El problema es el amarillismo y altavoz tanto por nuestros medios como por los latinoamericanos. A este, en mitad de un partido, por algún cambio o algún gesto suyo algún colgado de la grada le puede haber llamado puto sudaca, pero es un caso aisladísimo; y si nos ponemos así él también ha tenido más de un comentario totalmente fuera de tono e inapropiado con los aficionados.
También el amigo, reculando y rectificando, ha comentado que Valladolid es una ciudad maravillosa (esto lo dijo el mismo día del ascenso, y hoy se ha ratificado), que la gente es muy cálida cuando te acoge, que la inmensa mayoría le trata bien; pero supongo que eso no va a vender en los mass media, vende más el amarillismo y el topicazo.