VI Naciones y un solo objetivo
Arranca un nuevo año, las ilusiones se renuevan y el momento de prueba y error es ahora o nunca. La RWC está cada vez más cerca, comenzó la cuenta regresiva y los equipos del hemisferio norte querrán pisar fuerte en el sur. Y para prepararse, ¿qué mejor que un torneo con una gran historia y de primer nivel?
El campeón defensor es Francia, siempre un candidato a quedarse con el título. Pero el conjunto dirigido por Marc Lievremont deberá trabajar mucho para dar vuelta la cara respecto de las últimas ventanas de junio y noviembre, donde ni los resultados ni los rendimientos acompañaron la coronación obtenida en la última edición del torneo más importante del viejo continente.
En su última presentación, los franceses recibieron una lección de rugby por parte de Australia en el Stade de France y querrán capitalizar esa derrota para salir adelante y volver a plantar un equipo sólido y desequilibrante. Como capitán estará Thierry Dusautoir, encargado de encaminar el talento de Morgan Parra, Francois Trinh Duc y Aurélien Rougerie, entre otros.
Irlanda, por su parte, querrá repetir lo obtenido en el 2009 y la imagen que dejó a fines del año pasado fue positiva. A los All Blacks les costó más de la cuenta doblegar en el primer tiempo a los de verde, que también estuvieron muy cerca de vencer a los Springboks y que dejaron en evidencia las debilidades argentinas en el último partido de la gira.
La carta ganadora de los irlandeses es su líder, Brian O'Driscoll, ensayador histórico del campeonato con 22 ensayos en su haber. Además, Ronan O'Gara se situa segundo en la tabla de goleadores con 527 puntos y su efectividad y experiencia podrían ser fundamentales en los momentos difíciles, aunque Jonathan Sexton sería el diez titular.
Inglaterra no la pasó bien en la edición 2010, pero Martin Johnson sacó el equipo adelante y terminó el año jugando en un mejor nivel e ilusionando a los seguidores con un próspero 2011 en Nueva Zelanda. Por eso, pese a los resultados irregulares en noviembre -victorias ante Australia y Samoa y derrotas con Nueva Zelanda y Sudáfrica- la Rosa asoma como uno de los equipos a tener en cuenta.
La novedad más importante es la vuelta al equipo de Jonny Wilkinson -goleador histórico del Seis Naciones con 529 tantos- tras haberse perdido la última convocatoria por lesión. Por la ausencia de Lewis Moody para el debut en Cardiff, el elenco será capitaneado por Mike Tindall.
Gales sabe que tiene material para hacerle frente a los grandes animadores, pero deberá estar bien atento desde el arranque del torneo y no esperar a ser golpeado para sacar a flote su orgullo. Los antecedentes inmediatos del Dragón no son los mejores, con derrotas ante los tres grandes del hemisferio sur y un empate con Fiji, pero nadie podrá confiarse ante el 15 de Warren Gatland y mucho menos en el Millennium.
La presencia del imprevisible Shane Williams es un aliciente que ilusiona, aunque habrá que ver si está en su plenitud después de llegar al torneo con lo justo por una luxación en el hombro izquierdo. Quien no fue convocado pese a sus reiteradas declaraciones en su vuelta a la actividad fue Gavin Henson.
Escocia ha logrado conformar un equipo compacto, paciente y efectivo que puede complicar a cualquiera que se le pare del otro lado. Ya lo demostró dos veces en la Argentina frente a los Pumas el año pasado y esos mismos argumentos llevaron al Cardo a conseguir un triunfo importantísimo frente a los Springboks, en Murrayfield, y a terminar en buena forma doblegando a Samoa.
El incansable y constante trabajo del pack de delanterios, la puntería de Dan Parks y Chris Paterson y las sólidas tareas defensivas hacen de los escoceses un conjunto a respetar, aunque el déficit está en los momentos de desconcentración y la falta de ideas en los metros finales.
