De Víctor Casadesús, a olvidarse. Demasiado bueno y versátil, y si encima mete goles, que ha sido siempre su hándicap, pues ya imposible.
A Sutil no le he visto nunca. Pero ahora tengo claro que hay dos opciones: o intentar salvar los muebles con lo que hay y quitándose muertos de encima, tirando de canteranos y aguantando casi seis meses todo lo que se avecina o se traen el máximo de jugadores posibles, 3, 4 o 5, me da casi igual quiénes sean con tal de que se lo peleen, pero que supongan un revulsivo para una plantilla triste, desquiciada y sin referentes, para al menos intentar competir, que es la gran carencia del equipo desde la relajación de marzo de 2009.