El Amaya Seguros de los pucelanos Mínguez y López Cerrón, que luego han acabado peleados después de toda la vida trabajando juntos. Pues era una especie de rosa fucsia con azul marino en las mangas, ¿no?
Correcto. Aunque hubo quien dijo que en realidad esto del patrocinio del perfume fue una maniobra de Gonzalo Gonzalo para lavar dinero y destinarlo al fichaje de Sabonis y Homicius