tanto parece claro que lo que se antoja en España es un cambio de modelo, unión de las instituciones, acuerdos, diseño de un plan de actuación claro, cambios desde la base, rediseño del proyecto deportivo, planteamiento de un conjunto profesional de jugadores que puedan competir al máximo nivel en el plazo de 5 o 6 años. En definitiva, hoy se debe buscar un cambio.
http://www.balonoval.com/
Vuelve la sección "echemos cuentas" donde desde Balón Oval intentamos analizar la situación actual del rugby español, los problemas en los que está inmernso y las posibles soluciones a los mismos.
Esta vez, el equipo de redacción de Balón Oval ha querido ir un poco más allá y analizarlo desde la base, desde donde nace este deporte: En los vestuarios, con las opiniones de jugadores que son los que sienten y padecen las dificultades del Rugby. Ni que decir tiene, que muchos de los jugadores que nos han contestado, tienen contrato en vigor con clubes de División de Honor, y militan en la selección española, por lo tanto este medio, y por expreso deseo de los participantes, mantendrá en el anonimato a los mismos, muy a nuestro pesar, ya que ello evidencia, otro de los problemas que los jugadores tienen, y es que como decían antiguamente, "el que se mueve no sale en la foto" (sic).
Debido a la multitud de información que hemos recibido, estructuraremos este artículo en dos partes. La primera será una crítica a la situación actual del rugby español: los defectos, las lagunas, los errores del pasado y del presente, de instituciones y los diferentes agentes del rugby que participan, en unos casos, del mismo y en otros deciden su futuro.
Ni que decir tiene que este medio no se ha alineado nunca con ninguna institución del rugby español, ni con ningun agente que participe directa o indirectamente del mismo. Se ha criticado siempre con respeto y se han propuesto soluciones y esta vez no iba a ser diferente.
Empecemos por el momento deportivo del rugby español. Quizás el estancamiento es el mejor calificativo que podemos darle al mismo. Y si miramos atrás todos hemos podido ver algún cambio, que queda en la mera anécdota si vemos la evolución en otros paises de nuestro entorno a los que yo les llamo el Segundo Tren. Ni que decir tiene que Rumanía, Georgia y Portugal que son a día de hoy los rivales a batir tanto para el Campeonato de Europa como para la clasificación del mundial, tienen ya en vías de desarrollo un proyecto sobre el Rugby tanto con unas miras deportivas como organizativas. Georgia y Rumanía van en la cabeza de este Segundo Tren y Portugal, que hasta hace poco estaba por debajo de nuestro nivel cosa que no se puede decir en la actualidad, ha tomado nota y desde el punto de vista técnico-deportivo, busca una preparación parecida a las dos anteriores.
Estos meses se enfrentarán en el caso de Portugal a Namibia, Argentina A y Tonga, y en el caso de Georgia y Rumanía a los mejores países del Hemisferio Sur. Pero España lo único que hace es convocarse una semana en Madrid para preparar los partidos internacionales. Insuficiente, Señor Mandado. Y si es verdad que es por decisión del cuerpo técnico, quizás lo que se tiene que hacer mirar es quién toma esas decisiones, si las debe seguir tomando, y si tienen realmente un rigor técnico obedecen a una falta de presupuesto para hacer otra preparación, ¿o es que a España le viene mejor concentrarse una semana con Umaga en Madrid, mientras el resto de nuestros competidores aprenden de los mejores? A día de hoy este medio sólo ha podido oir del Ged Glynn, actual seleccionador español, un decepcionante y pobre “no estoy preparado para contestar eso” a la pregunta de ¿por qué España no se enfrenta a rivales de mayor entidad para preparar los partidos internacionales? Sinceramente no veo a Georgia, a pesar se tener a muchos de sus jugadores jugando en Francia y en otras ligas profesionales, enfrentandose a Marruecos, Túnez o Chipre. Compiten con los mejores, y esa es la única manera de que ese proyecto plante cara a una Irlanda en el Mundial o a Islas del Pacífico en un amistoso.
Si el motor no funciona, no podemos pedirle al coche que corra, si no hay un pacto nacional por el Rugby, volveremos todos a ver un mundial tras otro en la televisión. Si la ACR, FER y CSD no se ponen de acuerdo en un plan a 10 años vista, lo que haremos será poner parches que es lo que estamos haciendo hasta ahora.
Las instituciones mencionadas, no es que tengan la posibilidad, es que tienen la obligación de sentarse con el CSD, ACR y ahora con el COE tras la elección del rugby 7 como olímpico. Va implícito en el puesto, se les paga para eso, no solo para conseguir un buen patrocinador para la selección. Hay que cambiar la concepción de “mi cuota de poder” o “mi sillón” por el “se ha fracasado, hay que volver a sentarse todos juntos a rediseñar el modelo”.
