Hablando de tráfico y alcaldadas...
De la Riva no descarta subir la ORA ni cobrar por circular en el casco urbano
El alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, y los concejales de Urbanismo, Cristina Vidal, y de Planificación, Infraestructuras y Movilidad, Manuel Sánchez, visitaron hoy las calles que ya están completamente abiertas al tráfico. Las últimas obras en concluir fueron las de las calles Tercias y Doncellas, así como el último tramo de Núñez de Arce, el más cercano a la plaza de Santa Cruz.
La calle Núñez de Arce, que hasta el inicio de las obras estaba completamente abierta al tráfico rodado, ha quedado ahora peatonalizada en el tramo inicial, entre las calles Cascajares y López Gómez, con un diseño acorde al existente en el entorno de la Catedral y con la eliminación de la franja de aparcamiento. Todo ello responde, según explicó el primer edil, a la política de que "cada vez haya menos plazas de aparcamiento y sea más caro estacionar en el centro".
Esta idea, puntualizó León de la Riva, no significará que, por el momento, se vaya a subir el precio de la ORA en el centro, aunque no descartó que se haga en un futuro, ni tampoco que se vaya a cobrar por circular por el casco histórico. "La implantación del aparcamiento regulado se hace para proteger el derecho de los residentes a que puedan aparcar y que las plazas no se bloqueen a las ocho de la mañana por las personas que vienen a trabajar", apuntó.
Las obras, promovidas por el Ayuntamiento con un importe de 1.052.260 euros, supusieron también la renovación de todas las redes y el soterramiento de los contenedores de basura agrupados en ocho puntos.
Por su parte, el segundo tramo de la calle Núñez de Arce, de López Gómez a Alonso Pesquera, queda configurado con una calzada de único carril para el tráfico rodado, de 3,50 metros de anchura, mientras que la franja de estacionamiento en línea ocupa el lado impar de la vía. Como novedad, entre Tercias y López Gómez, la calzada se desdobla en dos carriles para dar mayor fluidez al tráfico que llega al semáforo.
Las nuevas aceras tienen una anchura media de 2,20 metros, con losetas granalladas y bordillos de granito que las delimitan, en tanto que en los aparcamientos el pavimento es de adoquín prefabricado, y en la calzada, de aglomerado en caliente. Este tramo, que no admite arbolado por la existencia de canalizaciones subterráneas bajo los aparcamientos y por no alcanzar las aceras los tres metros, dispone del mismo tipo de luminarias que el anterior, pero en este caso montadas sobre columnas.
Finalmente, las calles Tercias y Doncellas tienen una disposición muy similar a la del segundo tramo de Núñez de Arce, con una calzada de único carril de 3,50 metros de anchura; dos aparcamientos en línea de 2,20 metros de anchura a ambos lados; y aceras entre tres y cuatro metros con arbolado nuevo "allí donde se ha podido poner", según el alcalde. El alumbrado se realiza con el mismo tipo de columnas y luminarias
Cánovas del Castillo
Aprovechando estas obras también se acometió la reurbanización del pequeño tramo de la calle Cánovas del Castillo entre Núñez de Arce y Regalado que quedó pendiente tras las obras del entorno de la Catedral, con continuidad para la calle del mismo nombre con calzada de servicio adoquinada. Desde fuentes municipales destacaron la "complejidad" del tramo de Núñez de Arce, tanto por su estrechez como por el estado de sus conducciones, lo que supuso un gasto de 135.000 euros.
La renovación de los servicios ha afectado principalmente a las redes de saneamiento y de abastecimiento, con sus correspondientes acometidas, pues adolecían de serias deficiencias por su antigüedad. Ambas redes, pero muy especialmente la de saneamiento, han representado la operación más dificultosa de toda la obra, y su ejecución ha marcado los tiempos en cada fase.
Además, la red de alumbrado actualmente por fachadas pasa a ser subterránea. También se ha advertido a las compañías de gas, electricidad y telecomunicaciones para que completen o renueven sus canalizaciones mientras se ejecuta la obra. Algunas de ellas, en particular Iberdrola y en menor medida Ono, han realizado mejoras en sus instalaciones, destacando las reformas en los transformadores eléctricos.
Como en otras urbanizaciones del casco histórico, se procedió a soterrar los contenedores de basura. De acuerdo con el Servicio de Limpieza, que se agruparon en ocho puntos de cuatro contenedores de 1.100 litros de capacidad cada uno, con cuatro conjuntos en los dos tramos de Núñez de Arce, dos bloques en la intersección, entre Tercias y Doncellas, y dos más en Cánovas del Castillo.
Trabajos arqueológicos
Antes de encarar las obras hubo que realizar un seguimiento arqueológico, como sucede en las actuaciones efectuadas en el casco histórico. Los arqueólogos contratados por el Ayuntamiento, y de acuerdo al plan de seguimiento aprobado por la Junta de Castilla y León, han tomado datos y han recogido muestras en todas las de zanjas de cierta profundidad.
Se han reconocido numerosos restos de cimientos y cerramientos, además de restos de las antiguas conducciones de aguas pluviales (atarjeas) de forma prismática, en piedra de sillería y cerradas superiormente también por losas de piedra, cuya existencia ya resultaba conocida.
El hallazgo más singular fue una cámara de recogida de aguas pluviales y residuales aparecida en Cánovas del Castillo, en perfecto estado, y que las obras han respetado totalmente. Obra de fábrica de piedra franca, con cierre abovedado en ladrillo macizo y una capacidad de unos 25 metros cúbicos, que cuenta con unos tres siglos de antigüedad.
http://www.nortecastilla.es/20090507/local/valladolid/riva-descarta-subir-cobrar-200905071334.html