Ayer se publicó un artículo de Manuel Centeno en el Díario de Valladolid-El Mundo, que aún siendo claro ya abiertamente en la crítica a Suárez, conviene leer muy bien entre líneas, especialmente en los primeros párrafos.
La dinámica de los medios es clara: El Real Valladolid no vende ni un pimiento ahora mismo en la ciudad. Es un barbecho de ilusión y la gente huye del fútbol espantada, ya no porque el espectáculo sea paupérrimo en las tres últimas temporadas, especialmente la presente, es porque comienza a haber un hartazgo generalizado. Ya no se oye tanto por la calle lo de "son unos mataos" que se decía cuándo por este club han pasado los Heinze, Caminero, Ebert, Aduriz, Llorente, García Calvo, ... etc ... etc... La ciudad sabe perfectamente, y la afición más, que se ha hecho un equipo de perfil bajo (o desordenado) y claro, cambia el sentido de las balas y los "mataos" ya no son los que se visten de corto y salen al campo. Los "mataos" ahora son los que los fichan, y los que los dirigen.
Los medios y los periodistas no dan puntadas sin hilo: Con una ciudad en declive deportivo, salvando la autoestima el rugby (con creces) y éste año el balonmano... ¿Quién soporta tal burbuja de medios, páginas, horas de ondas, columnistas, tertulias y etc...? Para hablar... ¿De qué?
Los medios viven de las audencias y los lectores... y en un ambiente de declive... han de resetear y pisar el terreno. Y el terreno, es realmente un barbecho de sensaciones. Una ciudad que está aborreciendo al Real Valladolid y en la que ya comienza a haber una atmósfera crítica hacia el dueño del club, despertando de un letargo que los propios medios (no todos) han alimentado con las dosis adecuadas de dormidina y buenrollismo.
Tenemos una empresa de la provincia haciendo un esfuerzo importante por patrocinar al club, algo que siempre se había demandado, desde los medios y los ciudadanos de "a pie". Una mayor querencia de los empresarios locales hacia el Real Valladolid. No sé lo que aguantará ese patrocinio, porque ahora mismo subirse al carro del Real Valladolid, en términos de marketing, no parece lo más rentable. Pues con los medios, seguir esa línea de opinión de alabanzas al rey sol y magnánimo salvador, pasa lo mismo: No vende. No es creíble. Y lo peor, es que han quemado algunos (y carbonizado) la mentira repetida (que al final, nunca es verdad). Y eso tiene unas consecuencias: El desafecto general. Y la sensación de que este club camina hacia un final poco feliz.