España desde la FER debe de definir la hoja de ruta. Es a ellos a quienes les toca mover ficha, explicar el proyecto, con plazos, fases, presupuestos, dificultades, y como no, abriendo un foro de debate, de ideas, de propuestas etc… En los últimos años he oido iniciativas más coherentes y sensatas,a un entrenador del cadetes cualquiera que a las propias instituciones.
Qué va a hacer la FER a partir de ahora. ¿Va a intervenir en todas las invitaciones europeas de equipos españoles para la Challege Cup? ¿Jugaremos siempre con un Olympus o un sucedáneo del mismo? ¿Será una selección nacional reforzada por extranjeros? ¿Será una designación unilateral? ¿Se basará en criterios deportivos, compitiendo el campeón de la liga? Si un equipo español no puede soportar el gasto de competir en esta liga europea, ¿meteremos la mano en la caja a última hora para ayudarles a sufragar los gastos, les dejaremos a su suerte….o se preparará un sponsor con tiempo de refuerzo al club…? ¿Cederán los clubes a sus jugadores para que viajen mientras tienen contrato en vigor y competición en marcha con los mismos? Esa es también la imagen del rugby español a nivel internacional, y la chapuza de este año no se puede volver a repetir.
Que la FER y la ACR no mantengan una buena relación, que no esten en sintonía es repugnante. A mí me daría vergüenza mirar a la cara a un jugador español que ya no sabe como compatibilizar trabajo con entrenamiento, con viajes nacionales, con viajes internacionales, y yo en mi sillón sin desbloquear esta situación. En una empresa privada, el que tiene por objeto resolver una situación y no lo consigue o no lo quiere hacer se va a la calle. Que sean las dos instituciones más importantes del panorama del rugby español y que en vez de proponer y crear se dedique a destruir, confrontar y bloquear la salida a los problemas, no es de recibo.
Comentan los jugadores que no tienen ayudas económicas, que “les cuesta dinero jugar a esto”, que no esta regulado la libre circulación de jugadores ni los derechos de formación (según algunos de ellos, esto roza la ilegalidad) y se sienten completamente desamparados. Parece razonable que un jugador semiprofesional pueda valorar esa mísera ayuda o sueldo parcial que retribuye la dedicación exclusiva del jugador de Lunes a Sabado, y por su puesto tiene derecho a mejorar deportivamente sin que el club le ponga trabas al cambio. Si quieren los clubes tratarlos como profesionales que les paguen como tales, no seamos hipócritas y paguemos una miseria, pero cuando el jugador se quiere mover de ciudad y de equipo y mejorar deportivamente le tratamos como si fuese Wilkinson para bloquear su salida. A hechos recientes entre CRC y Alcobendas me refiero.
Una de las cosas que realmente les falta a los jugadores es una Asociación Profesional que defienda sus intereses, que vigile y salvaguarde los derechos laborales de los mismos. Si se les trata como profesionales, que la regulación de su actividad tenga el mismo carácter. La dificultad es que si en activo el jugador español no es profesional, dificilmente lo puede ser una vez retirado para la defensa de los intereses de sus excompañeros.
En Inglaterra, la Asociación de Jugadores de Rugby, tiene una fuerza descomunal, y en determinados momentos críticos han estado a punto de paralizar la Guinness Premiership. En la actualidad esta formada por un cuerpo directivo entre los que se encuentran Damian Hopley, Alex Anderson, Stuart Munday, Fiona Hacket, Louise Kaiser, Laura Murchie, a ellos se les une un representante de cada federación territorial, Tim Nicholls, Matt Allen, Zoe Eaton y Josh Frape y por su puesto un representante, jugador en activo, de cada club como son David Barnes, que es el presidente y jugador del Bath junto con Hall Charlton, James Collins, Mark Hopley, Will James, Chris Malone, Tim Payne, Jonathan Pendlebury, Tom Ryder, Sam Vesty y Tom Williams. Veintidos miembros dedicados profesionalmente a la defensa de los jugadores y sus derechos. Hacia eso debe de tender el modelo español.
Por tanto parece claro que lo que se antoja en España es un cambio de modelo, unión de las instituciones, acuerdos, diseño de un plan de actuación claro, cambios desde la base, rediseño del proyecto deportivo, planteamiento de un conjunto profesional de jugadores que puedan competir al máximo nivel en el plazo de 5 o 6 años. En definitiva, hoy se debe buscar un cambio.
http://www.balonoval.com/