“Amath está muy motivado y enfocado en conseguir el ascenso”
Después de más de una década, el atacante ha vuelto al Real Valladolid, para alegría de amigos que dejó en la ciudad como Javi León.
En ocasiones la vida nos presenta oportunidades de contradecir la sabiduría de Joaquín Sabina. El atrevimiento incluso a veces nos lleva a convertir en un tópico prácticamente motivacional las premisas contrarias, como sucede con aquella del maestro que dice que “al lugar donde has sido feliz no debieras tratar de volver”. Amath Ndiaye es de los que quieren darse segundas oportunidades y de los que creen que puede salir bien, y por eso no dudó en enero en volver al Real Valladolid.
El atacante senegalés ha caído de pie y, en apenas un par de partidos, ha sido capaz de estrenar su cuenta goleadora, como hizo ante el Real Sporting en El Molinón, donde fue a festejar con la que, ahora sí, es su afición. “Siente su calor; desde que ha llegado, ha sentido su cariño. Está muy motivado y enfocado en conseguir el objetivo de ascender”, confirma Javi León, con quien compartió vestuario en su primera etapa como blanquivioleta, así como en el CD Parquesol, adonde fue cedido debido a las restricciones de las alineaciones de extranjeros menores de edad.
De la ‘Resi’ al Saso
León, que juega como mediocentro en el CD Mojados de la Primera Regional de Aficionados, era defensa en el equipo cadete del Pucela cuando conoció a Amath. “Gracias a su potencia, era muy superior. Yo pensaba que, si no llegaba a ser profesional, es que la meritocracia no existía en el fútbol. Entrenando lo sufrí mucho; yo jugaba de lateral izquierdo y él de extremo derecho, y después de más de un entrenamiento me volví a casa llorando”, confiesa entre risas.
Cuando fue descartado en Los Anexos, León se fue al Parquesol, donde recaló el atacante africano a préstamo. “Vino a salvar al Juvenil Regional y jugó los últimos cinco partidos. En su debut, perdió un par de balones nada más salir, y pensé que había venido a pasearse, pero cogió otros dos, marcó dos goles y remontamos. Fue decisivo”, narra su amigo, con quien vivió el ascenso a Liga Nacional -en la que el Parquesol sigue desde entonces-, al que aportó trece goles antes de marcharse.
“Cuando en el Real Valladolid quisieron volver a cederlo, pensaron en que fuera a un equipo de aficionados (como Pape, compatriota suyo que entrenaba a las órdenes de Miroslav Djukic y que se fue al Villa de Simancas), pero, por las amistades que había hecho, él quiso venir al Parquesol. Estaba en la ‘Resi’ y estaba al lado. Después de ascender, pasó la ‘anécdota’ con el Atlético de Madrid, que quería a Pape, y Suárez dijo que, si llevaban al bueno, que se llevasen ‘al otro’ también”, recuerda Javi León, quien evita adjetivar a su compañero como ‘malo’, como, según cuenta la leyenda, pudo hacer el entonces presidente.
Una amistad duradera
Como colchonero, Amath siguió siendo decisivo, por ejemplo, en Los Anexos, donde, en su primer año como rojiblanco, marcó un doblete a sus excompañeros. En Valladolid dejó buenas amistades, como el propio Javi León, que ha ido a verle jugar en los equipos en los que el africano ha militado, como en la final del playoff de ascenso a Primera que jugó con el Tenerife ante el Getafe. “El fútbol te pone a personas en el camino que, en casos así, piensas que no vas a volver a tener cerca, pero ahora puedo estar otra vez con él. Es bonito”, dice el exblanquivioleta.
No en vano, cuando se marchó, Amath no lo hizo con la idea volver, sino pensando “que le habían echado”, una sensación que le llevó a celebrar aquel tanto que anotó con el Tenerife en Copa del Rey, en el José Zorrilla, que “no significó que tuviera sentimientos negativos hacia Valladolid”. “Le guarda mucho cariño al Parquesol, le encanta la ciudad y el club ha cambiado mucho. Tiene la espinita de lo que sucedió entonces, quiere ascender y quiere quedarse aquí”, insiste su amigo.
Amath Ndiaye fue la gran obsesión de Domingo Catoira durante el pasado mercado invernal; habida cuenta de que sus habilidades eran necesarias en el plantel, el director deportivo apostó firmemente por él. Entonces terminó de cambiar la vieja sensación de que su agencia de representación (EF11 Sports Management) estaba poco menos que vetada. El fichaje de Tunde ejerció como ‘llave’ de un cambio total, concluido con la renovación del nigeriano y con el retorno del senegalés.
Él mismo puso también de su parte; tenía otras ofertas, de España y del extranjero, pero, una vez el Mallorca se hizo con el recambio que esperaba para dejarle marchar, no dudó. “Conoce la ciudad, le gusta, tiene amigos y quería venir. Siente esto como suyo; aquí llegó siendo un niño y se fue siendo futbolista. Está deseando ascender y echar raíces aquí”, pondera Javi León, cuyo primer recuerdo al ver que marcaba el gol al Sporting fue su debut con la camiseta del Parquesol. Como entonces, su amigo considera que puede ser un revulsivo, y avisa: “Está haciéndolo bien y puede hacer cualquier cosa. Como consiga marcar el gol del ascenso, me vuelvo loco”.
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