... del vizconde De la Morena y los cortinones... bueno, lo que dice el dicho.
Empezando por lo bueno, sin duda el mejor periodista (o comunicador, como queráis: como no tengo ninguno, los títulos me la traen floja) radiofónico de Valladolid, a mi entender y al de la mayoría de los oyentes vallisoletanos y al que sólo le hace sombra en el periodismo escrito el gran cronista Arturo Alvarado. Habitualmente bien informado y mejor relacionado, hábil comunicador y creador de opinión, su programa es ameno y suele ser la referencia final. Palabra de Tornadijo.
Como todo periodista actual bien colocado, se mueve como nadie según la dirección en la que sopla el viento. Defensor a ultranza, junto a Andrés de Paz, de Pacho Maturana en un año en el que el equipo dio que hablar para lo bueno, se apuntó a su destitución dentro de la "farsa" Marcos Fernández para hacerse con el control de las acciones del club a cambio de oscuros negocios con el Ayuntamiento de Valladolid, apuntando una gran visión de futuro. Abanderado de la permanencia en el equipo de Peternac ante la oferta de la Real Sociedad, tampoco tuvo reparos en llamar cenutrio a no se sabe quién (por supuesto nunca dijo el nombre de Don Marcos, no vaya a ser) la temporada siguiente por no haberlo vendido. Entusiasmado ante la llegada de Benítez, no tardó en atizarle de lo lindo, incluso un par de años después cuando el técnico madrileño atravesaba el desierto, para acabar llamándole gafe y acusarle de tener "mucho morro". Tornadijo es listo y con visión de futuro, pero no es adivino y Rafa Benítez es su grano en el culo: de sus éxitos en el Valencia y en el Liverpool, ni palabra; nunca podrá entrevistarle, a no ser que se disculpe en la intimidad. Gran amigo de los Hnos. Fernández, no dudó en crucificar a Cantatore cuando le convino, para fichar a su futuro gran amigo Kresic. No sé si se sonrojaría cuando apoyó a Lewin asegurando que la caja fuerte del Pucela tenía telarañas y el club estaba descapitalizado cuando llegaron los nuevos accionistas. Eso sí, sin preguntas incómodas, que las tempestades traen lodos. Tibio ante la salida de Lewin, implacable defensor de la gestión Suárez, con entrevistas estilo Victoria Prego, para que el presi se guste y se crezca. En el panorama nacional, también sus pinitos, rancio peloteo al esperpéntico Gil y Gil, hasta que la Justicia intervino y nuevo giro de veleta. Lo que sea para estar en la cresta de la ola.
Estos días han sido fructíferos para José Ignacio. Ha hecho de por vida dos estupendos amigos de cara a su carrera: una estrella que aún no ha tocado su inmenso techo y una estrella en ciernes, siempre que su carácter pusilánime e hipocondríaco no tuerza su carrera. Entre tinto de la Ribera de algún pequeño accionista y tierno lechazo de La Criolla, se han fraguado traspasos, pre-contratos y contratos, dimes, diretes y valiosas informaciones en exclusiva. Ha sido portavoz de todo cristo sin sonrojarse y con una pasmosa veleidad ante imprevistos y demás molestias: del Getafe, de su presidente, gran protegido de Florentino y de Prisa, de Suárez, de Pedro León e incluso de la afición, soberano protector de ésta. Increíblemente ha movido hilos quedando bien con todos y haciendo amigos por todas partes. Enhorabuena, chico. Espero que Mendilibar dure muchos años y no te de el placer de merendar ese hambre que le tienes. Cuando lo hagas será para no perdérselo, con Almax y Primperán, porque será presa fácil; un hombre que habla en el campo y en chándal, justo donde tu voz no se oye.
Empezando por lo bueno, sin duda el mejor periodista (o comunicador, como queráis: como no tengo ninguno, los títulos me la traen floja) radiofónico de Valladolid, a mi entender y al de la mayoría de los oyentes vallisoletanos y al que sólo le hace sombra en el periodismo escrito el gran cronista Arturo Alvarado. Habitualmente bien informado y mejor relacionado, hábil comunicador y creador de opinión, su programa es ameno y suele ser la referencia final. Palabra de Tornadijo.
Como todo periodista actual bien colocado, se mueve como nadie según la dirección en la que sopla el viento. Defensor a ultranza, junto a Andrés de Paz, de Pacho Maturana en un año en el que el equipo dio que hablar para lo bueno, se apuntó a su destitución dentro de la "farsa" Marcos Fernández para hacerse con el control de las acciones del club a cambio de oscuros negocios con el Ayuntamiento de Valladolid, apuntando una gran visión de futuro. Abanderado de la permanencia en el equipo de Peternac ante la oferta de la Real Sociedad, tampoco tuvo reparos en llamar cenutrio a no se sabe quién (por supuesto nunca dijo el nombre de Don Marcos, no vaya a ser) la temporada siguiente por no haberlo vendido. Entusiasmado ante la llegada de Benítez, no tardó en atizarle de lo lindo, incluso un par de años después cuando el técnico madrileño atravesaba el desierto, para acabar llamándole gafe y acusarle de tener "mucho morro". Tornadijo es listo y con visión de futuro, pero no es adivino y Rafa Benítez es su grano en el culo: de sus éxitos en el Valencia y en el Liverpool, ni palabra; nunca podrá entrevistarle, a no ser que se disculpe en la intimidad. Gran amigo de los Hnos. Fernández, no dudó en crucificar a Cantatore cuando le convino, para fichar a su futuro gran amigo Kresic. No sé si se sonrojaría cuando apoyó a Lewin asegurando que la caja fuerte del Pucela tenía telarañas y el club estaba descapitalizado cuando llegaron los nuevos accionistas. Eso sí, sin preguntas incómodas, que las tempestades traen lodos. Tibio ante la salida de Lewin, implacable defensor de la gestión Suárez, con entrevistas estilo Victoria Prego, para que el presi se guste y se crezca. En el panorama nacional, también sus pinitos, rancio peloteo al esperpéntico Gil y Gil, hasta que la Justicia intervino y nuevo giro de veleta. Lo que sea para estar en la cresta de la ola.
Estos días han sido fructíferos para José Ignacio. Ha hecho de por vida dos estupendos amigos de cara a su carrera: una estrella que aún no ha tocado su inmenso techo y una estrella en ciernes, siempre que su carácter pusilánime e hipocondríaco no tuerza su carrera. Entre tinto de la Ribera de algún pequeño accionista y tierno lechazo de La Criolla, se han fraguado traspasos, pre-contratos y contratos, dimes, diretes y valiosas informaciones en exclusiva. Ha sido portavoz de todo cristo sin sonrojarse y con una pasmosa veleidad ante imprevistos y demás molestias: del Getafe, de su presidente, gran protegido de Florentino y de Prisa, de Suárez, de Pedro León e incluso de la afición, soberano protector de ésta. Increíblemente ha movido hilos quedando bien con todos y haciendo amigos por todas partes. Enhorabuena, chico. Espero que Mendilibar dure muchos años y no te de el placer de merendar ese hambre que le tienes. Cuando lo hagas será para no perdérselo, con Almax y Primperán, porque será presa fácil; un hombre que habla en el campo y en chándal, justo donde tu voz no se oye.