TERCER ASALTO
Real Madrid – Regal FC Barcelona (1-1)
El clásico entre los clásicos trasladado a Europa está deparando una serie deliciosa, para degustar y con sabor a larga, a eterna. Empero, el vencedor del tercer encuentro se irá a casa con el aval de tener un match-ball a favor 48 horas después en Vistalegre, por lo que la perogrullada y el tópico se dan la mano para sentenciar que el choque puede ser determinante. Estos son los argumentos que esgrimirá cada equipo para lograr el pasaporte a París:
Ingredientes para el éxito blanco
Messina marca el ritmo. La serie marcha 1 a 1 en cuanto a resultados pero, en los banquillos, el técnico del Real Madrid podría presumir de 0-2. Vencedor a los puntos en cada choque, no sólo ha logrado mentalizar en pocas semanas al mismo grupo de jugadores humillado en la final copera de que pueden competir de tú a tú con el Regal Barça, sino que ha llevado la eliminatoria a su terreno. Temple, paciencia, ritmo lento, coherencia en ataque y vuelta a empezar. Las locuras para otro rival. ¿Podrá Pascual inventar algo para cambiar esta dinámica?
Fuerza mental. Inmensa. Sólo hay algo más complicado que convencerte a ti mismo de que es posible competir con opciones frente a un equipo que te gana cada vez que te ve. Y es jugar un choque casi al límite de tus posibilidades y perder, como le pasó al Real Madrid en el primer envite. No obstante, la plantilla madridista supo tener la entereza y capacidad mental en el segundo choque de repetir los mismos argumentos, aún sabiendo que no les habían valido de nada. Apostaron fuerte y ganaron.
Orgullo. Que se considerase favorito al Regal Barça viendo los precedentes y su excelsa plantilla es hasta normal. Que se diese totalmente por muerto al Real Madrid, en cambio, era ya más arriesgado. En 48 horas, la misión imposible derivó en un reto difícil y la víctima propiciatoria se vistió de león herido. Con mucho más que demostrar aún y más dudas pendientes por disipar que los de Pascual, el conjunto madrileño, al menos, se ha ganado el respeto. No sólo se trata de una Final Four para ellos… sino de una revancha personal.
Frescura. O, al menos, más que la de su rival. El cuadro blanco tiene una plantilla con bastantes jugadores experimentados, buen eufemismo de veteranos. Sin embargo, la fatiga parece hacer más mella en su adversario, que ha pasado de ganar en Vitoria jugando como los ángeles a sufrir enormemente en la última semana, con tres partidos seguidos agónicos y de pocos puntos, incluido el sorprendente duelo frente al Ayuda en acción Fuenlabrada, ganado por los pelos. La humanización del equipo invencible llegó en el momento más delicado. Físico o mental, el cansancio ha bloqueado la fluidez del juego barcelonista y, por esos derroteros, la serie acabaría siendo blanca.
Factor Tomic. Se le advertía en la previa como el jugador tapado, aunque ni desde el prisma blanco más optimista se le podía imaginar con tanto peso en el equipo. Messina apuesta ciegamente por él y Ante responde. Su conexión con Prigioni es total y en ataque el jueves, simplemente, se comió a todo el juego interior barcelonista. Pero que se echen a un lado los números comparados con su capacidad de intimidación y habilidad para sumar un infinito abanico de acciones positivas en ataque. Y no sólo puntos. Hace semanas parecía que el Palau se le quedaría demasiado grande y ahora parece empeñado en demostrar que el techo de los cuartos le viene demasiado diminuto.
Ingredientes para el éxito blaugrana
Talento. De acuerdo, Messina ganó la partida en cuanto al tempo de los dos primeros encuentros pero incluso aunque la serie fuese una prolongación de lo ya visto, pasar a la Final Four no es una utopía. No sería la primera vez que la calidad acaba con las pizarras. En una batalla sin cuartel entre táctica y talento, los barcelonistas deben hacer valer sus armas. A tirar de artillería, por más trabas que haya por el camino. El Madrid no es cojo, claro, pero el Regal FCB, al menos en estos de competición, ha demostrado tener más recursos. Si Navarro -0/10 en triples en cuartos y 3/31 en los últimos 6 partidos de liga- sale del bache y Ricky acaba con la asfixia a la que le ha sometido Prigioni, París estará más cerca.
