Después de ver en directo al equipo los dos partidos de casa y el de Sevilla, tengo la sensación de que nos encontramos ante el peor momento del equipo de la era Djukic. Estoy particularmente preocupado porque la incapacidad total del equipo le hace entrar en el terreno de que nuestra permanencia se puede asentar no en nuestro rendimiento, sino en la posibilidad de que haya tres de los que andan por debajo que no reaccionen. Y eso da mucho miedo, la verdad.
Problemas que veo a día de hoy:
2. El juego de ataque ha desaparecido. En el partido del Atleti las circulaciones de balón se limitaban a la línea defensiva y los dos medioscentros. Causas:
3. Escasez de plantilla y de alternativas desde el banquillo. Que somos pocos lo sabemos todos. Que no iba a venir nadie más lo sabíamos algunos, pero Djukic no. Pienso que la lesión de Víctor y la ausencia de refuerzos ha cortocircuitado a Djukic. Un entrenador que ha generado recursos de la nada hoy busca soluciones en cambios repetitivos (Sastre-Baraja, Guerra-Manucho y Bueno-Omar), que no alteran ni el panorama general del equipo, ni siquiera el ritmo del partido en un momento dado. Son siempre los mismos cambios y últimamente son siempre los mismos resultados. La muestra más clara de su cortocircuito es la comparación en la salida al campo de los dos equipos el domingo:
4. Por último, el público. Esta parece una batalla perdida, pero no me resigno. Una afición que sólo anima cuando gana, que cuando la afición visitante atrona el estadio aunque sean cuatro gatos, sólo sabe pitar, en lugar de acallarlos con cánticos, que ve fantasmas por todos los lados y que juzga a sus jugadores como un padre severo juzga a sus hijos, sin darse cuenta de que son sus hijos, ayuda muy poco a poner lo que al equipo le falta.
Esta es la situación en los dos meses críticos de la competición. En los momentos en que se deciden los triunfos y los descensos. No se si me estoy pasando, pero tranquilo no estoy.
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Y ahora que.
Pues yo veo cosas que se pueden intentar:
1. Si estuviera aquí Cantatore diría “hay que adaptar el equipo a los jugadores”. Que no tenemos jugadores de banda. Pues jugamos sin bandas. Que en el mediocentro nos barren, pues ponemos uno más. Esto es. Jugamos con tres mediocentros, dos mediapuntas (Oscar y Bueno) y un delantero. Todo el mundo en su sitio. Los laterales suben y reciben el apoyo por dentro del mediapunta y el relevo por detrás del mediocentro. Por supuesto que habría que trabajarlo porque Rubio y Sastre tienden a ocupar el mismo espacio. Pero es una alternativa.
2. Que no queremos cambiar el sistema. Baraja al campo. Y yo no descartaría a Rueda en el mediocentro. A veces me parece que los medioscentros del Valladolid son como estos perros pequeños (que yo llamo perro patada) que ladran mucho pero no aguantan ni un susto. Ponemos un poco de contundencia en el mediocentro a ver si la cosa cambia. Y luego trabajar con Larsson y probar a Peña en la otra banda. Peña va a dar trabajo defensivo aunque se le pueda quedar un poco corto el recorrido. Trabajo y confianza y evaluación de los resultados.
3. Para esos momentos en que hay que remontar. Vamos a dejarnos de los cambios hombre por hombre. Vamos a intentar otras cosas. Si Djukic ha probado a Neira de mediocentro ofensivo, ¿no puede hacer eso Bueno?. O jugar con un sólo mediocentro y dos mediaspuntas. Cambiar el sistema, no sólo los jugadores, intentando acumular la mayor cantidad de talento en el campo. ¿que el equipo se va a resentir defensivamente? Por supuesto, pero tal y cómo estábamos el domingo, con 0-2 y el atleti bailándonos, cambiar a Guerra por Manucho y a Omar por Bueno me dio una sensación de incapacidad de la que todavía no me he curado.
4. ¿Y para el público?. Pues declaraciones públicas de Djukic pidiendo el apoyo y reclamaciones de los jugadores en el campo. No hay nada que le guste más al público que los protagonistas se acuerden de que está ahí. Los cuatro viejos gruñones de siempre son irrecuperables, pero hay gente con ganas de animar que sólo necesita que se lo pidan.
Conclusión. Se que la segunda mitad de la temporada no es para hacer inventos, pero el discurso de Djukic del domingo se le permite por el crédito que tiene. Ese crédito no es ilimitado y en dos días hay gente que pita, que me los conozco yo. Ya no digo el público, la prensa y la institución se va a poner muy nerviosa si la imagen del domingo se repite y además ve que no hay reacción por parte del equipo. Y esa es una dinámica que cuesta un descenso. A tiempo estamos.
