Luis César es un entrenador que da lo que da. A toro pasado parece un error su fichaje el año pasado, pero hay que tener en cuenta dónde estaba el club: en la más absoluta mediocridad después de su tercera temporada en segunda, por lo que un entrenador acorde era un tío de segunda como Luis César. Y no nos engañemos: si a principio de temporada nos dicen que viene Sergio, nos hubiéramos llevado las manos a la cabeza por no traer a un tío con experiencia.
No le voy a echar en cara que fuera un talibán en los planteamientos, de partidos de 5 goles a favor y 4 en contra en el mejor de los casos, porque esa fama ya la traía. Lo que es imperdonable es el trato a algunos jugadores como Míchel, Antoñito o Nacho, que cayeron en desgracia simplemente por opinar distinto al entrenador, según me han contado. Discusiones que no eran elevadas de tono, pero que en el momento que se discrepaba con el míster, éste les mandaba a la grada por no acatar lo que había...