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¡POR FIN!
La expresión más escuchada en los aledaños de Zorrilla al acabar el partido era: ¡Por fin!. Una expresión de satisfacción después de todo lo vivido en los últimos meses por parte de una afición, que a pesar de todo, demostró estar al lado de su equipo. Afición fría dicen.
El partido del Villarreal se presentaba clave para no descolgarse de las opciones de permanencia, como ya hiciera el Betis el viernes. Era el momento de ganar y todo el pucelanismo lo sabía. Sin embargo, el rival no era el más propicio, el equipo revelación de esta liga con jugadores como Gio o Uche, se presentaba temible para la improvisada defensa de Juan Ignacio. Con la baja de Marc Valiente, volvió a dar entrada a Jesús Rueda e hizo debutar al serbio Mitrovic, y ahí se comenzó a cimentar la victoria. Las alas del ataque quedaban para los "revulsivos" Rama y Larsson, y Víctor Pérez cedía su sitio a Rossi. Un once titular inmejorable, si echábamos un vistazo al banquillo.
Los primeros compases del partido fueron anodinos. El Villarreal dominaba pero sin generar ocasiones de gol ante la buena colocación, esta vez sí, de la defensa pucelana. Por contra, el Real Valladolid sólo conseguía llegar a arreones, pero sin mucha efectividad. Sólo una jugada a balón parado conseguiría mover el marcador, como así fue. Rossi puso una falta en el área para que Rueda rematara al interior de la portería de Asenjo. Rossi puso de manifiesto que hay más jugadores en la plantilla que saben tirar faltas y Rueda, besándose el escudo, que hay jugadores que sienten al Real Valladolid como el que más.
La segunda parte se preveía muy larga para los intereses pucelanos, sin embargo fueron los de Juan Ignacio los que llevaron la voz cantante en los primeros compases. A falta de la calidad que "otros" se negaron a ofrecer, el Real Valladolid sacó la casta y el esfuerzo coordinado de todos los jugadores para amarrar los tres puntos vitales. Desde la defensa, con el "kaiser" Rueda, un más que correcto Mitrovic y un incombustible Peña, hasta el derroche físico de Larsson y Rossi, y un líder en el campo como Óscar, todos transmitieron a la afición que era el día. Y la afición respondió.
Pero claro, el Villarreal no se encuentra luchando por una plaza Champions por casualidad y era evidente que iba a tener sus oportunidades, pero ahí apareció San Mariño, que ante su ex-equipo y el que probablemente sea su equipo el año que viene, volvió a hacer lo que él sabe hacer. Un balón en profundidad dejaba a Uche sólo ante el gallego, y como si de Casillas ante Robben se tratara, Mariño consiguió despejar el balón a córner para alegría de la parroquia pucelana. Los tres puntos se quedaban en Zorrilla.
Victoria importantísima que se debe ver refrendada en próximos partidos, ofreciendo la imagen que se dio ante el Villarreal de solidez defensiva y derroche común. Hay jugadores comprometidos, desde los que indiscutibles como Óscar o Guerra, los que pasan por el banquillo como Rueda o Víctor Pérez y los que juegan pocos minutos como Baraja. El que no esté comprometido, que pase por caja.