Problemas que veo a día de hoy:
- Los medioscentros no sostienen al equipo. Ni tan siquiera son capaces de contener al rival, así que mucho menos de construir algo. Las causas:
- una está clara: la lesión de Víctor, que nos ha hecho daño, pero esta era una sensación que ya estaba apareciendo previamente a su baja.
- Álvaro Rubio ha entrado en fase 2. No se si es un problema físico, o de cansancio, pero después de ser el Rubio del primer año de Mendi, vuelve a ser el del descenso. Con muy poca confianza, vuelve a perder muchos balones y a abusar del pase atrás. En el partido contra el Atleti, con el equipo saliendo en tromba, para el contraataque en dos ocasiones para jugar con los centrales. En uno de los dos casos, tenía pase claro y sin riesgo ninguno en profundidad, creo que era a Oscar, pero ni siquiera se lo planteó. Buscó siempre asegurar la posesión y eso no fue bueno para el equipo. Por un lado desesperó a alguno de sus compañeros, y por otro facilitó la labor de presión del Atleti. Oscar nunca confesará la causa de su tarjeta pero algunos la vimos muy clara.
- Sastre es un clon de Rubio pero un peldaño por debajo. Debería ser su sustituto natural, pero Rubio sólo sale del equipo lesionado o sancionado. A día de hoy está mejor que Rubio, y Djukic sabe que tiene que jugar, pero como a Rubio no le quita, el sacrificado es Baraja, que es el centrocampista que podría hacer un papel diferente y más parecido a lo que hacía Víctor. El equipo con Rubio y Baraja ha funcionado bastante mejor que con Rubio Sastre. Djukic está poniendo un pie en la huella de Mendi y de muchos otros que hicieron de Rubio un intocable aunque su nivel aconsejara un descanso.
- La baja de Ebert no sólo se plasma en una menor presencia ofensiva, sino en trabajo de presión y robo. Con Larsson y Bueno/Omar en bandas, los medios centros trabajan más y peor.
2. El juego de ataque ha desaparecido. En el partido del Atleti las circulaciones de balón se limitaban a la línea defensiva y los dos medioscentros. Causas:
- Larsson es delantero y todos sus desmarques son hacia portería. El domingo Rukavina no le dobló ni una sola vez. Sin embargo, la mayoría de los centros desde la derecha fueron del serbio. Ruka llega en solitario y como puede arriba. Lo mismo pasa en el repliegue. Larsson siempre está muy lejos de los dos medioscentros y de su lateral y en la salida inicia desmarque hacia portería en lugar de buscar apoyos. Sólo hay un modo más rápido de perder la pelota, el pelotazo.
- En la otra banda, Omar es un jugador de chispazos. Juega muy sólo porque Balenciaga ha cogido miedo a llegar a línea de fondo debido a la sensación de desamparo que da el equipo y piensa que si pierde el balón, ni los medioscentros ni Omar le van a relevar. Le tocará bajar como un búfalo hasta zona de recuperación. El domingo no dobló tampoco en ninguna ocasión. Y este sí tuvo oportunidades porque Omar viene a buscar. Así que queda Omar contra el mundo. Echo de menos la ayuda de Oscar o de un mediocentro para ayudar en banda. Bueno es la incosistencia personificada pero se adapta mejor al juego de ataque que hace el Valladolid. Ahora bien, sus carencias defensivas le lastran. En fin, en el caso de esta banda creo que no ha cambiado mucho la cosa respecto a lo que había al inicio de temporada a no ser la confianza de la pareja de banda y las ayudas de Víctor que no están ni estarán.
- Oscar y Guerra/Manucho están como tienen que estar, pero muy solos. Creo que poco tienen que ver con el problema y con su solución.
3. Escasez de plantilla y de alternativas desde el banquillo. Que somos pocos lo sabemos todos. Que no iba a venir nadie más lo sabíamos algunos, pero Djukic no. Pienso que la lesión de Víctor y la ausencia de refuerzos ha cortocircuitado a Djukic. Un entrenador que ha generado recursos de la nada hoy busca soluciones en cambios repetitivos (Sastre-Baraja, Guerra-Manucho y Bueno-Omar), que no alteran ni el panorama general del equipo, ni siquiera el ritmo del partido en un momento dado. Son siempre los mismos cambios y últimamente son siempre los mismos resultados. La muestra más clara de su cortocircuito es la comparación en la salida al campo de los dos equipos el domingo:
- Simeone tiene un equipo con dudas después de dos derrotas. La consigna es clara: “con dos cojones”, a por ellos. Salen a presionar como lobos. Comen la tostada al Pucela y ganan el partido en diez minutos. Los que tardan los jugadores del Valladolid en hundirse ante el acoso de los rojiblancos. A partir de ahí, del trabajo, va viniendo la confianza, y en el último cuarto se permiten rondos y taconcitos, pero todo arranca de la actitud con la que salen.
