Sergio, entrenador del Real Valladolid: «La primera batalla la perdimos, pero el equipo dio la cara»
El técnico barcelonés se muestra confiado en meter a los suyos en 'play off', aunque sabe que es «una empresa bonita y complicada»
Como si hubiera estado toda la vida al frente de un equipo en estado de ansiedad; abierto, relajado y muy seguro de lo que dice, Sergio González se presenta a esta entrevista sobre el césped del Nuevo José Zorrilla sorprendido por la acogida que ha recibido en el vestuario y por el buen tiempo que reinaba en la ciudad. «Solo faltan aquí unas coca-colas y unas olivas», afirma entre risas, demostrando sentirse cómodo y confesando que ha recibido muchas muestras de ánimo de compañeros desde su llegada al equipo blanquivioleta.
–¿Cómo vive su primera semana como entrenador del Real Valladolid?
–Estoy muy contento de haber sido el elegido. Tengo claro la situación en la que está el equipo y la que está viviendo la entidad. Sé cuál es el objetivo principal.
–¿De qué manera se trabaja con un equipo que necesita ganar y llegar al 'play off', pero que se encuentra a cinco puntos de él?
–Lo que hacemos es intentar coger todo esto, aparcarlo y dejarlo al lado. Venimos a una liga de ocho partidos de los que seis son con equipos de 'play off' o que están cerca de él. Es un reto apasionante. Si venir a una entidad como el Real Valladolid ya reúne todos los condicionantes, el calendario se suma a ellos.
–Casi nada el reto... Ocho partidos para conseguir el objetivo de la temporada y derrota a las primeras de cambio.
–Es difícil, pero teníamos muchas ganas de volver a los ruedos y agradezco al Real Valladolid la oportunidad que me ha dado.
–¿Hay demasiada ansiedad?
–Los jugadores son conscientes de la entidad en la que están y la camiseta que defienden. El futbolista ya tiene presión por el hecho de serlo, pero es verdad que el Real Valladolid es muy importante y por eso están rabiosos por este domingo pasado, por no haber podido dar una alegría importante a la afición. El Sporting vino con mucha gente y nosotros queríamos volver a engancharnos. Ojalá que este viernes lo consigamos.
–¿Los jugadores se encuentran fuertes mentalmente?
-Nos han aceptado de una manera increíble. Están muy receptivos. Los datos físicos del choque ante el Sporting han mejorado mucho a los de partidos anteriores, lo que demuestra que el hecho de que llegáramos nosotros ha hecho que ellos lo dieran todo, que se vaciaran. Exigimos a los jugadores que compitan y así estarán mucho más cerca de ganar y pueden salir siempre con la cabeza alta.
–¿Da tiempo a recuperarse de un mazazo así?
–Ellos están fastidiados porque tenían en mente que el partido del Sporting era muy importante. No solo a nivel de puntos, sino también por la afición, porque hubiera sido un golpe de efecto trascendental. El equipo hizo un buen calentamiento y salió muy mentalizado, pero el gol fue un jarro de agua fría y les hizo volver a tener sensaciones antiguas. En el descanso lo hablamos, le dimos una vuelta de tuerca y tuvimos opciones. El equipo se hubiera merecido puntuar, como mínimo.
–Y en tres días el Oviedo...
–Los jugadores tienen 24 horas para estar fastidiados, a las 48 horas casi recuperados y al tercer día han de estar a tope porque el viernes tiene otra guerra por delante.
–¿El futuro más inmediato tras la derrota?, ¿Hay tiempo de enmendar la temporada?
–Eran ocho jornadas, ocho batallas para ver si finalmente conquistamos el objetivo. La primera la hemos perdido, pero el equipo dio la cara y como mínimo estuvo igual que el Sporting. Nos vino todo en contra: gol muy pronto en fuera de juego, penalti no pitado, situaciones de gol... El equipo no tuvo el premio que se merecía, pero esa batalla ya se perdió y ahora nos toca la del Oviedo. Tenemos que ir peleándolas y ver si da para entrar en el 'play off'. Lo importante es ir una por una, porque no vale estar pensando en la cuarta si no estás centrado en la segunda.
–No se apreciaron grandes cambios en su planteamiento del pasado domingo respecto al de Luis César Sampedro, su predecesor.
–A nivel de nombres, nos encajaba con el planteamiento que queríamos hacer. Nuestro esquema principal es el 4-4-2, con dos puntas, aunque es verdad que ese mediapunta que pueda hacer a la vez de segundo punta no lo teníamos. Tanto Mata como Toni Martínez son dos delanteros de referencia arriba y Chris estaba lesionado. Toni Villa es el que puede ocupar esa posición.
–¿Y el centro del campo?
–Lo ideal sería jugar con un pivote más fijo como ancla del equipo y el otro con capacidad para organizar y llegar. Viendo el rival que teníamos enfrente y que su punto fuerte era pillarnos a la espalda en la contra tras robo, queríamos reforzar esa zona del campo. Rubén García es un futbolista muy rápido, Nano Mesa también, Carmona se mete por dentro y hace de mediapunta, y el otro pivote le podría coger...
–Pero no resultó.
