Esto es una realidad que, yo creo, no sabemos valorar suficientemente. La oferta polideportiva de Valladolid es envidiable. A estos tres equipos de élite hay que sumar una innumerable lista en deportes más minoritarios (aunque no tan minoritarios aquí): los dos de rugby; el admirable CPLV, campeón de europa de hockey linea masculino, y con muchos títulos ya en todas sus secciones masculinas y femeninas, incluida la liga femenina de hockey hielo ¡¡sin tener una pista de hielo donde jugar en Valladolid!!; el baloncesto en silla de ruedas, que va camino de su primera liga; el fútbol sala femenino; el tenis de mesa; y, qué sé yo, el badminton, el billar... todos ellos casi siempre en las primeras divisiones de sus deportes. En realidad, Valladolid como ciudad es casi un FC Barcelona.
De hecho, es casi totalmente desconocido que en los últimos dos años Valladolid ha sumado tres títulos europeos de clubes, en tres deportes distintos. Ahí es nada.
De hecho, es casi totalmente desconocido que en los últimos dos años Valladolid ha sumado tres títulos europeos de clubes, en tres deportes distintos. Ahí es nada.