héctor rodríguez nos cuenta como va lo de lázaro.a ver si le podemos tener para la próxima temporada:
Tratamiento de plaquetas. Los factores de crecimiento y antiinflamatorios pueden ser la solución para los problemas de rodilla del medio blanquivioleta
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eldiadevalladolid.comHéctor Rodríguez
Hace más de una década, el cirujano maxilofacial Eduardo Anitua introdujo en España la aplicación de un preparado de plasma sanguíneo en sus intervenciones. De inmediato, su paisano Mikel Sánchez adaptó ese procedimiento a la traumatología y por las manos de este doctor vitoriano han ido pasando desde el Rey hasta deportistas de la talla de Nadal, Calderón o Xavi, entre muchos otros.
La filosofía de este método supone que los factores de crecimiento y antiinflamatorios que contienen las plaquetas ayuden a remodelar las células dañadas y, como consecuencia, a acelerar la recuperación de la zona lesionada. Se trata, por lo tanto, de obtener los activos destinados a la curación del propio organismo, sin aplicar agentes externos.
En estos momentos, el futbolista del Real Valladolid Carlos Lázaro está siendo sometido al mismo tratamiento por los servicios médicos del club encabezados por el doctor Rafael Ramos, que ultiman la fase final de su aplicación en el Sanatorio Sagrado Corazón.
Durante algo más de un mes, y con una frecuencia de ocho o diez días entre cada sesión, el medio centro blanquivioleta busca en sus propias plaquetas la fórmula para solucionar la lesión de rodilla que le mantiene en el dique seco y para la que no se encontraba una solución convencional. Así, a finales del mes de mayo o principio de junio se dará por terminado un tratamiento que debería devolver al jugador a los campos de juego para comenzar la pretemporada.
Los problemas en el menisco externo de la rodilla derecha de Carlos Lázaro comenzaron «hace dos ligas», como se recuerda desde los servicios médicos del Valladolid, y cuando el medio centro todavía formaba parte de las categorías inferiores.
Su paso al primer equipo, la necesidad de competir al más alto nivel y su escaso margen para la recuperación hicieron que la dolencia fuera empeorando hasta tener que pasar por el quirófano, en el tramo final de la pasada campaña. Aquella primera artroscopia no terminó con los problemas y la articulación empezó a ‘quejarse’ con una reacción sinovial sobrevenida por los propios esfuerzos de la recuperación.
Lázaro, tras un nuevo intento de regresar a los terrenos de juego, volvió a someterse a una artroscopia de revisión en noviembre del pasado año, que descartó que sufriera algún otro tipo de problema de menisco o de ligamentos. De hecho, los diagnósticos se multiplicaron acudiendo a los mejores especialistas del país que descartaron otras opciones como el reuma y que centraron toda la atención en la propia cápsula sinovial, causante de los derrames que sufre la rodilla del futbolista.
En este punto, y después de una consulta al doctor Ramón Cugat, el prestigioso traumatólogo catalán recomendó la aplicación del tratamiento plaquetario, que él también utiliza en su clínica.
El proceso. Cada vez que Carlos Lázaro se pone en manos de los doctores del Real Valladolid el procedimiento implica, de entrada, una extracción de sangre del brazo con la que se inicia la secuencia del tratamiento.
Mediante una máquina centrifugadora, los componentes de la sangre quedan separados en glóbulos rojos, blancos y plaquetas, el objetivo de toda esta operación y que quedan depositadas en la parte superior. En una zona estéril se separa la fase plaquetaria más pobre, que podrá ser utilizada en otras recuperaciones, y la más rica que será la que finalmente reciba la rodilla del jugador.
Por último, los médicos inyectan la sustancia en la articulación confiando en que el tratamiento reduzca el edema óseo y sirva para regenerar la cápsula sinovial que tantos problemas está dando.
Sin establecer plazos para su recuperación, Carlos Lázaro completa su tratamiento con un intenso trabajo de fisioterapia, duerme cada noche con una máquina de magnoterapia aplicada en su rodilla, hace ejercicios de fuerza en la piscina y se pone en manos del recuperador del club, Enrique Margallo. Todo ello con el objetivo de que una de las grandes promesas de la cantera pueda, por fin, demostrar toda la calidad que atesora sin ninguna molestia.