Después de prácticamente una semana de conflicto, ¿cuál es vuestro punto de vista?
He visto en algunos espacios de la izquierda crítica ciertas divisiones en las opiniones, que oscilan entre el apoyo explícito a la acción directa determinada por los camioneros que han decidido parar y la crítica al paro, NO HUELGA, que desde otros sectores perciben como la típica reacción del neoliberalismo que reniega del Estado y el intervencionismo hasta que llega la época de reducción de beneficios en la que el Estado ha de cubrir pérdidas y servir de estimulante al capital que se ha quedado estancado.
Yo estoy totalmente con esta segunda visión y desde luego que están muy equivocados aquellos que hablan de huelga, porque huelga como tal no es, es un PARO PATRONAL en toda regla, que parte del pequeño empresariado, autónomos generalemente propietarios de su camión o de empresas con 2, 3 ó 4 camiones. Esta patronal, mientras el equilibrio entre el precio del combustible y el beneficio, que ha sido suculento durante años, era óptimo, han callado y han participado de un sistema de organización del sector del transporte que les ha beneficiado porque entraba dinero a "cascoporro" en sus cuentas. Se ha trabajado en negro, sin facturas, se han doblado turnos, se da cobijo a trabajadores sin papeles, y gente que ha trabajado en el sector, se pasa al de transporte de pasajeros porque el mundillo del transporte de mercancías ha caído en la más absoluta podredumbre.
Las reglas básicas del neoliberalismo, son aceptadas por todos cuando se obtiene beneficio, ahora, son esas reglas las que reproducen los males del sector... Curioso.
Social y políticamente, no se ataja desde un discurso real la situación, desviando la atención a las consecuencias del paro, y a la acción de los piquetes. Curiosamente, los camioneros que hace una semana colgaban de sus cabinas pancartas excesivamente centradas en Zapatero, y eran aplaudidos desde determinados sectores y medios de comunicación, ahora son criminalizados, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid para hablar incluso de "terrorismo" y llegar a plantearse la regulación del derecho a huelga, lo que puede suponer en principio, la apertura de un debate en el que no se debería de entrar: el recorte de derechos de huelga, acogido a una regulación que limitaría las libertades de los huelguistas.
Como en la selva capitalista siempre hay quien saca beneficio de cualquier acción, las grandes empresas, especialmente las relacionadas con el sector del automóvil, anuncian ERE´s por el parón de dos días por la carencia de materia para el mantenimiento del ritmo de trabajo y producción. Vaya jeta. Hijoputez en grado máximo.
Se ha ido de las manos la situación, y especial responsabilidad tienen los que alentaron en su momento a los autónomos para que estos "paralizaran el país" y cargase el gobierno sobre las espalda las consecuencias.
Y luego, me quedo con las contradicciones del neoliberalismo, o mejor dicho, intervencionismo del estado cuando interesa.
He visto en algunos espacios de la izquierda crítica ciertas divisiones en las opiniones, que oscilan entre el apoyo explícito a la acción directa determinada por los camioneros que han decidido parar y la crítica al paro, NO HUELGA, que desde otros sectores perciben como la típica reacción del neoliberalismo que reniega del Estado y el intervencionismo hasta que llega la época de reducción de beneficios en la que el Estado ha de cubrir pérdidas y servir de estimulante al capital que se ha quedado estancado.
Yo estoy totalmente con esta segunda visión y desde luego que están muy equivocados aquellos que hablan de huelga, porque huelga como tal no es, es un PARO PATRONAL en toda regla, que parte del pequeño empresariado, autónomos generalemente propietarios de su camión o de empresas con 2, 3 ó 4 camiones. Esta patronal, mientras el equilibrio entre el precio del combustible y el beneficio, que ha sido suculento durante años, era óptimo, han callado y han participado de un sistema de organización del sector del transporte que les ha beneficiado porque entraba dinero a "cascoporro" en sus cuentas. Se ha trabajado en negro, sin facturas, se han doblado turnos, se da cobijo a trabajadores sin papeles, y gente que ha trabajado en el sector, se pasa al de transporte de pasajeros porque el mundillo del transporte de mercancías ha caído en la más absoluta podredumbre.
Las reglas básicas del neoliberalismo, son aceptadas por todos cuando se obtiene beneficio, ahora, son esas reglas las que reproducen los males del sector... Curioso.
Social y políticamente, no se ataja desde un discurso real la situación, desviando la atención a las consecuencias del paro, y a la acción de los piquetes. Curiosamente, los camioneros que hace una semana colgaban de sus cabinas pancartas excesivamente centradas en Zapatero, y eran aplaudidos desde determinados sectores y medios de comunicación, ahora son criminalizados, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid para hablar incluso de "terrorismo" y llegar a plantearse la regulación del derecho a huelga, lo que puede suponer en principio, la apertura de un debate en el que no se debería de entrar: el recorte de derechos de huelga, acogido a una regulación que limitaría las libertades de los huelguistas.
Como en la selva capitalista siempre hay quien saca beneficio de cualquier acción, las grandes empresas, especialmente las relacionadas con el sector del automóvil, anuncian ERE´s por el parón de dos días por la carencia de materia para el mantenimiento del ritmo de trabajo y producción. Vaya jeta. Hijoputez en grado máximo.
Se ha ido de las manos la situación, y especial responsabilidad tienen los que alentaron en su momento a los autónomos para que estos "paralizaran el país" y cargase el gobierno sobre las espalda las consecuencias.
Y luego, me quedo con las contradicciones del neoliberalismo, o mejor dicho, intervencionismo del estado cuando interesa.