Ya 4 de agosto. Suárez, Antonio Gómez, García Calvo, los nuevos fichajes, a todos los que han tenido un micro delante se les ha llenado la boca de la palabra "ascenso". Yo no hice un drama del último descenso, ni lo haré si este año no ascendemos. Lo que sí me parece un drama es que el Real Valladolid no sea un candidato al ascenso. Sé cuál es nuestro sitio ahora mismo y cada mes de junio tengo idéntica ilusión con el equipo. Han ido llegando fichajes y así, uno a uno, y con bastante desconocimiento en general, me han ido pareciendo razonables. Pero ya empiezan a sacarse conclusiones de por dónde vamos.
Cuando llegaron los primeros refuerzos en la defensa, muchos teníamos en la cabeza a Rubén Baraja y a Stuani. Ahora tenemos a Jorge Alonso, Javi Guerra y Calle en esos puestos. Quizá en junio estemos en la pelea, quizá ascendamos en abril, pero no es lo mismo. Y los cinco mil y pico abonados que llevamos sí que son un pulsómetro y no el de Gonzalo Rodríguez.
El pomposo stage en Escocia que nos vendió Suárez, se ha ido quedando en un raquítico campo de Tercera, en un bolo contra el segundo equipo del Celtic y en un cutre episodio de camisetas desteñidas. Y no ha hecho más que empezar, veremos cómo acaba.
Lo de la Tienda Oficial es muy representativo de lo que está sucediendo ahora mismo en el Club, de su improvisación y su miopía. Que algunos tratéis de justificarlo diciendo que para la mierda de tienda que teníamos, mejor cerrarla, me parece surrealista, conformista y muy insensato. Nosotros precisamente que presumimos de tener unos colores únicos y que aplaudimos una campaña de abonados que se manejaba en esos mismos términos. De momento, dos en la frente: la equipación de mercadillo de Kappa y el cierre de la tienda. Como si no hubiera otras posibilidades. ¿Para qué queremos tanto experto en marquétin y en finanzas? ¿Para reducir gastos suprimiendo servicios? ¿Para contratar subcontratas (Justo Muñoz I de Avadeco) que nos reporten un fijo sin riesgos a costa de joder al aficionado? Eso lo hago yo con los ojos cerrados si no he bebido. Lo jodido, lo difícil, lo que requiere esfuerzos, conocimiento e ilusión es generar ingresos.
¿Y el esperpento del Arena? El otro día salió en la prensa el presi declarando en un juzgado por la denuncia de IU al proyecto. Al lado, una foto de tres años atrás con Suárez, sonriente, radiante y con el flequillo pantene junto al señor alcalde, viva, viva, junto a una maqueta muy cuca con el Fondo Sur cubierto. A día de hoy, el Estadio está viejo, sucio y descuidado, los accesos impracticables y más lejos que nunca. Allí es donde tienes que subir si un día quieres comprar una entrada, porque es inviable una "tienda-bar-museo-peluquería-lo que se te ocurra", donde darle una mínima atención al abonado o aficionado, donde te pongan en las narices los colores, las entradas, el Pucela en definitiva. Luego que la ciudad es fría y que hay poca identificación con el Club. Así está a día de hoy el Real Valladolid: lejano, desvencijado, sin futuro, dando palos de ciego, a remolque de los acontecimientos, del día a día.
Y hoy, el fichaje de Calle, salto que nos retrotrae cuatro años en el tiempo. Salvo que hace cuatro años teníamos a jugadores como Mario, Víctor o Aduriz. Sin un delantero de referencia, sin un central que mande, intentando vender al único portero de ciertas garantía y con Marquitos en la banda. Empiezo a ser pesimista y juro que yo no quería...
Cuando llegaron los primeros refuerzos en la defensa, muchos teníamos en la cabeza a Rubén Baraja y a Stuani. Ahora tenemos a Jorge Alonso, Javi Guerra y Calle en esos puestos. Quizá en junio estemos en la pelea, quizá ascendamos en abril, pero no es lo mismo. Y los cinco mil y pico abonados que llevamos sí que son un pulsómetro y no el de Gonzalo Rodríguez.
El pomposo stage en Escocia que nos vendió Suárez, se ha ido quedando en un raquítico campo de Tercera, en un bolo contra el segundo equipo del Celtic y en un cutre episodio de camisetas desteñidas. Y no ha hecho más que empezar, veremos cómo acaba.
Lo de la Tienda Oficial es muy representativo de lo que está sucediendo ahora mismo en el Club, de su improvisación y su miopía. Que algunos tratéis de justificarlo diciendo que para la mierda de tienda que teníamos, mejor cerrarla, me parece surrealista, conformista y muy insensato. Nosotros precisamente que presumimos de tener unos colores únicos y que aplaudimos una campaña de abonados que se manejaba en esos mismos términos. De momento, dos en la frente: la equipación de mercadillo de Kappa y el cierre de la tienda. Como si no hubiera otras posibilidades. ¿Para qué queremos tanto experto en marquétin y en finanzas? ¿Para reducir gastos suprimiendo servicios? ¿Para contratar subcontratas (Justo Muñoz I de Avadeco) que nos reporten un fijo sin riesgos a costa de joder al aficionado? Eso lo hago yo con los ojos cerrados si no he bebido. Lo jodido, lo difícil, lo que requiere esfuerzos, conocimiento e ilusión es generar ingresos.
¿Y el esperpento del Arena? El otro día salió en la prensa el presi declarando en un juzgado por la denuncia de IU al proyecto. Al lado, una foto de tres años atrás con Suárez, sonriente, radiante y con el flequillo pantene junto al señor alcalde, viva, viva, junto a una maqueta muy cuca con el Fondo Sur cubierto. A día de hoy, el Estadio está viejo, sucio y descuidado, los accesos impracticables y más lejos que nunca. Allí es donde tienes que subir si un día quieres comprar una entrada, porque es inviable una "tienda-bar-museo-peluquería-lo que se te ocurra", donde darle una mínima atención al abonado o aficionado, donde te pongan en las narices los colores, las entradas, el Pucela en definitiva. Luego que la ciudad es fría y que hay poca identificación con el Club. Así está a día de hoy el Real Valladolid: lejano, desvencijado, sin futuro, dando palos de ciego, a remolque de los acontecimientos, del día a día.
Y hoy, el fichaje de Calle, salto que nos retrotrae cuatro años en el tiempo. Salvo que hace cuatro años teníamos a jugadores como Mario, Víctor o Aduriz. Sin un delantero de referencia, sin un central que mande, intentando vender al único portero de ciertas garantía y con Marquitos en la banda. Empiezo a ser pesimista y juro que yo no quería...