Hace tiempo analicé en una tertulia de amigos la carrera de Torres Gomez. A todos nos había quedado un mal sabor de boca porque sus últimas dos temporadas estuvo muy justo, pero, a mi entender, fue un lateral que dió un gran rendimiento al Valladolid. Titular indiscutible durante años en primera, su declive coincidió con el descenso.
Sacó el curso de entrenadores con el número 1 de su promoción y se ha diluído en el organigrama del Valladolid por su caracter apocado frente a los notas que pueblan este mundo. Ese caracter apocado es el mayor escollo que yo veo a su carrera.
En esa tertulia varios sopesamos el que algún día pudiera ser el primer entrenador del Valladolid. Y ya veis, ha dado el primer paso.
Es lo que tiene esto del fútbol, que caben todas las opiniones. A mi, hasta ahora me está ilusionando el proyecto. Por primera vez en mucho tiempo empiezo a atisbar un proyecto con señas de identidad arraigadas en la ciudad y el club. Hay que esperar, pero a mi me gusta.
Mucha suerte a Torres Gómez. Tengo entendido que es un profesional honrado y una buena persona. Se juega mucho, porque mientras Mendi, Clemente, Kresic, Olabe, todos estos, si la cagan se van a su casa y santas pascuas. La casa de Torres Gómez está aquí, y si la caga son sus vecinos quienes le van a señalar con el dedo. Todo mi apoyo desde ya. Si García Calvo, Torres Gomez y One cuajan, tendremos la estabilidad y el caracter que estamos demandando durante años.