Un viejo conocido para equilibrar al Promesas
Javi Pérez estuvo en el Guadajalara a las órdenes de Salvachúa y proviene del Almería, de donde vino Ángel Luis Catalina, coordinador del fútbol profesional del Real Valladolid
En lo que se ha podido testar hasta ahora al Real Valladolid Promesas, se ha podido ver un equipo con talento, pero como poco a medio hacer y con un profundo agujero en el centro del campo. Uno que, a priori, viene a ocupar Javi Pérez, nuevo mediocentro firmado para el filial.
El centrocampista alcarreño es, además, alguien de confianza para el entrenador, Carlos Salvachúa, y para Ángel Luis Catalina, coordinador del fútbol profesional del Pucela, toda vez que trabajó a las órdenes del primero en el Guadalajara y proviene del Almería, precisamente la entidad en la que el segundo desempeñaba, entre otras labores, la de la confección del filial.
Y es que, formado en las categorías inferiores del conjunto manchego, Pérez debutó en Segunda B de la mano de Salvachúa el nueve de diciembre de 2013, con la mayoría de edad recién cumplida.
Aunque su sitio natural era el segundo equipo, el ahora técnico del Promesas le otorgó su confianza y participó en doce partidos antes del final del curso. Sin embargo, el salto definitivo se produjo en la campaña siguiente, en la que se convirtió en el duodécimo jugador con más minutos en un Deportivo que luchó por ascender a Segunda División precisamente contra el Almería, al que partiría la siguiente temporada.
El hecho de que acumulase más de cuarenta apariciones en la categoría de bronce con veinte años por cumplir lo convertían en un perfil interesante para cualquier club modesto de LFP, algo a lo que el conjunto andaluz no era ajeno. Así, el Almería lo firmó por tres años, el último, por contrato, vinculado al primer equipo, y que viene de rescindir.
Antes fue más o menos importante en el filial rojiblanco durante estas dos pasadas campañas; más en la segunda, en Tercera División, que en la anterior, la del descenso. Llega, en todo caso, habiendo acumulado más de sesenta entorchados en ese segundo equipo y después de hacer la pretemporada a las órdenes de Luis Miguel Ramis, quien, según dicen diferentes medios de comunicación andaluces, contaba con él; no así la dirección deportiva, que prefirió que saliera.
Un jugador necesario
A falta de saber qué sucederá con Anuar (que se encuentra en una situación un tanto similar a la que Pérez vivía en Los Juegos del Mediterráneo: sin sitio para progresar aunque con contrato), el Real Valladolid Promesas colma la necesidad de contar con un mediocentro, algo palpable desde los primeros compases de la pretemporada, en los que estuvieron Abel Conejo y Miguel Cisneros, hoy jugadores del Atlético Tordesillas.
Si esto ya era visible, se hizo más en Majadahonda, donde, ante la ausencia de Alvarado, Miguel Marí tuvo que actuar de ‘seis’ y Dani Vega lo hizo de ‘ocho’, siendo, como mínimo, un mediocentro de perfil ofensivo y un jugador de tres cuartos de campo. Si de perfiles se trata, puede decirse que es un volante mixto, completo, que en el pasado demostró presencia y tuvo protagonismo en la mitad del terreno de juego del rival con el propio Salvachúa, aunque no es descabellado pensar en él como volante tapón si Alvarado vuelve a faltar en otra ocasión, toda vez que es un medio más puro que Marí y Montenegro.
Sea como fuere, por su experiencia parece destinado a ser la prolongación del técnico en el campo, como lo fue Rai Marchán el año pasado para Rubén Albés, algo que cabe esperar más si cabe por el conocimiento que tienen el uno del otro. Del mismo modo, se parezca al hoy jugador celtiña más o menos, deberá ser quien equilibre, vista la fractura evidente en los partidos previos a su llegada.
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