La cruda realidad es que nuestros rivales juegan contra equipos a los que no les va nada en el empeño. Ni cuentas pendientes, ni primas, ni pollas en vinagre. Descenderá el que pierda en el Villamarín, y ese, viendo cómo está el Pucela, ya me diréis quién va a ser.
Señores, hace dos meses estábamos 13 puntos por encima del descenso. El domingo que viene habremos consumado el peor ridículo en la historia del fútbol español.
Y del mismo modo que le daba mi plauso a el Baloncesto Valladolid en pleno el día de su brillante ascenso, desde aquí debo decirles a los directivos, cuerpo técnico y jugadores del Real Valladolid que, si tienen un poco de dignidad, deberían abandonar no ya el club que tan increíblemente han vilipendiado durante los últimos meses, sino el mundo del fútbol. Si tuvieran dignidad y vergüenza, que no creo que la tengan.
Y hago especial hincapié en un nombre, que es el de Mendilibar. Un entrenador que no ha sido capaz no sólamente de mantener al equipo en unos puestos dignos, sino que no lo ha sido ni de salvar a un equipo que sólo necesitaba 4 puntos de 33 para mantenerse. Ha visto el ridículo de su equipo en los campos semana tras semana sin mover un dedo, y ahora es ya tarde. Vaya usted ahora a Sevilla a ganar, si tiene cojones, señor Mendilibar. Y si se acuerda de lo que significa esa palabra. O váyase a entrenar a un primera con todas la buenas palabras del mundo y toda la pena, mientras nos deja a nosotros en el pozo del descenso más vergonzoso de la historia. O mejor, váyase con sus jugadores y sus jefes a tomar mucho por el culo.
Señores, hace dos meses estábamos 13 puntos por encima del descenso. El domingo que viene habremos consumado el peor ridículo en la historia del fútbol español.
Y del mismo modo que le daba mi plauso a el Baloncesto Valladolid en pleno el día de su brillante ascenso, desde aquí debo decirles a los directivos, cuerpo técnico y jugadores del Real Valladolid que, si tienen un poco de dignidad, deberían abandonar no ya el club que tan increíblemente han vilipendiado durante los últimos meses, sino el mundo del fútbol. Si tuvieran dignidad y vergüenza, que no creo que la tengan.
Y hago especial hincapié en un nombre, que es el de Mendilibar. Un entrenador que no ha sido capaz no sólamente de mantener al equipo en unos puestos dignos, sino que no lo ha sido ni de salvar a un equipo que sólo necesitaba 4 puntos de 33 para mantenerse. Ha visto el ridículo de su equipo en los campos semana tras semana sin mover un dedo, y ahora es ya tarde. Vaya usted ahora a Sevilla a ganar, si tiene cojones, señor Mendilibar. Y si se acuerda de lo que significa esa palabra. O váyase a entrenar a un primera con todas la buenas palabras del mundo y toda la pena, mientras nos deja a nosotros en el pozo del descenso más vergonzoso de la historia. O mejor, váyase con sus jugadores y sus jefes a tomar mucho por el culo.