Yo creo que esta temporada ha dejado en evidencia a Suárez más que nunca. Las victorias pueden calmar las aguas de la superficie, pero hay un poso demasiado viscoso como para que se diluya fácilmente. Errores, improvisaciones, huidas hacia adelante... esto es un sindiós. Sólo el ascenso puede darle otra oportunidad. Si en mayo estamos fuera de la pomada, Suárez no tendrá nada a lo que agarrarse, es su única apuesta y se le acaban los descartes.