Ha finalizado la competición de voleibol y se ha producido la curiosa coincidencia de que se ha repetido la final tanto en modalidad masculina como femenina: los Estados Unidos se han enfrentado a Brasil en las dos finales y se han repartido los oros.
Modalidad masculina
Final
Estados Unidos se proclamó campeón olímpico en voleibol tras arrebatar el título a Brasil y se confirmó como la bestia negra de la 'canarinha' que pierde su hegemonía en el voley mundial y se tuvo que confirmar con la medalla de plata en los Juegos de Pekín 2008.
La selección estadounidense, que se deshizo de Brasil en la fase final de la Liga Mundial dando otra de las sorpresas de esta temporada, volvió a tener al veterano Ball como su mejor jugador y lideró el triunfo de su equipo que se impuso por 3-1 (20-25, 25-22, 25-21 y 25-23).
Tercer y cuarto puesto
Por otro lado, en la lucha por la medalla de bronce, la victoria sonrió a Rusia, actual subcampeona continental, que no dio demasiadas opciones a la Italia del ex seleccionador español Andrea Anastasi, a la que derrotó por un claro 3-0, con parciales de 25-22, 25-19 y 25-23.
Así, Rusia mantiene la medalla de bronce lograda en Atenas, mientras que la 'azzurra', plata hace cuatro años, se tuvo que conformar con el cuarto puesto y lograr así un diploma olímpico.
Modalidad femenina
Final
Brasil se bañó en oro olímpico, por primera vez en su historia, al vencer a Estados Unidos en una final igualada en la que nadie dio su brazo a torcer hasta el final. La paciencia es una virtud y Brasil sabe esperar su oportunidad. Es como si dividiera mentalmente cada set en varias partes. En la primera no le importa la alternancia en el marcador, ni las igualadas. Sabe esperar.
Pero en cuanto llega su oportunidad y hace la más mínima ventaja, cambia de ritmo, pone una marcha más e intenta apabullar al contrario. Fue justo lo que hizo con Estados Unidos en el primer set. Hasta el empate a diez, las norteamericanas se habían adelantado, mínimamente, en dos ocasiones y con prontitud Brasil recuperó el terreno, pero en cuanto fue al contrario y consiguió una ventaja (10-12), gracias a un bloqueo, se lanzó a la yugular del rival.
Un 0-5, merced a grandes defensas tras el saque flotante de Fofao, permitió a las sudamericanas ver el punto más cerca. Las estadounidenses quedaron noqueadas y más cuando recibieron otro parcial idéntico para pasar de un 11-15 a un 11-20. En total un 1-10 definitivo para la suerte del primer punto.
Brasil no estaba especialmente inspirado pero redujo al mínimo sus errores y apretó los dientes en defensa, sabedor de que sus rivales eran peligrosas en ataque y que convenía cerrar sus habituales pasillos de remate. Pero Estados Unidos, quizá el equipo que más ha progresado durante la competición, no estaba dispuesto a vender barata su piel y salió en la segunda manga a tope de revoluciones. Un 5-1 de entrada fue una buena manera de empezar.
A remolque, Brasil apretó los dientes. Pero las norteamericanas demostraron que no estaban en la final de espectadoras y con buenas defensas y un ataque poderoso se fueron hasta un 10-4. Las brasileiras lo intentaron una y otra vez, pero todos sus arreones en el marcador fueron contestados de inmediato, hasta que la igualdad se restableció en el marcador, 25-18 y 1-1.
Con el borrón y cuenta nueva, Brasil se marchó pronto en el marcador, 3-6, dedicándose a administrar desde entonces la diferencia, un aspecto en el que son maestras, al igual que sus compatriotas masculinos. Es casi como poner dinero a plazo fijo en el banco. Un valor seguro. Tras el 1-2 era el turno de las norteamericanas, pero no acudieron a la cita, o mejor dicho, las brasileñas no les dejaron llegar.
Hubo una igualdad total. Cada punto era contrarrestado de forma inmediata. Hasta el empate a 21. Un mal saque estadounidense, dos bloqueos consecutivos de Brasil y un remate fuera de las norteamericanas dieron a Brasil su primer oro olímpico. Un auténtico baño en oro.
Tercer y cuarto puesto
Anteriormente, China se adjudicó la medalla de bronce al vencer a Cuba por el mismo resultado, 3-1. Las caribeñas no superaron la desolación que les produjo perder en semifinales con Estados Unidos y volvieron a cometer muchos errores, alejándolas de la inmejorable imagen que dieron en la primera fase. Al final, un cuarto puesto que las supo a poco.
La otra representante iberoamericana, Venezuela, cayó en la primera fase, pero por su extremada juventud y por su juego, dejaron entrever que el futuro es suyo.