La reinvención de Baltanás
El segundo entrenador del Betis empezó a trabajar con Julio Velázquez en el Real Valladolid Juvenil tras colgar las botas en 2008 por la gravísima lesión que sufrió en el Promesas
El cuerpo técnico del Betis es verdiblanco, pero con una capa interior muy blanquivioleta. El entrenador bético, Julio Velázquez, y su segundo, Miguel Ángel Baltanás, se conocieron en el verano de 2009 en el estadio José Zorrilla y allí fraguaron un vínculo futbolístico recuperado el año pasado en el Real Murcia y que ahora pasa por Sevilla.
Velázquez llegó aquel año al Real Valladolid para encargarse del banquillo del Juvenil de División de Honor. Baltanás formaba parte de la estructura deportiva blanquivioleta tras dejar el fútbol en 2008, con solo 21 años, debido a una gravísima lesión.
«Nos presentó Javi Torres», rememora el ahora segundo entrenador del Betis. «Roberto Olabe era el director deportivo y Julio yo hablábamos día a día. No le conocía de antes. Yo estaba en una etapa en la que me asaltaban las dudas. Había terminado el Bachillerato y no sabía hacia dónde tirar. Entonces me planteó la posibilidad de entrenar con él al Juvenil y compaginar ese trabajo con las labores administrativas en el fútbol base del Real Valladolid. Así empezó todo».
La vida de Miguel Ángel Baltanás (Dueñas, Palencia, 1987) es la de un sueño astillado por el lado más amargo del fútbol. El futbolista palentino llegó a los Anexos de Zorrilla con 15 años y vivió una fabulosa progresión como central, que incluyó convocatorias con la selección española sub 18 y atentos seguimientos de los responsables deportivos del club blanquivioleta. Pero el 27 de febrero de 2005, durante un partido del Real Valladolid B contra el Atlético Perinés, Baltanás trató de salvar un balón y su pierna derecha impactó de manera brutal contra uno de los postes. La fractura de tibia y peroné fue lo de menos. Lo peor llegó cuando, tras ser operado, apareció una gravísima dolencia, asociada a las fracturas, denominada ‘síndrome compartimental’ que afecta a nervios y músculos y que, en los casos más severos, puede conducir incluso a la amputación.
«Fue francamente duro, porque hasta ese momento me veía con todas las posibilidades del mundo, iba con la selección española, entrenaba con el Promesas, contaba en algunas sesiones del primer equipo y, de repente, me pasó esto, algo que te mata directamente. Pasé los peores dos años y medio de mi vida y llegó un momento en el que no sabía qué hacer».
El gesto de Carlos Suárez
El Real Valladolid no se olvidó de Baltanás cuando, en 2008, quedó claro que no volvería a jugar al fútbol y anunció que colgaba las botas tras visitar muchos quirófanos. El presidente blanquivioleta, Carlos Suárez, le ofreció trabajar en los despachos. «Para Carlos no puedo tener más que palabras de agradecimiento. Siempre», dice Baltanás.
Entonces, cuando solo contaba con 22 años, se cruzó en su nueva vida profesional un entrenador insultantemente joven llamado Julio Velázquez (27 años en aquel momento) que venía de brillar en el banquillo del Polideportivo Ejido Juvenil de División de Honor y que llegaba a los Anexos para dirigir a los chicos del Real Valladolid en la misma categoría. «Recuerdo que perdimos los dos primeros partidos, pero luego el equipo empezó a coger carrerilla y, antes de que subiéramos para entrenar al filial, ganamos al Madrid en casa y nos metimos en la zona alta de la tabla».
El papel de segundo entrenador que Miguel Ángel Baltanás comenzó a desarrollar entonces resulta muy parecido al que ejerce en la actualidad en el Betis:«Aparte del trabajo en el campo, se trata también de estar pendiente de los jugadores, que reine el buen ambiente, fomentar el compañerismo, mandar buenos mensajes.... La tarea en un equipo profesional, como ahora en el Betis, implica también el análisis de los rivales, algo que ya había hecho en Zorrilla para entrenadores como José Luis Mendilibar, Onésimo Sánchez o Antonio Gómez».
Julio Velázquez se marchó al primer equipo del Polideportivo Ejido en el verano de 2010, después de su etapa blanquivioleta al frente del Juvenil División de Honor y del Real Valladolid B. Baltanás se quedó en Zorrilla, donde fue nombrado responsable del departamento de observación.
Del Murcia al Betis
«Para mí era precipitado salir. Mantuvimos la relación, incluso se acrecentó. Julio hizo una buena campaña en el Poli Ejido, pasó al Villarreal C, Villarreal B y, posteriormente al primer equipo del Villarreal tras el descenso a Segunda. En enero de 2013, le despidieron. Estábamos en contacto, hablábamos... Una vez que se abrió el mercado en verano, apareció la posibilidad del Real Murcia. Me preguntó cómo vería trabajar con él de nuevo. Evidentemente, era un paso en mi carrera. Si no lo daba con 26 años, no lo iba a dar nunca».
Al principio, Carlos Suárez torció el gesto cuando Baltanás le comunicó que se iba al Murcia como segundo de Julio Velázquez porque entendió que perdía una pieza importante en el engranaje blanquivioleta. Sin embargo, el presidente acabó apoyando a ‘Balta’ para que emprendiese su nueva aventura. En Murcia, le tocó aclimatarse con rapidez.
«Siempre se trata de adaptarse lo antes posible al entorno, a la ciudad y al papel de segundo entrenador. Allí me encuentro con Óscar Sánchez, que ya estaba en el primer equipo del Real Valladolid cuando yo era juvenil en los Anexos. Llego con 26 años para dar indicaciones a un tío de 35... Pero todo fue muy bien».
Y tras, el Murcia, fue el Betis el que apostó por Julio Velázquez este verano. «Un señor club», dice Baltanás. «Es otra cosa, un mundo diferente. No tiene nada que ver con otras estructuras, con otras ciudades. Hay que saber convivir con la presión. Podemos ganar o perder, pero siempre debemos aceptar lo que venga, sean críticas durísimas o halagos».
El vallisoletano (accidentalmente nacido en Salamanca) Julio Velázquez, de 32 años, y el palentino Miguel Ángel Baltanás, de 27, llegan este domingo a Zorrilla como técnicos visitantes. «Uffff... Estuve allí desde los 15 años. Va a ser especial», suspira Baltanás, que ve al Pucela como «un candidato muy fuerte al ascenso». «Se ha hecho una plantilla muy coherente».
El fútbol truncó la carrera de Baltanás como futbolista, pero el futuro le puede deparar un papel como primer entrenador. «Queda mucho para eso. Estoy adquiriendo experiencia con todo lo que he vivido ya. Nunca se sabe lo que pasará, pero claro que me gustaría. ¿El banquillo de Zorrilla? Eso sería algo muy especial... y para Julio también».
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