Por lo visto los jugadores de nuestro propio equipo se han quejado del césped. Para mí no es una excusa para no haber sacado los tres puntos, pero me parece bochornoso que tengamos que ver semana tras semana como hay jugadores que se lesionan por un césped lamentable en los Anexos tanto en el campo de entrenamiento de césped natural como en el césped artificial del Promesas.
Dicho esto me parece que el partido de hoy confirma una máxima del fútbol: no por tener más delanteros en el campo vas a marcar más goles. Hoy el Real Valladolid ha jugado los 90 minutos con dos puntas... ¡y no ha tirado a puerta!
Me parece bochornoso que nuestro propio equipo sea incapaz de tirar a puerta en su propio estadio, ni siquiera aunque el rival fuera el Barça de Guardiola. Pero es que no jugábamos contra el super Barcelona, jugábamos contra la Ponferradina, una Ponferradina que venía en una racha paupérrima, que acababa de echar a su entrenador y venía con uno interino, que ha perdido a su mejor jugador, y que ni siquiera había organizado un desplazamiento para sus aficionados.
Tenemos una defensa que transmite una seguridad escasísima, y menos desde la parte izquierda. Un medio del campo de chiste, no hay extremos y no creamos ocasiones. Pero ojo, hacían falta dos delanteros más y Borja.
De risa. Este equipo sin Álvaro Rubio, sin Óscar, y con Del Moral escorado a una banda, no juega a un pimiento. Y si tampoco tenemos al único jugador que parece que sabe empujar el balón a los tres palos, estamos apañados.
Ha perdido el Oviedo y ha empatado el Leganés. No me jodas, si es que nos lo ponen a huevo, y somos así de malos.