Diego Moreno, como uno más de Pacheta
El canterano ha aprovechado las bajas para debutar con el primer equipo del Real Valladolid, con el que ha completado varias semanas a buen nivel
Desde su llegada al Real Valladolid, Pacheta se ha caracterizado por otorgar oportunidades a los canteranos, habiéndose asentado alguno de ellos en el primer plantel, cosa que ha sucedido con Fresneda y Lucas Rosa. Entre aquellos que han tenido la ocasión de jugar a sus órdenes se encuentra también Diego Moreno, lateral izquierdo del Promesas que ha sido uno más durante la preparación para la segunda mitad de la temporada, favorecido por la ausencia reiterada de Olaza.
El carrilero disputó 195 minutos a lo largo de los cinco amistosos que ha jugado el conjunto blanquivioleta, en los que mostró hechuras del jugador prometedor que demostró ser cuando llegó a Los Anexos. Lo hizo dos veranos atrás, en el de 2020, procedente del Córdoba, donde su salida provocó ruido, hasta el punto de que el entonces director general deportivo, Miguel Valenzuela, afirmó estar “jodido” por su marcha, pese a que se produjo previo acuerdo entre clubes.
Muy pronto, a las órdenes de Julio Baptista, el zurdo se subió a un trampolín deportivo que le hizo ser seguido por varios ‘primeras’ (entre cuyas canteras ya tenía cartel) y postularse a un ascenso merecido al Promesas, previa renovación hasta 2023, merced a las cualidades que enseñó. Su velocidad y capacidad para incorporarse en ataque, donde servía centros con precisión, le hicieron ser observado por el departamento técnico de la selección española a fin de poder incorporarlo a alguna citación de la sub’19, que, no obstante, nunca se produjo.
Sin embargo, hasta llegar a su debut oficial con el primer equipo, ante el Barbadás, ha pasado también por momentos más bajos, propios y habituales en un jugador en formación; concretamente, durante la pasada campaña, primera en el filial. Entonces, no llegó a tener continuidad en participación ni en cuanto al nivel ofrecido, a menudo a la sombra de Nieto, capitán y más experimentado, y sufriendo los avatares de la juventud que acabaron dando con los huesos del Promesas en la Segunda RFEF.
El presente es su tercer año a las órdenes de Baptista, para quien recuperar el nivel alto del primero, después de un primer año sénior de dura adaptación, era una de las premisas importantes de cara a este curso. Y en ello está Moreno, que comparte posición con Garri, uno de los futbolistas de mayor potencial del club, con quien ha llegado a cohabitar en algún que otro partido del filial. Totaliza hasta ahora 882 minutos, casi los mismos que la temporada pasada, y lleva un gol, fruto de esas apariciones continuas en campo rival.
A esta participación hay que sumar la oportunidad en Copa del Rey, que no sería descabellado que se repitiera ante el Arenas de Getxo. Si ante el Barbadás faltó Olaza por su reciente paternidad, sus recientes ausencias han favorecido que Diego Moreno jugase en cuatro de los cinco amistosos de preparación de la vuelta a la competición. En ellos, estuvo a un buen nivel, como aquel primer día, participativo pero contenido en ataque y preocupado por las labores defensivas, el que parecía su lunar. No con Pacheta, quien tiene en su poder otro canterano al que saca provecho.
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