Estamos en puertas del segundo descenso matemático de la era del gestor Suárez y de un Consejo de Administración oculto, salvo en festejos y en partidos de caché.
Este segundo descenso puede ser una casualidad deportiva, un mal año, una mala planificación, dos balones que no quieren entrar, y te ves entre los tres peores, o también puede ser una señal clara y evidente de que a parte del inquilino del banquillo, y del pelaje de los futbolistas, hay un modelo de Dirección del club desgastado, limitado por el concepto de contención en la gestión económica y por una política de club más orientada a sobrevivir con ventas de futbolistas, con una sensación de falta de planificación global como club.
¿Creéis que el proyecto directivo está agotado?
Este segundo descenso puede ser una casualidad deportiva, un mal año, una mala planificación, dos balones que no quieren entrar, y te ves entre los tres peores, o también puede ser una señal clara y evidente de que a parte del inquilino del banquillo, y del pelaje de los futbolistas, hay un modelo de Dirección del club desgastado, limitado por el concepto de contención en la gestión económica y por una política de club más orientada a sobrevivir con ventas de futbolistas, con una sensación de falta de planificación global como club.
¿Creéis que el proyecto directivo está agotado?