Mickeal, imparable. ¿Quién para a Pete? Recurrente la pregunta entre los madridistas en los dos duelos anteriores, aunque no sería ninguna sorpresa que Vistalegre vuelva a escuchar esta pregunta sin respuesta tanto el martes como el jueves. Que tampoco es deshonroso no encontrar la fórmula de frenarle, la mayoría de equipos españoles y europeos aún busca la fórmula, pero la posición de “3” puede ser un factor diferencial para el cuadro blaugrana. En los dos partidos, cuando el balón más quemaba y el diámetro del aro se iba haciendo más y más pequeño, apareció el norteamericano, finalizando una buena circulación del balón o, directamente, generándose de la nada él solo una canasta (11/15 T2 hasta ahora).
Ahora, con Morris. La versión europea de Terence es más completa que la que exhibe en ACB, aunque, como todo en la vida, no se ha notado su importancia hasta que se ha ido. Más que al propio jugador, se ha acusado especialmente la ausencia de su rol. En una serie que se gana en las trincheras, tener que prescindir por lesión de Morris influye y mucho. Testimonial en el primer partido -2 minutos- y en la grada en el segundo, la rotación interior blaugrana se quedó huérfana, los otros pívots del equipo no supieron suplir su hueco y su físico se echó muy en falta. Tras reaparecer con éxito frente al Ayuda en acción, puede ser el ingrediente que le faltaba al Regal Barça para cocinar su pase a ‘semis’.
Sexta marcha. Nadie ha podido igualar en esta temporada en Europa la mejor versión que ha mostrado el Regal FC Barcelona. El conjunto catalán tiene una “sexta marcha” que, si pisan, les permite que nadie sea capaz de seguir su ritmo. Y es quizá su mayor aval. La sensación general de los dos primeros envites es de un Real Madrid ganador a los puntos, pero la serie va 1 a 1. Es más, pese a que los de Messina parecieron jugar casi al límite de sus posibilidades y perfectos en cuanto a seriedad, en una ocasión el triunfo se quedó en casa y, en otra, la victoria se rozó.
Memoria. Porque a veces recordar es volver a creer. La tortilla se volteó tras caer en el Palau, el factor cancha es para el Real Madrid, su rival está pletórico, Vistalegre será un infierno… pero los precedentes les avalan. Al fin y al cabo, con un poco de perspectiva, de cinco partidos que han jugado esta temporada, en cuatro acabaron con una sonrisa. Final de Copa y Supercopa, Liga y Euroliga. Repoker de argumentos para no venirse abajo a las primeras de cambio un equipo que debe perder en la próxima semana la mitad de los partidos en los que ha caído desde octubre -4- para ver la Final Four por la tele.
Ingredientes para el éxito baskonista
El Caja Laboral afronta el tercer partido frente al CSKA de Moscú en una situación bastante difícil, ya que una derrota es sinónimo de decirle adiós a la Final Four, con un 0-3 que dolería, por contundente, mucho entre su afición. Tras vivir una de sus semanas más duras en el plano deportivo en los tiempos recientes, con derrotas dolorosas en liga frente al Regal Barça y en Moscú, por partida doble, los de Ivanovic supieron reaccionar en Valladolid y ahora buscan ingredientes para recuperar la ilusión.
Épica. En situación de todo o nada, la pasión pesa más que la razón. Los argumentos baloncestísticos del cuadro moscovita parecieron mucho más sólidos en los dos primeros asaltos del combate, por lo que no está de más apelar a otros factores menos tangibles para soñar con la remontada. La épica debe ser el primero. Que el Buesa Arena huela a remontada desde el salto inicial, que repasen mil y una veces el vídeo de los últimos minutos frente al Cibona para convencerse de que los imposibles son menos feroces cuando hay hambre e ilusión. Vitoria tiene la llave de forzar un quinto partido y, a partir de ahí, ya se puede pensar en argumentos más tácticos o técnicos. Pero ahora la épica debe ganarle la partida al pesimismo.
Agresividad. Perder cabrea, esa suele ser la primera regla del juego. Pero el 2-0 enfadaría menos con una imagen diferente en tierras rusas. El Baskonia dejó durante 80 minutos de ser el Baskonia. Disfrazados de equipo sin sangre y blando, el CSKA aprovechó la absoluta falta de defensa y de intensidad para hacer trizas a su rival, llegando incluso a capturar 14 rebotes más en el primer enfrentamiento. El propio Pashutin ha comentado, antes del encuentro, que espera una actitud distinta de su rival en el escenario vitoriano, consciente de que las opciones del Caja Laboral pasan por un partido mucho más físico y por 40 minutos de presión sin tregua a los moscovitas.
