El obstáculo propio con el que convive el Pucela El Pucela sigue sufriendo problemas con su lugar de trabajo, los anexos a ZorrillaSi la semana empezaba con un entrenamiento a cubierto por las nevadas caídas y la necesidad imperiosa del equipo de “preservar las instalaciones”, como afirma el club en su página web, el estado real de los anexos al estadio José Zorrilla obliga al primer equipo blanquivioleta a viajar una vez más. Si durante las obras de los anexos el equipo tuvo que desplazarse a Laguna de Duero y hace unas pocas semanas a Íscar, ahora ha sido Medina del Campo el nuevo lugar elegido por el Real Valladolid para evitar problemas físicos. Los futbolistas de Juan Ignacio Martínez confiesan ya sin tapujos las malas condiciones de los anexos pucelanos en lo que es, sin duda, un problema grave en el día a día de un equipo que así compite en inferioridad de condiciones ante sus rivales por el objetivo de la permanencia.
Las voces expertas
Hace pocos días Eloy de la Pisa, en las líneas de ‘El Norte de Castilla’, afirmaba que Jesús Rueda se había convertido en una de las voces con mayor peso del vestuario. Según el periodista, el canterano había ganado galones en el equipo e incluso era uno de los futbolistas que invitaban a tomar decisiones, como fue, supuestamente, en la salida de Gilberto Alcatraz. Sabiendo ese peso es trascendental destacar cómo esa voz del vestuario blanquivioleta se mostraba muy enfadado por el estado del terreno de juego de los anexos al estadio José Zorrilla en una reciente entrevista en la Cadena SER.
El extremeño afirmaba que “en los anexos no entrenamos bien”. La dureza de las palabras de unos de los capitanes tenían una explicación: “El césped se levanta continuamente y salimos mucho más cansados”. Sencillamente, para Jesús Rueda, entrenar en el lugar habitual del primer equipo es negativo y perjudicial para los jugadores, futbolistas que tienen que hacer un sobreesfuerzo físico para utilizar las instalaciones del Real Valladolid. Curiosamente se trata de unos anexos que hace escasas semanas fueron reformados pero que no muestran mejoría y que siguen preocupando al cuerpo técnico y enfadando a los jugadores.
Si Jesús Rueda hablaba en la SER de esos problemas en las instalaciones, Álvaro Rubio, otro de los capitanes pucelanos, no fue menos hace unas semanas en Radio MARCA. El riojano se mostraba enfadado por el estado de las instalaciones. Él, un futbolista tranquilo y pausado, se mostraba muy enojado por los continuos problemas que el equipo debe afrontar en su lugar de trabajo, colocando una piedra más en el camino hacia la salvación de Juan Ignacio Martínez y sus jugadores.
Un problema grave
Realmente, el Real Valladolid está ante un problema grave. La situación provoca que el equipo de Juan Ignacio Martínez tenga que luchar ante una traba más. Los blanquivioleta sufren un obstáculo propio, algo de una gravedad incomprensible. Se trata de una dificultad añadida y que otro conjuntos, con el mismo objetivo final que el Real Valladolid, no sufren.
El Pucela es humilde y modesto, eso está claro, pero estos calificativos deben ser afrontadas en el aspecto positivo, no en el negativo y en el de la excusa. Éste es un detalle que llama la atención de nuevos jugadores y que, por supuesto, le da encanto al club que todos los blanquivioletas queremos pero, realmente, este problema coloca al Real Valladolid en otro nivel. El club no puede generarse problemas y sí debe dar solución a dificultades que le colocan un escalón por debajo de sus rivales y que le alejan claramente de la élite del fútbol español.
Esfuerzo necesario
Con problemas así, el Real Valladolid se perjudica a sí mismo. El porqué es sencillo y muy fácil de ejemplificar. Si yo soy fontanero y no tengo herramientas no me queda otra solución que realizar todos mis trabajos con las manos. Así, llegará un momento en que mi estado físico sea malo y necesite un descanso. Ese tiempo que yo estoy parado o sin poder realizar mis obligaciones al 100%, el competidor lo aprovecha. Él sigue trabajando, sigue preparándose y sigue luchando por mejorar. Ese fontanero que trabaja diez veces más que yo, porque se cansa menos al utilizar unas herramientas acordes con su nivel, me deja atrás.
Así, exactamente igual pero extrapolando, obviamente, al mundo del fútbol, vive el Real Valladolid. Mientras sus sesiones de trabajo son de una alta carga para los jugadores por la densidad del terreno de juego, sus rivales trabajan a un ritmo diferente, más acorde y más propio del fútbol profesional. Después llega el fin de semana y se podrá notar más o menos pero el mérito de este Real Valladolid es incalculable. Ese vestuario del que se duda con demasiada frecuencia injustificada, tiene motivos para una queja de gran calado pero ellos prefieren dedicación y trabajo. Con esa intensidad y amor propio que muestran siempre, cuando pierden o cuando ganan, el vestuario intenta hacer crecer la confianza para trabajar y mejorar en unas condiciones, como poco, iguales que las de sus competidores por el objetivo de la salvación.
http://www.linternadevelasco.es/wp/2014/02/06/el-obstaculo-propio-con-el-que-convive-el-pucela/