Real Valladolid 1 - 0 Almería
Victoria épica
El conjunto de Mendilíbar sella media permanencia con un gol en el tiempo de descuento de Sesma
El descenso se aleja a cuatro puntos a falta de doce por disputarse
Paso al frente del Real Valladolid en su lucha por eludir el descenso. Jonathan Sesma ha hecho explotar el José Zorrilla -lleno hasta la bandera- con un gol que vale media permanencia en la máxima categoría del fútbol español.
El tanto, conseguido en el tiempo de descuento, aleja los fantasmas de la Segunda a cuatro puntos, cuando sólo restan doce por jugar. Esta distancia sería de cinco puntos de terminar así la liga, ya que el conjunto blanquivioleta tiene ganado el gol average al Zaragoza -equipo que ocupa la última plaza para el infierno-.
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El Real Valladolid va a estar una temporada más en la élite. Suena aventurado, incluso ofensivo para el resto de equipos que están en la lucha por eludir el descenso, pero lo cierto, es que, semana a semana, el club blanquivioleta da un pasito más para renovar su abono en la mal llamada Liga de las Estrellas.
Ante el Almería, no sólo han jugado los catorce que marca la tabla de alineaciones, sino que han jugado más de 21.000 almas que han animado, chillado, incluso llorado con el gol de Sesma.
Los pucelanos van a dar guerra una temporada más, sí, no lo duden. Y es que tanta iniciativa acertada por parte de los que están de puertas para adentro tiene que dar sus frutos. Merced a este trabajo, contra los rojiblancos los 14 protagonistas han disfrutado de un ambiente de gala amenizado por las gargantas de un público entregado y el estreno de un 'speaker' –o servicio de megafonía- que, como si de la NBA se tratase, ha subido los decibelios en los momentos claves del partido.
Con todo ello, el Valladolid sólo podía ganar. Daba igual que fuese en el minuto uno, que en el 40, que en el 92, como así ha ocurrido. Daba lo mismo que delante estuviese plantado un equipo como el almeriense en el que el bueno de Unay Emery demuestra, jornada tras jornada, que este deporte tiene algo de juego de mesa, en el que colocar las fichas, de una forma u otra, puede valer irse con la saca llena o con una mano detrás de otra.
Sin ideas
El estratega rojiblanco apostó por un medio del campo defensivo, imaginado para frenar las embestidas de un Valladolid que, presumiblemente, iba a salir a morder. Acertó el joven técnico almeriense y, durante los primeros 45 minutos, el conjunto mediterráneo tuvo a los locales donde querían, con un Álvaro Rubio desaparecido en combate y un Camacho que no tiene la calidad para tirar del carro.
Sin embargo, la insistencia blanquivioleta tuvo su premio contra pronóstico y en una de las pocas subidas de Marcos, el eterno capitán le robó la cartera a Bruno que sólo pudo frenar al mejor jugador del partido con una falta que significó la pena máxima.
La grada se levantó para poder ver de cerca el gol que podía a sellar media permanencia, sin embargo, en esta ocasión los dedos cruzados y los rezos a San Pucelo no dieron resultado y Víctor tiró lo que, posiblemente, haya sido el peor penalti de la historia –un disparo raso, a dos por hora, en el que Diego Alves se pudo marchar a tomar un café y regresar para detenerlo-.
A un paso de la locura
El fallo pasó de convertirse en gol psicológico a locura colectiva y el conjunto que aspira meterse en la Copa de la Uefa por su juego limpio, acumuló tarjetas fruto de la desesperación. Con este panorama lo mejor que le podía pasar al Valladolid era la llegada del descanso.
Tras el intermedio los ánimos se calmaron, por lo menos en lo que a los actores se refiere, porque en la grada alguno se quedaba sin uñas al saber que Recreativo, Valencia y Getafe sumaban en sus respectivos encuentros.
El conjunto de Mendilíbar retomó la cordura y se avalanzó hacia la portería andaluza. Sesma, Llorente y Víctor estuvieron a punto de hacer diana, pero la puntería pucelana no estaba calibrada entre los tres palos. Precisamente, el media punto extremeño pidió la absolución de la parroquia con un libre directo que besó el posted derecho de Alves.
El Almería no se amedrantó y el recién incorporado Crusat, veloz como una bala, tuvo dos ocasiones para haber cambiado la historia del partido, pero un Asenjo atrevido y bien colocado evitó el desastre.
El Valladolid lo siguió intentado y el carrusel de cambios de ambos conjuntos benefició al equipo local que con Ogbeche asustó a la zaga rojiblanca. Ahora sí, el Almería daba un paso para atrás y eran los blanquivioletas los que metían la quinta en busca de tres puntos vitales de cara a la clasificación final.
Entonces llegó, con el tiempo cumplido y con parte de los 21.000 desfilando hacia sus hogares surgió la zurda de Jonathan Sesma para enganchar al Valladolid al Ave de la Primera División y desterrar a los fantasmas al vagón del Regional Express con destino a la Segunda.
La locura se desató. Algunos incluso desanduvieron el camino para regresar a sus localidades y al grito de «Pucela, Pucela», despedir a unos jugadores que, serán mejores o peores, pero que lo dan todo por un club que merece una temporada más en el escaparate de la 'Premier' española.
FICHA DEL PARTIDO
Real Valladolid: Sergio Asenjo; Cifu, Baraja, García Calvo, Marcos; Álvaro Rubio, Víctor (Ogbeche, 75’), Sesma, Diego Camacho, Sisi (Capdevilla, 83’) y Llorente (Borja, 92').
Almería: Diego Alves; Bruno, Felipe Melo, Negredo, Cisma (Crusat, 52’), Pulido, Juanma Ortiz, Carlos García, Mané, Soriano (Iriney, 73’) y Juanito (Corona, 62’).
Goles: 1-0, (90’): Sesma bate al meta del Almería con un potente zurdazo desde fuera del área.
Árbitro: Ayza Gámez del colegio valenciarno. Mostró tarjeta amarilla a Cisma, Crusat y Soriano por el Almería; y a Baraja, Diego Camacho y a Sisi por el Valladolid.
Incidencias: Encuentro correspondiente a la trigésimo cuarta jornada de la Primera División, disputado en el José Zorrilla (Valladolid) ante unos 21.000 aficionados.
MVP del partido: Marcos (Real Valladolid).
Crónica de J.J.Lopez