El dilema de Escudero
Mendilibar le pide más implicación en la vida diaria del equipo, pero el argentino responde que no va a cambiar su carácter pa poder jugar más minutos
5 de marzo de 2009
A. G. ENCINAS.-
El caso de Damián Escudero no es nuevo. Se repite casi cada pretemporada. Llega un jugador precedido de cierta fama, maravilla en un par de amistosos y se gana la admiración del público y de la crítica, que ve en él al hombre que va a revolucionar el devenir del equipo. Sucedió con Carmona, aquel juvenil del Mallorca que deslumbró en la pretemporada en Portugal, cuando el equipo blanquivioleta militaba en Segunda División. «Va a ser la sensación de la temporada», decían. Hoy triunfa en el Cartagena, en Segunda B. Pasa igual con los futbolistas que cogen rápidamente la forma, como Kike, el delantero del Promesas. Salva las pretemporadas con nota, pero cuando las fuerzas se equiparan pierde puntos respecto a sus compañeros y competidores del primer equipo.
El de Damián Escudero puede ser una mezcla de ambos casos. Un futbolista joven, con una proyección que se antoja descomunal, habilidoso. Viene precedido de una cifra, los siete millones de dólares que pagó por él el Villarreal. Y de los vídeos de 'youtube', capaces en la actualidad de encumbrar o derrumbar a priori a cualquier nuevo fichaje. Meses después, su estrella veraniega se ha convertido en un fogonazo que se ha apagado a la misma velocidad a la que se prendió. Apenas ha jugado 429 minutos. 17 jugadores de la primera plantilla han disputado más minutos que él. En solo cuatro partidos de Copa casi ha sumado más minutos (341).
Introvertido
Mendilibar dio el pasado jueves algunas de las claves de su escaso rendimiento. Antaño había hecho referencia a la dificultad que puede encontrar en la liga española para desarrollar el mismo juego que tenía en Argentina. «Allí se iba a uno e iba a por el siguiente, tenía espacios. Aquí sales de uno y hay dos más esperándote, no hay espacios», resumía el técnico. Ahora el discurso ha tocado otros matices, los psicológicos. «Tratamos de que en los entrenamientos esté a tope, de corregirle las cosas, de hablar con él pero él tiene que dar un paso adelante, no sólo con nosotros sino con los compañeros, hacerse un poco a la vida de aquí».
Al taciturno e introvertido Escudero le cuesta dar ese paso. «Siempre fui igual, no necesito hablar para jugar. Siempre en Argentina jugué igual, siempre fui igual y no pienso cambiar para jugar», decía ayer tras el entrenamiento, cuando abandonaba el vestuario, como cada día, acompañado de su amigo inseparable, Marcos Aguirre.
En un vestuario hay sociedades inquebrantables. La que formaban Pedro López y Sisi, por ejemplo. La de Goitom y Medunjanin. El sueco, sin embargo, ha logrado centrarse en lo que el técnico le pide, en lo que sus compañeros quieren de él y en jugar al fútbol. Y su rendimiento se ha multiplicado. Escudero debe seguir esa misma línea, aunque le cuesta. De momento, recurre al tópico para hablar de tener «tranquilidad».
«Hay que aprovechar los pocos minutos que estoy jugando, pero sabiendo que es complicado y que hay que estar tranquilo», decía. Y repetía otra vez cuando se le preguntaba si se notaba la adaptación de un fútbol al otro: «Sí se nota, pero estoy tranquilo, sabiendo que estoy intentando hacer las cosas bien».
El interior argentino no está precisamente feliz, y menos ahora que incluso tiene complicado entrar en las convocatorias. Tiene por delante al 'currante' Jonathan Sesma, y eso se lo pone más complicado todavía. «Preocupa el hecho de no jugar y ahora de no estar convocado, pero todos me dicen que esté tranquilo, sabiendo que tengo condiciones, y hay que esperar», dice con una mezcla de fe en sí mismo y resignación. Desde Villarreal, su club, al que volverá cuando acabe su aventura blanquivioleta, apenas le llegan noticias. «En eso se maneja mi representante y me lo comenta a mí, pero nada, que siga entrenando muy duro».