Concentración. En manos del CSKA, el cuadro de Dusko Ivanovic pasó de ser el equipo que menos pérdidas acumuló durante el Top16, con diferencia respecto al segundo, a sumar 15 posesiones tiradas al limbo en cada choque de la pasada semana. Empezando por la dirección del equipo, con Huertas promediando en esta eliminatoria una pérdida cada tres minutos en pista hasta el último de los pívots, náufragos en la zona. El porcentaje en tiros libres se ha hundido hasta el 53% y lo peor es la sensación de haberse venido abajo a las primeras de cambio en cada encuentro, con poca respuesta ante las embestidas de su rival y desconectando muy pronto del encuentro. Eso debe cambiar.
Amor propio. Otro factor que poco tiene que ver con el baloncesto, aunque sí con el orgullo de cualquier deportista. Hay un doble motivo para dejar hasta la última gota de sudor en el parqué. Desde los tiempos de vacas flacas, ningún equipo había humillado de forma consecutiva y en tan sólo 48 horas a los baskonistas. Para colmo, el global en esta campaña frente al CSKA es desolador, un 0-4 que si bien es insalvable, bien que responderían reaccionando y dejando el balance final en 3-4. Aquel “Carácter Baskonia” al que tanto se apela en los buenos momentos desde entidad y afición, debe ser ahora el vehículo del inicio de un sueño que acabe en París. Y, si se despierta antes del mismo, que sea muriendo con las botas puestas y no con la frialdad de hace unos días.
Rotaciones. Y parece una osadía citarlo como factor contra una plantilla larga y con recursos de sobra. Pero en el CSKA, hasta que el inminente retorno de Smodis se consume, seis son los hombres que se reparten los minutos con más asiduidad. El Planinic más puro de los últimos años –demoledor en el poste bajo-, el letal Siskauskas -18 puntos de media frente a los baskonistas este año-, el MVP de marzo y candidato a MVP de la temporada Khryapa –excelsa campaña, líder y en el mejor nivel de su vida-, la constante Langdon y los destellos intermitentes de clase, más frecuentes en el caso del pívot, de Holden y Kaun. Además, Vorontsevich –que confesó sentirse más cómodo en Euroliga por ser menos conocido que en su propia liga- cumple con creces con tiempo en la pista. Los Poncrachov, Kurbanov, Mensah-Bonsu o Sokolov tienen una presencia testimonial y eso, en una serie que el Caja Laboral se propone convertir en larga, puede ser un factor a favor para los de Ivanovic. Sería una buena señal.
ACB.COM
Real Madrid – Regal FC Barcelona (1-1)
El clásico entre los clásicos trasladado a Europa está deparando una serie deliciosa, para degustar y con sabor a larga, a eterna. Empero, el vencedor del tercer encuentro se irá a casa con el aval de tener un match-ball a favor 48 horas después en Vistalegre, por lo que la perogrullada y el tópico se dan la mano para sentenciar que el choque puede ser determinante. Estos son los argumentos que esgrimirá cada equipo para lograr el pasaporte a París:
Ingredientes para el éxito blanco
Messina marca el ritmo. La serie marcha 1 a 1 en cuanto a resultados pero, en los banquillos, el técnico del Real Madrid podría presumir de 0-2. Vencedor a los puntos en cada choque, no sólo ha logrado mentalizar en pocas semanas al mismo grupo de jugadores humillado en la final copera de que pueden competir de tú a tú con el Regal Barça, sino que ha llevado la eliminatoria a su terreno. Temple, paciencia, ritmo lento, coherencia en ataque y vuelta a empezar. Las locuras para otro rival. ¿Podrá Pascual inventar algo para cambiar esta dinámica?
Fuerza mental. Inmensa. Sólo hay algo más complicado que convencerte a ti mismo de que es posible competir con opciones frente a un equipo que te gana cada vez que te ve. Y es jugar un choque casi al límite de tus posibilidades y perder, como le pasó al Real Madrid en el primer envite. No obstante, la plantilla madridista supo tener la entereza y capacidad mental en el segundo choque de repetir los mismos argumentos, aún sabiendo que no les habían valido de nada. Apostaron fuerte y ganaron.
Orgullo. Que se considerase favorito al Regal Barça viendo los precedentes y su excelsa plantilla es hasta normal. Que se diese totalmente por muerto al Real Madrid, en cambio, era ya más arriesgado. En 48 horas, la misión imposible derivó en un reto difícil y la víctima propiciatoria se vistió de león herido. Con mucho más que demostrar aún y más dudas pendientes por disipar que los de Pascual, el conjunto madrileño, al menos, se ha ganado el respeto. No sólo se trata de una Final Four para ellos… sino de una revancha personal.
