AABB escribió:Respecto a los hechos que comentas, en la grada del Alcorcón se comentaba que al parecer en un bar había 3 personas (creo que decían del Valladolid), y entraron unos 12 o 13 armados con palos que arrasaron con el bar, lanzando sillas, etc a esas 3 personas.
Creo entender que puede haber sido algún ataque de gente de UUVV a alguien del Valladolid de tendencias diferentes, probablemente de FG, máxime porque en la grada del fondo del Alcorcón todo parecía correcto.
No sé si te refieres a lo mismo, aunque cuadra en general. A las 14:15 en el bar de la rotonda estábamos un colega y yo tomando una caña. Entraron unos veinte U/V con palos enrrollados con la blanquivioleta, a presión, de forma que estorbara lo menos posible para la principal función que estos palurdos le dedican a un palo, elemento básico con el que un niño de tres años es capaz de crear y no de destruir. Lógicamente, nos fuimos, porque se adivinaba gorda.
Tres bares más arriba entramos a uno aparentemente tranquilo. Los pucelanos éramos dos, no tres, y ninguno de los dos garrafoni. El camarero, un señor de mediana edad tomándose un café en la barra y un otro señor de avanzada edad dejándose un cacho de la pensión en la tragaperras. Al poco tiempo, entraron tres chavales de no más de veinte años con bufandas del Alcorcón, sin distintivos sharp, sin insignias y sin ningún identificativo de su ideología, detalle que viene poco al caso, pero que prefiero aclarar para tibios, simpatizantes y resto manipuladores habituales. Estaban visiblemente nerviosos y se sentaron a una mesa, cerveza en mano. No pasaron cinco minutos cuando irrumpieron como una docena de ultravioletas y colegas con bufandas del Alcalá, armados con algún palo, botellines vacíos, vasos y las tres o cuatro sillas altas que habían cogido de la improvisada "terraza" para fumadores. Lo demás, lo imaginable, lluvia de objetos sobre las personas que ocupábamos el local. A destacar la nefasta puntería del nazi mesetario (por cierto, más bajito, moreno y feo que un español en el Dusseldorf de 1970), que tuvo como fin involuntario de sus iras el mobiliario del local. Curiosamente, yo fui el único blanco de objetos voladores, un descerebrado que apuntaba con una copa ancha, de esas de cubata, a un chaval con bufanda amarilla a tres metros a mi izquierda, dio en el blanco contra mi abundante ropa de abrigo y no contra mi cabeza, por lo que ni me enteré del golpe. De lo contrario ahora, además de una brecha considerable, tendría en mis manos la denuncia sine quanum para que Tornadijo diga el lunes algo en su programa en lugar de mirar para otro lado.
Saliendo del bar, nos encaminábamos al campo ya tarde, cuando nos encontramos con otra docena de memos armados con palos. Dimos un nuevo rodeo, pasando por delante de una plaza en la que varios miembros de la policía municipal y nacional tenían a varios ultras retenidos, además de dos en el suelo y esposados (uno de ellos el típico nazi gordito de costumbre, ejemplar de raza aria que se corresponde con la menos ágil y que es la primera en caer y en cobrar). Al bajar al campo, nuevo rodeo para evitar a otro grupo "sospechoso" y llegada al estadio más de media hora tarde.
Hasta los huevos de todos estos cafres de Valladolid, de Alcalá o de la alcantarilla de la que salgan cada día para ir a ensuciar la vida. Lo del viaje de vuelta que shine comenta, me cuadra perfectamente: en su foro público llevan años jactándose de estas hazañas en áreas de servicio, puticlús y barres de carretera, en medio del silencio, del apoyo tácito de algunas personas en el Club y subvencionados a cambio de sus "ánimos", si es que se consideran como tales sus cánticos y consignas hitlerianas. La misma escoria que sería apalizada, humillada, vomitada y meada encima por sus colegas berlineses, o por los descerebrados y no menos nazis de Indar Gorri, si tuvieran el valor y las agallas de arrimarse de ese palo por Berlín o por Pamplona.
Desde 1979 he sido socio/abonado de este Club. He tenido cuatro interrupciones, una a finales de los 80 (dos temporadas), otra a mediados de los 90, otra en el 2000 y la de este año (las tres de una temporada) y todas ellas por asuntos personales y/o económicos. Si todo va bien, que tiene muy buena pinta, volveré el año próximo, estemos en la categoría que estemos. Nunca he sido un modelo de aficionado, he viajado poco con el equipo y aplaudo más que voceo, pero jamás he avergonzado a la blanquivioleta. Lo que sí digo desde ya, es que no vuelvo a un desplazamiento nunca más y por supuesto, mis hijos mucho menos. Son ya demasiadas y muy jevis, como suele decir nuestro DT. Y también digo que ya mismo les hago llegar a Club y medios de información mi malestar, mi vergüenza y mi asco hacia estos animales, hacia quien los justifica y hacia quien los ampara. Y añado, a cara descubierta si es preciso, pero a cara descubierta yo y a cara descubierta el que los ampara.
Por último, mi agradecimiento a la afición de Alcorcón, absolutamente respetuosa y acogedora, detalles puntuales aparte que se enmarcan dentro del ambiente de cutre podredumbre que envolvió la visita de la afición blanquivioleta a una ciudad amable y hospitalaria. Y mi enhorabuena por los tres puntos que fueron a la saca del único equipo que los buscó y los mereció.