Y es que es lo que me vino a la cabeza, cuando ayer vi el pollo que le montaron los jugadores del pateti a Pérez Burrull.
El tío no tenía ni la más remota intención de pitar nada, y los jugadores del patético literalmete se lo comen, y al fulano no le queda más remedio que parar el partido y consultar al cuarto árbitro, que dudo si vio algo o sólo pitó de oídas.
Pues bien, esa jugada, que cambió la suerte del partido, nos ocurre a nosotros en Zorrilla y me juego el cuello que no hay ni una tímida protesta, no ya de todo el equipo al unísono, en plan horda vikinga, como ayer los colchoneros, sino siquiera del que ocupara el lugar del Kun en la jugada.
Entre otras muchas cosas, también por esto, así nos va. Los árbitros nos ningunan como visitantes y nos chulean en nuestra propia casa, y en esto no sólo tienen mucha culpa los aficionados y la directiva, sino los propios jugadores, que son unos mingafrías.
El tío no tenía ni la más remota intención de pitar nada, y los jugadores del patético literalmete se lo comen, y al fulano no le queda más remedio que parar el partido y consultar al cuarto árbitro, que dudo si vio algo o sólo pitó de oídas.
Pues bien, esa jugada, que cambió la suerte del partido, nos ocurre a nosotros en Zorrilla y me juego el cuello que no hay ni una tímida protesta, no ya de todo el equipo al unísono, en plan horda vikinga, como ayer los colchoneros, sino siquiera del que ocupara el lugar del Kun en la jugada.
Entre otras muchas cosas, también por esto, así nos va. Los árbitros nos ningunan como visitantes y nos chulean en nuestra propia casa, y en esto no sólo tienen mucha culpa los aficionados y la directiva, sino los propios jugadores, que son unos mingafrías.