Yo no digo que Italia no se esté volviendo ultraconservadora, pero los resultados que das, Wallace, no son ciertos. El Partido Democrático, o sea los social-demócratas, partido que ayudó a fundar uno que citas, Romano Prodi... bueno, pues el Partido Democrático ha obtenido 21 escaños. 21 escaños para la izquierda sobre un total de 72, es un desastre. Pero vamos, que cero no son.
Hay que tener en cuenta, también, que Refundación Comunista, con 1.038.000 votos, tiene cero escaños, no porque no le correspondieran dos o tres, sino porque no llega al porcentaje mínimo del 4 o el 5 por ciento exigido en Italia. Cosas de los "sistemas electorales", que generalmente no son más que modos de articular las dictaduras bipartidistas.
Posiblemente la confusión se debe a que el Partido Democrático no está aún integrado en ningún grupo del parlamento europeo. Pero es porque este partido, en su denominación actual, se fundó en 2007, así que son las primeras europeas a las que se presenta. Se integrará en el Partido Socialista Europeo.
Yo creo que el problema de la izquierda en Europa es que hace décadas, buena parte de la gente de clase baja, que realizaba los trabajos más duros, eran españoles, italianos, franceses o alemanes, se organizaban sindicalmente y a menudo hasta votaban en las elecciones. Ahora la gente de clase baja en Europa, los que realizan los trabajos más duros cobrando una mierda, y a veces en condiciones de seguridad y salubridad lamentables... no son españoles, italianos, franceses o alemanes... son ecuatorianos, marroquíes, ucranianos o cameruneses. No se pueden ni organizar sindicalmente porque muchos de ellos ni siquiera trabajan legalmente. Y además, al no tener una nacionalidad europea, no votan en las elecciones. Y los que van consiguiendo la nacionalidad, pasan de votar, y con razón. Al fin y al cabo, los partidos políticos, incluyendo los partidos de izquierda, no han hecho nada por ellos (y los sindicatos tampoco).
Los españolitos, los italianitos, los francesitos y en general los europeitos se van haciendo de derechas a buen ritmo, mientras que los nuevos desprotegidos, los inmigrantes africanos, americanos o asiáticos, no pueden votar. Y en vez de partirse el lomo luchando por los derechos de estos últimos (y luchando, también, por que les sea más fácil obtener la nacionalidad y puedan votar antes), los partidos de izquierda se esfuerzan en convencer a la antigua clase baja, que ahora es clase media o media-alta, de que por favor no les olviden, que les sigan votando. A mí me parece sorprendente
La izquierda se está equivocando de clientes.