Futuros más que inciertos
Con la conclusión del campeonato llega la hora de tomar decisiones sobre la continuidad de algunos futbolistas con el reto de hacer mejor las cosas que este año
2 de junio de 2009
ELOY DE LA PISA.-
8.15 de la mañana. En el salón principal del hotel Lebreros de Sevilla desayunan Ángel Félix, el segundo entrenador, Toni Ruiz, preparador físico, y Néstor Fabián Canobbio. En el rostro del jugador para nada se aprecian las huellas de la intensa noche. Fresco, tranquilo, relajado, desayuna unos huevos revueltos. «¿Cuando te vas?», le pregunta Ángel Félix. «Mañana», responde el mediapunta uruguayo. «¿Con la familia?». Y el charrúa asiente.
Él es uno de los pocos casos de la plantilla que sabe que va a ser de él, en lo profesional, la próxima temporada. Tiene contrato en vigor, el entrenador cuenta con él y ya ha empezado a mentalizarle. Mendilibar quiere que haga una buena pretemporada, que se prepare con intensidad. No le quiere lesionado e intermitente. Pero en el punto opuesto a Cannobio hay muchos futbolistas. Unos piensan en el retiro; otros, en continuar; algunos esperarán ofertas y otros, sencillamente, no se han planteado nada seriamente.
Alberto Marcos es otro de los que tiene mucho que cavilar en las próximas semanas. El hombre récord, el futbolista más identificado con el club, uno de los líderes del vestuario, se lo está pensando. Muchos kilómetros en sus piernas, unos tobillos debilitados por las operaciones y mucha mili a su espalda le hacen replantearse su vida. Pero si la cabeza le hace pensar en cambiar de rumbo vital, el corazón le impele a seguir. Todo dependerá, al final, del proyecto de equipo que vea, pero a poco bien que vea que se hacen las cosas, seguirá.
José Antonio García Calvo sí sabe lo que hará: seguirá jugando al fútbol, seguro. ¿Dónde? Esa es una pregunta que por el momento no tiene respuesta. Él quiere continuar de blanquivioleta, pero por ahora desconoce a ciencia cierta lo que piensan Olabe y Mendilibar. Lo que no le va a retirar van a ser los problemas en el dedo gordo del pie. El domingo aguantó el dolor más allá de lo tolerable, y sólo cuando empezó a darse cuenta de que su merma física perjudicaba al equipo, salió del campo. Por eso Bea estuvo calentando prácticamente toda la primera parte. Estaba hablado. Lo normal es que continúe. Su calidad individual, su experiencia, su peso en el vestuario, la confianza que tiene en él el entrenador le convierten en un claro candidato a renovar un año más.
Iñaki Bea era en la noche sevillana el tipo más feliz del mundo. Dos temporadas jugadas en Primera, algo que siempre creyó inalcanzable. Ha hablado algo sobre continuidad, pero nada muy en serio. Sus limitaciones técnicas las suple con una entrega y un compromiso difíciles de superar. Básico en el actual vestuario, es uno de los referentes para los más jóvenes.
Justo Villar ya está a estas horas en Paraguay. No participó de la fiesta en el hotel por esa razón. Chile y Brasil esperan a una selección que cada vez mira más cerca al Mundial de Sudáfrica, y no está dispuesto a que nada le distraiga de ese objetivo. Y es esa profesionalidad la que le hace ser uno de los tipos más queridos y respetados en las habitaciones interiores del estadio. Vestuario y despachos sólo tienen palabras de cariño, afecto y admiración hacia él. El problema es el público. Villar no se siente querido en Valladolid, y esa falta de apoyo popular le está haciendo replantearse las cosas. Tiene contrato en vigor y un montón de equipos argentinos deseando recibirle en sus filas. La pelota está en su tejado, pero desde el club se le intenta convencer de que la sombra de Asenjo ya no le tapará, lo que probablemente obre en favor suyo en su relación con el público. Un argumento que no termina de convencer al del Chaco, que cree que Zorrilla siempre le va a comparar con el guardameta palentino.
Vivar Dorado es uno de los que probablemente no siga. El madrileño, un ejemplo de profesionalidad, ha sufrido una lesión grave que le tiene en el dique seco desde hace varios meses. Forzó para recuperarse antes y poder ayudar al equipo, pero ni con esas. Su edad es un serio hándicap.
Victor es una de las patatas calientes que debe afrontar el estamento directivo del Real Valladolid. El mediapunta quiere seguir, pero al igual que Marcos quiere tener claro cómo va a ser y cómo va estar conformada la plantilla antes de tomar una decisión firme. Esta temporada han sorprendido algunas de las declaraciones que ha hecho, poco habituales en un jugador como él. A su favor juega que Mendilibar le considera pieza clave.