–Creemos que lo más importante es darle solidez al equipo con esos cuatro defensas y dos pivotes cambiando un poco los mecanismos de inicio de salida de balón. Es verdad que el gol tempranero hizo que todo se ofuscara. Sobre la marcha tuvimos que irnos adecuando y al final pudo caer tanto un gol nuestro como uno del contrario; nos expusimos bastante porque el partido lo requirió.
–¿Cómo prefiere que actúen sus laterales?
–Me gusta el orden. Cuando un lateral sube, el del lado contrario tiene que equilibrar. En Segunda División muchos equipos utilizan la presión ofensiva tras robo, con gente muy rápida arriba. Si te habitúas a tener una línea de tres con un pivote por delante, aseguras el aspecto defensivo. El lateral tiene total libertad para subir, desdoblar e incorporarse, pero cuando lo haga uno, el otro tiene que hacer el equilibrio.
–¿Acostumbra a jugar con tres centrales?
–Puedo utilizar esa solución como recurso si durante el partido el contrario mete dos puntas rematadores, pero de inicio no me gusta.
–¿Qué va a hacer de cara al próximo encuentro, sin Toni Martínez y con Chris Ramos aún lesionado, además de las bajas de Borja u Ontiveros?
–Para un entrenador es mucho mejor tener a todos los futbolistas, pero el fútbol es así y lo solucionaremos. Va a venir a entrenar con nosotros un delantero del filial esta semana [la entrevista se realizó el martes por la mañana y en el entrenamiento de la tarde ya participó Luis Suárez]. Sabíamos cuando llegábamos que la empresa es bonita y es complicada y vinimos con el conocimiento de que hay muchos hombres cargados de amarillas, pero el equipo tiene que saber sobreponerse a todo ello. Tenemos alternativas.
–¿Suele tirar de cantera?
–Somos amantes de ella, pero llevamos poco tiempo aquí, aunque es cierto que ya hemos visto algunos vídeos para conocerlos. Ahora mismos dependemos de lo que nos diga el técnico del B y la Dirección Deportiva.
–¿Mata seguirá haciendo goles o la nueva forma de juego le penalizará en ese aspecto?
–Nuestra idea es que la forma de jugar beneficie a Mata. La intención es complementarle, no restarle. Intentaremos que tenga muchas alternativas de remate, ya sea por centros, por dentro, con un acompañante a su lado para que la línea defensiva tenga que distribuirse y no sea solo Mata la referencia ofensiva... Estamos trabajando para potenciar más su enorme rendimiento. Este año a nivel de goles ha sido el que más ha tirado el equipo para adelante. Nosotros queremos que siga en esa línea y que otros jugadores se sientan implicados a la hora de llegar hasta la portería.
–¿Haber sido futbolista hasta hace pocas temporadas le da ventaja en este tipo de situaciones?
–No es que por ser futbolista seas mejor o peor entrenador. Las plantillas y los números te dan esos resultados; los jugadores son los importantes en un equipo de fútbol para que el míster tenga esa validez. Sí que es verdad que hay situaciones a las que te puedes anticipar por las vivencias que has tenido. Como jugador he sido titular indiscutible, he estado en el banquillo mucho tiempo, me han sacado faltando tres minutos... He vivido situaciones que ahora tienen que vivir ellos.
–¿Y de qué manera se afrontan desde el otro lado, cuando se forma parte del cuerpo técnico?
–Nosotros siempre vamos de cara, no engañamos al futbolista. A mí no me gustaba que si me decían algo, luego no se cumpliera. Si decimos algo, vamos a ser consecuentes. El futbolista tiene que saber en cada momento su rol; esa es mi ventaja por haber sido jugador profesional antes.
–¿Cómo vivió la llamada del club y su llegada casi inmediata a Valladolid?
–Es un cambio vertiginoso. Cuando escuchas en la prensa que puede haber un cambio, enfatizas en ese equipo, por si puedes ser uno de los elegidos. Luego todo llega con mucha celeridad. Fue cerrar el acuerdo, trasladarnos a Valladolid, ponernos al día... Aún estamos en ese rebufo de trasladar nuestra forma de trabajar al cuerpo técnico que tenemos, que nos ha recibido muy bien y es gente muy preparada que está aquí por algo. Tenemos que adaptar cómo trabajan ellos a lo que queremos nosotros. A partir de ahí, hablamos con los futbolistas e intentamos que lleguen frescos físicamente al partido para que puedan hacer un desgaste máximo; esa es nuestra primera misión. Después, vamos a ir metiendo nuestra forma de jugar y cómo la queremos variar.
–Tras dos temporadas sin entrenar, ¿de qué forma se mantiene actualizado un entrenador en paro?
–De lunes a viernes es más tranquilo, pero los fines de semana viendo muchos partidos, llamando por teléfono... Gracias a la televisión puedes ver encuentros ya pasados. Además, llevas una base de datos con los minutos que juega cada jugador, sistemas, cambios... Es un trabajo invisible que no se valora hasta que te vuelven a dar la oportunidad y gracias a esos valores puedes anticiparte en días la preparación que necesitas para estar a tope con el equipo que luego te pueda elegir.
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