- Enfrente, el Pucela que juega en casa sale a verlas venir. No da un paso al frente sino que espera a ver que hace el atleti. Cuando es arrollado, no hay un sólo jugador que pegue un par de voces y ponga el partido en un enfrentamiento cara a cara. En esos momentos aparece el carácter del equipo que es .... ninguno. Rubio es como es, hay muchos de paso, Oscar con su pataleta y Rueda, de quien yo esperaba más, se ve que no tiene el ascendiente para cagarse en la madre de alguno y arengar al equipo. Ninguno pide el apoyo del público. Al final, cada uno intenta cumplir con su trabajo y el equipo se descose, se desanima, se empiezan a fallar pases y llega el burreo. El público percibe desde el minuto 1 esa guerra psicológica, ve el panorama, calla y se resigna.
4. Por último, el público. Esta parece una batalla perdida, pero no me resigno. Una afición que sólo anima cuando gana, que cuando la afición visitante atrona el estadio aunque sean cuatro gatos, sólo sabe pitar, en lugar de acallarlos con cánticos, que ve fantasmas por todos los lados y que juzga a sus jugadores como un padre severo juzga a sus hijos, sin darse cuenta de que son sus hijos, ayuda muy poco a poner lo que al equipo le falta.
Esta es la situación en los dos meses críticos de la competición. En los momentos en que se deciden los triunfos y los descensos. No se si me estoy pasando, pero tranquilo no estoy.
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Y ahora que.
Pues yo veo cosas que se pueden intentar:
1. Si estuviera aquí Cantatore diría “hay que adaptar el equipo a los jugadores”. Que no tenemos jugadores de banda. Pues jugamos sin bandas. Que en el mediocentro nos barren, pues ponemos uno más. Esto es. Jugamos con tres mediocentros, dos mediapuntas (Oscar y Bueno) y un delantero. Todo el mundo en su sitio. Los laterales suben y reciben el apoyo por dentro del mediapunta y el relevo por detrás del mediocentro. Por supuesto que habría que trabajarlo porque Rubio y Sastre tienden a ocupar el mismo espacio. Pero es una alternativa.
2. Que no queremos cambiar el sistema. Baraja al campo. Y yo no descartaría a Rueda en el mediocentro. A veces me parece que los medioscentros del Valladolid son como estos perros pequeños (que yo llamo perro patada) que ladran mucho pero no aguantan ni un susto. Ponemos un poco de contundencia en el mediocentro a ver si la cosa cambia. Y luego trabajar con Larsson y probar a Peña en la otra banda. Peña va a dar trabajo defensivo aunque se le pueda quedar un poco corto el recorrido. Trabajo y confianza y evaluación de los resultados.
3. Para esos momentos en que hay que remontar. Vamos a dejarnos de los cambios hombre por hombre. Vamos a intentar otras cosas. Si Djukic ha probado a Neira de mediocentro ofensivo, ¿no puede hacer eso Bueno?. O jugar con un sólo mediocentro y dos mediaspuntas. Cambiar el sistema, no sólo los jugadores, intentando acumular la mayor cantidad de talento en el campo. ¿que el equipo se va a resentir defensivamente? Por supuesto, pero tal y cómo estábamos el domingo, con 0-2 y el atleti bailándonos, cambiar a Guerra por Manucho y a Omar por Bueno me dio una sensación de incapacidad de la que todavía no me he curado.
4. ¿Y para el público?. Pues declaraciones públicas de Djukic pidiendo el apoyo y reclamaciones de los jugadores en el campo. No hay nada que le guste más al público que los protagonistas se acuerden de que está ahí. Los cuatro viejos gruñones de siempre son irrecuperables, pero hay gente con ganas de animar que sólo necesita que se lo pidan.
Conclusión. Se que la segunda mitad de la temporada no es para hacer inventos, pero el discurso de Djukic del domingo se le permite por el crédito que tiene. Ese crédito no es ilimitado y en dos días hay gente que pita, que me los conozco yo. Ya no digo el público, la prensa y la institución se va a poner muy nerviosa si la imagen del domingo se repite y además ve que no hay reacción por parte del equipo. Y esa es una dinámica que cuesta un descenso. A tiempo estamos.