Sesma y Pedro Léon ambos tienen contrato en vigor, pero son dos de los que suenan como transferibles. Sobre todo el murciano, que puede emigrar a Valencia en alguna operación a tres bandas entre los ches y el Real Madrid. En su contra juegan las dudas que ha dejado en el aire sobre su carácter en el campo. A favor, su excelso y exquisito toque de balón. Sea lo que sea, lo que es indudable es que vuelve a ser jugador de fútbol. Adora a Mendilibar, y sólo se irá para mejorar en lo deportivo y con garantías, hace tiempo que comprendió que lo de buscar sólo el dinero no es solución a nada.
Sesma se ha rumoreado que lo tenía hecho con el Betis. Ya no, claro. Al igual que para los almerienses Bruno e Iriney, el barrio de Heliópolis ha dejado de ser atractivo.
Alberto es otro de los que desearían seguir. Con 40 años cumplidos se ve en condiciones de echar una mano y rendir a satisfacción. En el club valoran su compromiso y su saber estar, y andan dándole vueltas a ofrecerle la continuidad compaginándola con un trabajo de formación hacia los porteros de la cantera. Una idea novedosa que el donostiarra, si se concretara, no vería mal.
Aguirre y Escudero también acaban el contrato de cesión. El interior derecha, el autor del gol que a la postre ha simbolizado la permanencia, volverá a Lanús. Es un jugador peculiar Marcos Aguirre. Comprometido como el que más, sacrificado y muy buena persona, su timidez e introversión le hacen parecer distinto de lo que realmente es. También le gustaría quedarse, aunque si Pedro León sigue lo tendrá difícil. La sombra de Sisi aparece por el horizonte.
Escudero pertenece al Villarreal. El zurdo argentino ha perdido una temporada. Ni ha entendido a Mendilibar, ni la Liga española ni a un equipo como el Real Valladolid. En los partidos finales se quitó de enmedio, sabedor de que su cabeza no podía guiar sus piernas en la dirección que necesitaba el equipo. Gesto honesto, sin duda, pero que no ha sabido transmitir.
http://www.canalpucela.es/noticias/2009-06-02/futuros-inciertos-20090602.html
Con la conclusión del campeonato llega la hora de tomar decisiones sobre la continuidad de algunos futbolistas con el reto de hacer mejor las cosas que este año
2 de junio de 2009
ELOY DE LA PISA.-
8.15 de la mañana. En el salón principal del hotel Lebreros de Sevilla desayunan Ángel Félix, el segundo entrenador, Toni Ruiz, preparador físico, y Néstor Fabián Canobbio. En el rostro del jugador para nada se aprecian las huellas de la intensa noche. Fresco, tranquilo, relajado, desayuna unos huevos revueltos. «¿Cuando te vas?», le pregunta Ángel Félix. «Mañana», responde el mediapunta uruguayo. «¿Con la familia?». Y el charrúa asiente.
Él es uno de los pocos casos de la plantilla que sabe que va a ser de él, en lo profesional, la próxima temporada. Tiene contrato en vigor, el entrenador cuenta con él y ya ha empezado a mentalizarle. Mendilibar quiere que haga una buena pretemporada, que se prepare con intensidad. No le quiere lesionado e intermitente. Pero en el punto opuesto a Cannobio hay muchos futbolistas. Unos piensan en el retiro; otros, en continuar; algunos esperarán ofertas y otros, sencillamente, no se han planteado nada seriamente.
Alberto Marcos es otro de los que tiene mucho que cavilar en las próximas semanas. El hombre récord, el futbolista más identificado con el club, uno de los líderes del vestuario, se lo está pensando. Muchos kilómetros en sus piernas, unos tobillos debilitados por las operaciones y mucha mili a su espalda le hacen replantearse su vida. Pero si la cabeza le hace pensar en cambiar de rumbo vital, el corazón le impele a seguir. Todo dependerá, al final, del proyecto de equipo que vea, pero a poco bien que vea que se hacen las cosas, seguirá.
José Antonio García Calvo sí sabe lo que hará: seguirá jugando al fútbol, seguro. ¿Dónde? Esa es una pregunta que por el momento no tiene respuesta. Él quiere continuar de blanquivioleta, pero por ahora desconoce a ciencia cierta lo que piensan Olabe y Mendilibar. Lo que no le va a retirar van a ser los problemas en el dedo gordo del pie. El domingo aguantó el dolor más allá de lo tolerable, y sólo cuando empezó a darse cuenta de que su merma física perjudicaba al equipo, salió del campo. Por eso Bea estuvo calentando prácticamente toda la primera parte. Estaba hablado. Lo normal es que continúe. Su calidad individual, su experiencia, su peso en el vestuario, la confianza que tiene en él el entrenador le convierten en un claro candidato a renovar un año más.
