Aquí os pongo un artículo que salió en el Norte de Un Vallisoletano casado con una argentina que vive allí sobre el Sacachispas :
23 Abr 2009
Capítulo XLIII: Sacachispas, pasión morada al otro lado del Atlántico
..Buenas tardes queridos cyberlectores:
Esta semana las crónicas boludas se trasladaron a Buenos Aires, donde a escasos 500 metros del Nuevo Gasómetro, estadio de uno de los “5 grandes del fútbol argentino”, se encuentra Villa Soldati, un barrio humilde de Buenos Aires castigado, como tantos otros, por el “paco”. No se trata de ningún maleante ni asesino en serie, sino de una droga callejera de bajo costo elaborada a partir de residuos de cocaína, procesada con queroseno y ácido sulfúrico y conocida como “la droga de los pobres”. Una droga que en los últimos años asola las zonas pobres de Argentina. Recuerda desde este punto de vista al Vallecas madrileño de los 80. Pero Villa Soldati es algo más: es la sede de uno de los clubes de barrio más populares de Argentina, el Sacachispas Fútbol Club, equipo de la Primera División “C” (equivalente a la Tercera División española), popularidad que incluso le valió protagonizar un anuncio para Actimel el año pasado.
Pero no es su barrio, ni su popularidad, ni siquiera su curioso nombre, los que me atraen hasta aquí, sino sus colores. Pocos equipos en el mundo tienen el violeta (o lila o morado) como seña de identidad y si en España es el Pucela, a 10.000 Km. de distancia el equipo albivioleta por excelencia es el Sacachispas.
Un club con un curioso origen, surgido a partir de una tira cómica publicada en “El Gráfico” (la revista deportiva de referencia en Argentina) en la que se describía el mundo del “potrero”, los partidos de fútbol informales que se jugaban y se juegan en cualquier descampado argentino. La popularidad del cómic dio lugar a una película llamada “Pelota de Trapo” (en la línea de aquella “Días de Fútbol”) donde unos "pibes" formaban un equipo llamado "Sacachispas" entonando un cántico de ficción que hoy se vuelve realidad en las gradas del Beto Larrosa: “Se oye ruido de pelota y no sé lo que será; es el club de Sacachispas que ya viene, que ya viene de ganar” El éxito de la película inspiró a Aldo Vazquez (fundador de club) quien con varios amigos y la ayuda de Peucelle (subcampeón del mundo del primer Mundial en Uruguay 1930) inscribieron un equipo en el Torneo Evita, un campeonato que el gobierno de Perón organizaba para fomentar el deporte entre los jóvenes. Aún faltaba un detalle importante: elegir los colores del equipo. Quisiera escribir que un vallisoletano emigrante, acaso atrapado por la nostalgia, tuvo la brillante idea pero no fue así. Sucedió que la única flor que había en el potrero donde se juntaban a jugar era, precisamente, morada. Tal vez el color de esa flor vino influenciado porque en ese preciso momento, año 1948, al otro lado del océano, “florecía” por primera vez el Real Valladolid en la Primera División española. Y lo que empezó como una aventura de un equipo de barrio tuvo un final digno de película: Sacachispas ganó ese campeonato en una final jugada en el estadio de River Plate con la presencia de Perón y Evita en las gradas. El presidente en persona se acercó a saludar a los campeones y al enterarse de que jugaban en la calle, decidió donarles unos terrenos y construirles un campo donde jugar. A los 15 días, Sacachispas ya disponía de “estadio” y vestuarios, un impulso definitivo para que, años más tarde, Sacachispas se afiliase a la AFA, siendo el único equipo que empezando en los Torneos Evita llegó a ser federado.
Y en esos campos donados por Perón continúa la dura realidad actual del Sacachispas, muy distante de aquellos días de gloria. Ahora es movido “a pulmón” por Roberto “Beto” Larrosa, el hombre que da nombre a la “cancha” tras salvar al club de la desaparición; un “Lopera” de Villa Soldati; un pequeño gran empresario comprometido con su barrio, que concibe el fútbol como la mejor salida para los jóvenes y que cuenta con la mejor ayuda posible: su “otro yo”, Beto Larrosa hijo. Su último proyecto: la renovación del estadio y la construcción de una pequeña escuela de fútbol donde chicos del interior de Argentina puedan nutrir las categorías inferiores de Sacachispas. Las fuentes de financiación escasean, más aún en un barrio carenciado, pero ya llegaron a un acuerdo de colaboración con la Fundación Madres de la Plaza de Mayo. Ahora, el objetivo es aún mayor: que “Dios” (Maradona) en persona baje a este barrio dejado de su mano para inaugurar las nuevas instalaciones. ¿Y un acuerdo transoceánico con el Real Valladolid? ¿Por qué no? Los colores ya les unen Sacachispas acaba de perder por 0-3 ante Argentino de Rosario. Es una temporada casi para olvidar, anclado en la parte media baja de la tabla aunque sin peligro de descender. Pero la grandeza de Sacachispas no se mide, en este caso, por los resultados, sino por el proyecto deportivo y social que lleva a cabo su gente. Ellos son de Primera División.
Por hoy ya basta. Será un breve parentesis para seguir analizando con lupa los comportamientos de esta sociedad compleja y misteriosa como es la argentina.
Besitos para ellas y abrazos para ellos