A sus 21 años -cumplirá 22 el próximo 20 de abril-, Escudero vive el momento más complicado de toda su carrera. El público y la crítica recuerdan la promesa de su juego veraniego y esperan con paciencia. Un día saldrá y despuntará. «Calidad tiene de sobra», coinciden todos en el vestuario. Queda por saber cuándo saldrá de su caparazón.
http://www.canalpucela.es/noticias/2009-03-05/dilema-escudero-20090305.html
Mendilibar le pide más implicación en la vida diaria del equipo, pero el argentino responde que no va a cambiar su carácter pa poder jugar más minutos
5 de marzo de 2009
A. G. ENCINAS.-
El caso de Damián Escudero no es nuevo. Se repite casi cada pretemporada. Llega un jugador precedido de cierta fama, maravilla en un par de amistosos y se gana la admiración del público y de la crítica, que ve en él al hombre que va a revolucionar el devenir del equipo. Sucedió con Carmona, aquel juvenil del Mallorca que deslumbró en la pretemporada en Portugal, cuando el equipo blanquivioleta militaba en Segunda División. «Va a ser la sensación de la temporada», decían. Hoy triunfa en el Cartagena, en Segunda B. Pasa igual con los futbolistas que cogen rápidamente la forma, como Kike, el delantero del Promesas. Salva las pretemporadas con nota, pero cuando las fuerzas se equiparan pierde puntos respecto a sus compañeros y competidores del primer equipo.
El de Damián Escudero puede ser una mezcla de ambos casos. Un futbolista joven, con una proyección que se antoja descomunal, habilidoso. Viene precedido de una cifra, los siete millones de dólares que pagó por él el Villarreal. Y de los vídeos de 'youtube', capaces en la actualidad de encumbrar o derrumbar a priori a cualquier nuevo fichaje. Meses después, su estrella veraniega se ha convertido en un fogonazo que se ha apagado a la misma velocidad a la que se prendió. Apenas ha jugado 429 minutos. 17 jugadores de la primera plantilla han disputado más minutos que él. En solo cuatro partidos de Copa casi ha sumado más minutos (341).
Introvertido
Mendilibar dio el pasado jueves algunas de las claves de su escaso rendimiento. Antaño había hecho referencia a la dificultad que puede encontrar en la liga española para desarrollar el mismo juego que tenía en Argentina. «Allí se iba a uno e iba a por el siguiente, tenía espacios. Aquí sales de uno y hay dos más esperándote, no hay espacios», resumía el técnico. Ahora el discurso ha tocado otros matices, los psicológicos. «Tratamos de que en los entrenamientos esté a tope, de corregirle las cosas, de hablar con él pero él tiene que dar un paso adelante, no sólo con nosotros sino con los compañeros, hacerse un poco a la vida de aquí».
Al taciturno e introvertido Escudero le cuesta dar ese paso. «Siempre fui igual, no necesito hablar para jugar. Siempre en Argentina jugué igual, siempre fui igual y no pienso cambiar para jugar», decía ayer tras el entrenamiento, cuando abandonaba el vestuario, como cada día, acompañado de su amigo inseparable, Marcos Aguirre.
En un vestuario hay sociedades inquebrantables. La que formaban Pedro López y Sisi, por ejemplo. La de Goitom y Medunjanin. El sueco, sin embargo, ha logrado centrarse en lo que el técnico le pide, en lo que sus compañeros quieren de él y en jugar al fútbol. Y su rendimiento se ha multiplicado. Escudero debe seguir esa misma línea, aunque le cuesta. De momento, recurre al tópico para hablar de tener «tranquilidad».
«Hay que aprovechar los pocos minutos que estoy jugando, pero sabiendo que es complicado y que hay que estar tranquilo», decía. Y repetía otra vez cuando se le preguntaba si se notaba la adaptación de un fútbol al otro: «Sí se nota, pero estoy tranquilo, sabiendo que estoy intentando hacer las cosas bien».
El interior argentino no está precisamente feliz, y menos ahora que incluso tiene complicado entrar en las convocatorias. Tiene por delante al 'currante' Jonathan Sesma, y eso se lo pone más complicado todavía. «Preocupa el hecho de no jugar y ahora de no estar convocado, pero todos me dicen que esté tranquilo, sabiendo que tengo condiciones, y hay que esperar», dice con una mezcla de fe en sí mismo y resignación. Desde Villarreal, su club, al que volverá cuando acabe su aventura blanquivioleta, apenas le llegan noticias. «En eso se maneja mi representante y me lo comenta a mí, pero nada, que siga entrenando muy duro».
A sus 21 años -cumplirá 22 el próximo 20 de abril-, Escudero vive el momento más complicado de toda su carrera. El público y la crítica recuerdan la promesa de su juego veraniego y esperan con paciencia. Un día saldrá y despuntará. «Calidad tiene de sobra», coinciden todos en el vestuario. Queda por saber cuándo saldrá de su caparazón.
http://www.canalpucela.es/noticias/2009-03-05/dilema-escudero-20090305.html