Frescura. O, al menos, más que la de su rival. El cuadro blanco tiene una plantilla con bastantes jugadores experimentados, buen eufemismo de veteranos. Sin embargo, la fatiga parece hacer más mella en su adversario, que ha pasado de ganar en Vitoria jugando como los ángeles a sufrir enormemente en la última semana, con tres partidos seguidos agónicos y de pocos puntos, incluido el sorprendente duelo frente al Ayuda en acción Fuenlabrada, ganado por los pelos. La humanización del equipo invencible llegó en el momento más delicado. Físico o mental, el cansancio ha bloqueado la fluidez del juego barcelonista y, por esos derroteros, la serie acabaría siendo blanca.
Factor Tomic. Se le advertía en la previa como el jugador tapado, aunque ni desde el prisma blanco más optimista se le podía imaginar con tanto peso en el equipo. Messina apuesta ciegamente por él y Ante responde. Su conexión con Prigioni es total y en ataque el jueves, simplemente, se comió a todo el juego interior barcelonista. Pero que se echen a un lado los números comparados con su capacidad de intimidación y habilidad para sumar un infinito abanico de acciones positivas en ataque. Y no sólo puntos. Hace semanas parecía que el Palau se le quedaría demasiado grande y ahora parece empeñado en demostrar que el techo de los cuartos le viene demasiado diminuto.
Ingredientes para el éxito blaugrana
Talento. De acuerdo, Messina ganó la partida en cuanto al tempo de los dos primeros encuentros pero incluso aunque la serie fuese una prolongación de lo ya visto, pasar a la Final Four no es una utopía. No sería la primera vez que la calidad acaba con las pizarras. En una batalla sin cuartel entre táctica y talento, los barcelonistas deben hacer valer sus armas. A tirar de artillería, por más trabas que haya por el camino. El Madrid no es cojo, claro, pero el Regal FCB, al menos en estos de competición, ha demostrado tener más recursos. Si Navarro -0/10 en triples en cuartos y 3/31 en los últimos 6 partidos de liga- sale del bache y Ricky acaba con la asfixia a la que le ha sometido Prigioni, París estará más cerca.
Mickeal, imparable. ¿Quién para a Pete? Recurrente la pregunta entre los madridistas en los dos duelos anteriores, aunque no sería ninguna sorpresa que Vistalegre vuelva a escuchar esta pregunta sin respuesta tanto el martes como el jueves. Que tampoco es deshonroso no encontrar la fórmula de frenarle, la mayoría de equipos españoles y europeos aún busca la fórmula, pero la posición de “3” puede ser un factor diferencial para el cuadro blaugrana. En los dos partidos, cuando el balón más quemaba y el diámetro del aro se iba haciendo más y más pequeño, apareció el norteamericano, finalizando una buena circulación del balón o, directamente, generándose de la nada él solo una canasta (11/15 T2 hasta ahora).
Ahora, con Morris. La versión europea de Terence es más completa que la que exhibe en ACB, aunque, como todo en la vida, no se ha notado su importancia hasta que se ha ido. Más que al propio jugador, se ha acusado especialmente la ausencia de su rol. En una serie que se gana en las trincheras, tener que prescindir por lesión de Morris influye y mucho. Testimonial en el primer partido -2 minutos- y en la grada en el segundo, la rotación interior blaugrana se quedó huérfana, los otros pívots del equipo no supieron suplir su hueco y su físico se echó muy en falta. Tras reaparecer con éxito frente al Ayuda en acción, puede ser el ingrediente que le faltaba al Regal Barça para cocinar su pase a ‘semis’.
Sexta marcha. Nadie ha podido igualar en esta temporada en Europa la mejor versión que ha mostrado el Regal FC Barcelona. El conjunto catalán tiene una “sexta marcha” que, si pisan, les permite que nadie sea capaz de seguir su ritmo. Y es quizá su mayor aval. La sensación general de los dos primeros envites es de un Real Madrid ganador a los puntos, pero la serie va 1 a 1. Es más, pese a que los de Messina parecieron jugar casi al límite de sus posibilidades y perfectos en cuanto a seriedad, en una ocasión el triunfo se quedó en casa y, en otra, la victoria se rozó.
Memoria. Porque a veces recordar es volver a creer. La tortilla se volteó tras caer en el Palau, el factor cancha es para el Real Madrid, su rival está pletórico, Vistalegre será un infierno… pero los precedentes les avalan. Al fin y al cabo, con un poco de perspectiva, de cinco partidos que han jugado esta temporada, en cuatro acabaron con una sonrisa. Final de Copa y Supercopa, Liga y Euroliga. Repoker de argumentos para no venirse abajo a las primeras de cambio un equipo que debe perder en la próxima semana la mitad de los partidos en los que ha caído desde octubre -4- para ver la Final Four por la tele.