Iñaki Bea era en la noche sevillana el tipo más feliz del mundo. Dos temporadas jugadas en Primera, algo que siempre creyó inalcanzable. Ha hablado algo sobre continuidad, pero nada muy en serio. Sus limitaciones técnicas las suple con una entrega y un compromiso difíciles de superar. Básico en el actual vestuario, es uno de los referentes para los más jóvenes.
Justo Villar ya está a estas horas en Paraguay. No participó de la fiesta en el hotel por esa razón. Chile y Brasil esperan a una selección que cada vez mira más cerca al Mundial de Sudáfrica, y no está dispuesto a que nada le distraiga de ese objetivo. Y es esa profesionalidad la que le hace ser uno de los tipos más queridos y respetados en las habitaciones interiores del estadio. Vestuario y despachos sólo tienen palabras de cariño, afecto y admiración hacia él. El problema es el público. Villar no se siente querido en Valladolid, y esa falta de apoyo popular le está haciendo replantearse las cosas. Tiene contrato en vigor y un montón de equipos argentinos deseando recibirle en sus filas. La pelota está en su tejado, pero desde el club se le intenta convencer de que la sombra de Asenjo ya no le tapará, lo que probablemente obre en favor suyo en su relación con el público. Un argumento que no termina de convencer al del Chaco, que cree que Zorrilla siempre le va a comparar con el guardameta palentino.
Vivar Dorado es uno de los que probablemente no siga. El madrileño, un ejemplo de profesionalidad, ha sufrido una lesión grave que le tiene en el dique seco desde hace varios meses. Forzó para recuperarse antes y poder ayudar al equipo, pero ni con esas. Su edad es un serio hándicap.
Victor es una de las patatas calientes que debe afrontar el estamento directivo del Real Valladolid. El mediapunta quiere seguir, pero al igual que Marcos quiere tener claro cómo va a ser y cómo va estar conformada la plantilla antes de tomar una decisión firme. Esta temporada han sorprendido algunas de las declaraciones que ha hecho, poco habituales en un jugador como él. A su favor juega que Mendilibar le considera pieza clave.
Sesma y Pedro Léon ambos tienen contrato en vigor, pero son dos de los que suenan como transferibles. Sobre todo el murciano, que puede emigrar a Valencia en alguna operación a tres bandas entre los ches y el Real Madrid. En su contra juegan las dudas que ha dejado en el aire sobre su carácter en el campo. A favor, su excelso y exquisito toque de balón. Sea lo que sea, lo que es indudable es que vuelve a ser jugador de fútbol. Adora a Mendilibar, y sólo se irá para mejorar en lo deportivo y con garantías, hace tiempo que comprendió que lo de buscar sólo el dinero no es solución a nada.
Sesma se ha rumoreado que lo tenía hecho con el Betis. Ya no, claro. Al igual que para los almerienses Bruno e Iriney, el barrio de Heliópolis ha dejado de ser atractivo.
Alberto es otro de los que desearían seguir. Con 40 años cumplidos se ve en condiciones de echar una mano y rendir a satisfacción. En el club valoran su compromiso y su saber estar, y andan dándole vueltas a ofrecerle la continuidad compaginándola con un trabajo de formación hacia los porteros de la cantera. Una idea novedosa que el donostiarra, si se concretara, no vería mal.
Aguirre y Escudero también acaban el contrato de cesión. El interior derecha, el autor del gol que a la postre ha simbolizado la permanencia, volverá a Lanús. Es un jugador peculiar Marcos Aguirre. Comprometido como el que más, sacrificado y muy buena persona, su timidez e introversión le hacen parecer distinto de lo que realmente es. También le gustaría quedarse, aunque si Pedro León sigue lo tendrá difícil. La sombra de Sisi aparece por el horizonte.
Escudero pertenece al Villarreal. El zurdo argentino ha perdido una temporada. Ni ha entendido a Mendilibar, ni la Liga española ni a un equipo como el Real Valladolid. En los partidos finales se quitó de enmedio, sabedor de que su cabeza no podía guiar sus piernas en la dirección que necesitaba el equipo. Gesto honesto, sin duda, pero que no ha sabido transmitir.
http://www.canalpucela.es/noticias/2009-06-02/futuros-inciertos-20090602.html