Una de las mayores demostraciones de cobardía futbolística que he visto en mi vida, vaya cagalera que nos ha entrado con el 3-1, increíble, con dos goles de ventaja y menudo tembleque de piernas a todos. Especialmente destacable lo de los medios centros, uno por malo y otro por cagón y pusilánime, han dado tropecientas patadas al aire, incapaces de despejar el balón limpio, manda narices. Ha llegado un momento que la linea defensiva estaba casi en la tercera fila del fondo, que manera de recular y embotellarse a uno mismo. No me explico como alguien no ha dado una voz para espabilar a todos y sacar el culo de debajo de nuestra portería, que enfrente estaba el Tenerife cojones, no el Benfica de Eusebio.
Si algo ha quedado claro hoy es que ambos equipos seremos candidatos al descenso desde luego, menuda catarata de errores tanto individuales como colectivos que se han soltado. Luego está lo del entrenador del Tenerife, que yendo perdiendo se pone a hacer cambios ofensivos, menudo transtornado, Mendilibar debía estar riendose por sus adentros. Mucho mejor ese Manucho-Haris casi en el descuento, donde se ha demostrado con total rotundidad lo que ha dicho nuestro mister en la rueda de prensa: A los jugadores les falta carácter. El primero al bosnio, porque si soy yo le digo que ahora entre su tía al campo a arreglar el desaguisado.
Mención aparte está lo de Diego Costa, al que ya hasta le veo capaz de dejarnos en primera, qué monstruo.