El Real Valladolid afronta este miércoles, a partir de las 20 horas, su segunda prueba de fuego dentro de una semana decisiva para poner el objetivo de la salvación a tiro de piedra o a tiro de milagro. De momento, la victoria del pasado sábado ante el Deportivo ha sido balsámica para insuflar en Valladolid una dosis de moral considerable. En la ciudad la ilusión ha corrido como la pólvora, sensación lógica después de estar tres meses sin ganar un partido; en el vestuario se quiere ser prudente y se es consciente de que el triunfo en Riazor debe ser validado en Zorrilla con una victoria ante el Espanyol. Después, tiempo habrá para pensar en Jerez.
Para el partido ante el Espanyol sólo hay dos novedades en la convocatoria: entran Nivaldo y Font y se caen Luis Prieto y Nauzet, que no han superado sendas sobrecargas musculares y se unen a los ya lesionados Lázaro, Sisi, Álvaro Rubio, Baraja y Sesma. Se quedan fuera por decisión técnica Barragán y el portero Jacobo, ya en la ultimísima recta final para ponerse al mismo nivel físico que sus compañeros.
Luis Prieto presenta una sobrecarga en el aductor derecho y Nauzet en el recto anterior, también en su pierna derecha. Su objetivo ahora es recuperarse para jugar el domingo ante el Xerez. Lázaro no ha superado sus molestias en la rodilla derecha y su situación, por la zona y porque estamos en la recta final de la Liga, preocupa mucho al servicio médico, que también se está empleando a fondo para intentar que Álvaro Rubio se recupere para ayudar al equipo en los últimos partidos.
De esta forma, la lista de 18 jugadores convocados quedó integrada por Justo Villar, Fabricio, Pedro López, Nivaldo, Arzo, Sereno, Marcos, Del Horno, Pelé, Borja, Medunjanin, Keko, Bueno, Marquitos, Héctor Font, Canobbio, Manucho y Diego Costa.
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