Ingredientes para el éxito baskonista
El Caja Laboral afronta el tercer partido frente al CSKA de Moscú en una situación bastante difícil, ya que una derrota es sinónimo de decirle adiós a la Final Four, con un 0-3 que dolería, por contundente, mucho entre su afición. Tras vivir una de sus semanas más duras en el plano deportivo en los tiempos recientes, con derrotas dolorosas en liga frente al Regal Barça y en Moscú, por partida doble, los de Ivanovic supieron reaccionar en Valladolid y ahora buscan ingredientes para recuperar la ilusión.
Épica. En situación de todo o nada, la pasión pesa más que la razón. Los argumentos baloncestísticos del cuadro moscovita parecieron mucho más sólidos en los dos primeros asaltos del combate, por lo que no está de más apelar a otros factores menos tangibles para soñar con la remontada. La épica debe ser el primero. Que el Buesa Arena huela a remontada desde el salto inicial, que repasen mil y una veces el vídeo de los últimos minutos frente al Cibona para convencerse de que los imposibles son menos feroces cuando hay hambre e ilusión. Vitoria tiene la llave de forzar un quinto partido y, a partir de ahí, ya se puede pensar en argumentos más tácticos o técnicos. Pero ahora la épica debe ganarle la partida al pesimismo.
Agresividad. Perder cabrea, esa suele ser la primera regla del juego. Pero el 2-0 enfadaría menos con una imagen diferente en tierras rusas. El Baskonia dejó durante 80 minutos de ser el Baskonia. Disfrazados de equipo sin sangre y blando, el CSKA aprovechó la absoluta falta de defensa y de intensidad para hacer trizas a su rival, llegando incluso a capturar 14 rebotes más en el primer enfrentamiento. El propio Pashutin ha comentado, antes del encuentro, que espera una actitud distinta de su rival en el escenario vitoriano, consciente de que las opciones del Caja Laboral pasan por un partido mucho más físico y por 40 minutos de presión sin tregua a los moscovitas.
Concentración. En manos del CSKA, el cuadro de Dusko Ivanovic pasó de ser el equipo que menos pérdidas acumuló durante el Top16, con diferencia respecto al segundo, a sumar 15 posesiones tiradas al limbo en cada choque de la pasada semana. Empezando por la dirección del equipo, con Huertas promediando en esta eliminatoria una pérdida cada tres minutos en pista hasta el último de los pívots, náufragos en la zona. El porcentaje en tiros libres se ha hundido hasta el 53% y lo peor es la sensación de haberse venido abajo a las primeras de cambio en cada encuentro, con poca respuesta ante las embestidas de su rival y desconectando muy pronto del encuentro. Eso debe cambiar.
Amor propio. Otro factor que poco tiene que ver con el baloncesto, aunque sí con el orgullo de cualquier deportista. Hay un doble motivo para dejar hasta la última gota de sudor en el parqué. Desde los tiempos de vacas flacas, ningún equipo había humillado de forma consecutiva y en tan sólo 48 horas a los baskonistas. Para colmo, el global en esta campaña frente al CSKA es desolador, un 0-4 que si bien es insalvable, bien que responderían reaccionando y dejando el balance final en 3-4. Aquel “Carácter Baskonia” al que tanto se apela en los buenos momentos desde entidad y afición, debe ser ahora el vehículo del inicio de un sueño que acabe en París. Y, si se despierta antes del mismo, que sea muriendo con las botas puestas y no con la frialdad de hace unos días.
Rotaciones. Y parece una osadía citarlo como factor contra una plantilla larga y con recursos de sobra. Pero en el CSKA, hasta que el inminente retorno de Smodis se consume, seis son los hombres que se reparten los minutos con más asiduidad. El Planinic más puro de los últimos años –demoledor en el poste bajo-, el letal Siskauskas -18 puntos de media frente a los baskonistas este año-, el MVP de marzo y candidato a MVP de la temporada Khryapa –excelsa campaña, líder y en el mejor nivel de su vida-, la constante Langdon y los destellos intermitentes de clase, más frecuentes en el caso del pívot, de Holden y Kaun. Además, Vorontsevich –que confesó sentirse más cómodo en Euroliga por ser menos conocido que en su propia liga- cumple con creces con tiempo en la pista. Los Poncrachov, Kurbanov, Mensah-Bonsu o Sokolov tienen una presencia testimonial y eso, en una serie que el Caja Laboral se propone convertir en larga, puede ser un factor a favor para los de Ivanovic. Sería una buena señal.
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