Bea: «Me siento como un niño con zapatos nuevos»
Titularidad. El central blanquivioleta, que tiene todas las papeletas de ocupar el puesto del lesionado García Calvo el próximo domingo ante el Almería, considera que su rendimiento se debe a la buena dinámica de grupo por la que atraviesa el equipo
Jonathan TajesIsmael Alonso
El fútbol pinta sonrisas
y empaña rostro
s con la misma celeridad con la que devora el tiempo. Es una especie de diván sin psicólogo, pero con diagnóstico. Las lesiones y el banquillo, los principales trastornos; la normalidad, el bien más preciado. Casi, como la vida misma. Iñaki Bea (Amurrio, 27/06/78) ha estado anclado en el olvido. Entrenaba un día sí y cuatro no. Vivía y respiraba, pero no disfrutaba. Las lesiones eran sus compañeras de viaje. Una pesadilla. Ahora es feliz, «como un niño con zapatos nuevos». Es lo que tiene entrar en contacto con el balón; ser persona, tener dorsal y lucirlo.
El próximo domingo tiene una nueva oportunidad. La lesión de García Calvo abre un horizonte desconocido para el central blanquivioleta. No es un parche, es un recurso seguro. El de Amurrio es garantía de entrega, como ha demostrado siempre que ha jugado. Eso sí, la titularidad no le obsesiona. Después de todo lo que ha pasado, entrenar para él es un lujo. «Tampoco es algo que me preocupe después de las lesiones que he sufrido. Ahora disfruto estando con el grupo y cada vez que me toca jugar estoy como un niño con zapatos nuevos».
Su rendimiento está siendo exquisito. No ha acusado la falta de ritmo y Bea tiene una explicación. El grupo ayuda. «En este equipo, la defensa no tiene tanta carga como otras porque se hace bien la presión. Ha coincidido que he jugado partidos donde la dinámica del grupo ha sido bastante buena y eso me ha ayudado porque venía de no jugar».
Ante el Athletic, se le erizó la piel. Mucho sentimiento. La tierra tira, pero el escudo del Real Valladolid más. Del banquillo al campo sin pasar por la banda, aunque pronto entró en calor. «Me hizo ilusión, porque era un partido bonito. La afición del Athletic, junto con la del Sporting, se mueve más que el resto y, por las raíces, te gusta estar ahí. Salí sin calentar pero fueron cinco minutos y tampoco es que achucharan mucho. En la segunda mitad entré bien después de pasarme el descanso calentando con Toni».
Fernando Llorente ayer, hoy Negredo. Jugadores que no hacen rehenes. Pero eso no quita el sueño a Bea. «Contra Negredo ya he jugado muchas veces. Es un delantero similar a Fernando Llorente, que está en un momento bueno, aunque quizá tiene más gol o más rapidez de movimientos que Fernando. Almería es un campo complicado, donde no hemos conseguido nada a pesar de haber jugado bien y tenemos esa espina clavada, así que nuestra intención es traernos algo».
Un campo con recuerdos contradictorios. Bea marcó, aunque se equivocó de portería. Error con explicación simpática. «Aquel gol fue para entrar en la historia. Para que lo meta Crusat lo meto yo. Tampoco hay que darle más importancia».
La marcha del equipo invita al carpe diem. Eso sí, Bea transmite la inquietud de la plantilla y aventura ambición. Primero la permanencia y luego ir a por más, pero sin volverse loco. «El fútbol te ofrece una situación distinta cada domingo. Hace quince días íbamos al Calderón en una situación complicada y ganamos, sumamos seis puntos y ahora parece que tenemos que mirar para arriba, pero si nos dormimos tenemos los famosos cuatro partidos seguidos y estaremos mirando para abajo. Hay que ir partido a partido, porque no podemos pensar que lo tenemos todo hecho y cuando consigamos los 43 puntos hay que ser ambiciosos, porque para mí no es lo mismo quedar los décimos que los duodécimos, porque es bonito quedar lo más arriba posible y eso tiene que ser una aliciente para nosotros».
La dolorosa derrota del Almería ante el Málaga no es tan importante como la dinámica que puede tener el equipo rojiblanco. Bea incide en este último aspecto. «Cada partido es diferente. No creo que un partido en el que te hayan remontando debas tener la mosca tras la oreja. Soy más partidario de las dinámicas de grupo. Para ellos no es una final, pero sí un partido importante porque si no ganan y lo hacen los de abajo te pones nervioso», concluye.