Un partidazo digno de la Premier League el que hemos visto en Zorrilla. Un partidazo que deja de ser digno de Premier League por el arbitraje. Es alucinante que esto se permita. El equipo hoy ha luchado contra catorce jugadores del Athletic, los once que iban de rojiblanco más árbitro y linieres, por no hablar de Andújar y el equipo de Marca TV.
Hablando de el partido en sí, hemos visto los mejores quince mejores primeros minutos de la era Djukic. Se acabó al fin eso de salir dormidos los quince primeros minutos y encajar goles por ello, ahora el equipo sale los primeros quince minutos a matar y lo aprovecha. El problema han sido el resto de minutos. El equipo dejó de jugar a matar y jugó a ser matado. Y estuvo cerca. Estuvimos al filo de la derrota. Perdimos el centro del campo y nos limitamos a dar pelotazos que Guerra, cuyo partido fue colosal, bajaba como bien podía ante Gurpegui, San José, Aurtenetxe, Iraola o Laporte. Perdimos el control del partido a partir del minuto 20 y el Bilbao dominó todo el final de la primera parte, con caricia incluida, y pudo empatar antes.
La segunda parte se intentó salir como en la primera. El palo de Guerra fue determinante. Si ese balón entra el partido se hubiera acabado ahí. Hubiera sido la guinda del pastel. No lo fue y nos empataron. Con el empate el partido era ir y venir, un rato en un área, otro rato en la otra, y así constantemente. Es lo que menos nos beneficia. Este equipo vive de la posesión, este equipo necesita elaborar para jugar bien, y en partidos de ida y vuelta está perdido. El Athletic nos pudo matar al contragolpe, el cual ni sabemos aprovechar ni sabemos frenar.
Omar pudo darnos la victoria pero incomprensiblemente falló lo que medio estadio cantó como gol. Porque debió serlo. Al final, ovación a Guerra y regreso del avioncito. Manucho peleó pero no hizo nada destacable. Sensación de perdonar al rival y al mismo tiempo de pasar setenta minutos acojonado. Curioso el partido.
Es una pena que Rubio, Sastre y Óscar perdiesen el control del centro del campo. Otro gallo hubiera cantado. Sigo pensando que el puesto de Sastre no es jugar en la posición de Víctor Pérez sino en la de Rubio, y creo que Baraja a día de hoy nos aporta más como sustituto de Víctor porque me da la sensación de que Rubio y Óscar juegan más cómodos con Javi que con Sastre.