Es Italia quien carga con la mochila de haber quedado en el fondo de la tabla en las últimas tres ediciones del Seis Naciones. El sudafricano Nick Mallett, que dejará el cargo luego de la Copa del Mundo, sigue sin encontrarle la vuelta a su equipo, pero tiene una oportunidad más antes de cerrar su etapa en Italia para llevar a la Azzurra a otro nivel.
http://www.rugbyweb.es/
Arranca un nuevo año, las ilusiones se renuevan y el momento de prueba y error es ahora o nunca. La RWC está cada vez más cerca, comenzó la cuenta regresiva y los equipos del hemisferio norte querrán pisar fuerte en el sur. Y para prepararse, ¿qué mejor que un torneo con una gran historia y de primer nivel?
El campeón defensor es Francia, siempre un candidato a quedarse con el título. Pero el conjunto dirigido por Marc Lievremont deberá trabajar mucho para dar vuelta la cara respecto de las últimas ventanas de junio y noviembre, donde ni los resultados ni los rendimientos acompañaron la coronación obtenida en la última edición del torneo más importante del viejo continente.
En su última presentación, los franceses recibieron una lección de rugby por parte de Australia en el Stade de France y querrán capitalizar esa derrota para salir adelante y volver a plantar un equipo sólido y desequilibrante. Como capitán estará Thierry Dusautoir, encargado de encaminar el talento de Morgan Parra, Francois Trinh Duc y Aurélien Rougerie, entre otros.
Irlanda, por su parte, querrá repetir lo obtenido en el 2009 y la imagen que dejó a fines del año pasado fue positiva. A los All Blacks les costó más de la cuenta doblegar en el primer tiempo a los de verde, que también estuvieron muy cerca de vencer a los Springboks y que dejaron en evidencia las debilidades argentinas en el último partido de la gira.
La carta ganadora de los irlandeses es su líder, Brian O'Driscoll, ensayador histórico del campeonato con 22 ensayos en su haber. Además, Ronan O'Gara se situa segundo en la tabla de goleadores con 527 puntos y su efectividad y experiencia podrían ser fundamentales en los momentos difíciles, aunque Jonathan Sexton sería el diez titular.
Inglaterra no la pasó bien en la edición 2010, pero Martin Johnson sacó el equipo adelante y terminó el año jugando en un mejor nivel e ilusionando a los seguidores con un próspero 2011 en Nueva Zelanda. Por eso, pese a los resultados irregulares en noviembre -victorias ante Australia y Samoa y derrotas con Nueva Zelanda y Sudáfrica- la Rosa asoma como uno de los equipos a tener en cuenta.
La novedad más importante es la vuelta al equipo de Jonny Wilkinson -goleador histórico del Seis Naciones con 529 tantos- tras haberse perdido la última convocatoria por lesión. Por la ausencia de Lewis Moody para el debut en Cardiff, el elenco será capitaneado por Mike Tindall.
Gales sabe que tiene material para hacerle frente a los grandes animadores, pero deberá estar bien atento desde el arranque del torneo y no esperar a ser golpeado para sacar a flote su orgullo. Los antecedentes inmediatos del Dragón no son los mejores, con derrotas ante los tres grandes del hemisferio sur y un empate con Fiji, pero nadie podrá confiarse ante el 15 de Warren Gatland y mucho menos en el Millennium.
La presencia del imprevisible Shane Williams es un aliciente que ilusiona, aunque habrá que ver si está en su plenitud después de llegar al torneo con lo justo por una luxación en el hombro izquierdo. Quien no fue convocado pese a sus reiteradas declaraciones en su vuelta a la actividad fue Gavin Henson.
Escocia ha logrado conformar un equipo compacto, paciente y efectivo que puede complicar a cualquiera que se le pare del otro lado. Ya lo demostró dos veces en la Argentina frente a los Pumas el año pasado y esos mismos argumentos llevaron al Cardo a conseguir un triunfo importantísimo frente a los Springboks, en Murrayfield, y a terminar en buena forma doblegando a Samoa.
El incansable y constante trabajo del pack de delanterios, la puntería de Dan Parks y Chris Paterson y las sólidas tareas defensivas hacen de los escoceses un conjunto a respetar, aunque el déficit está en los momentos de desconcentración y la falta de ideas en los metros finales.
Es Italia quien carga con la mochila de haber quedado en el fondo de la tabla en las últimas tres ediciones del Seis Naciones. El sudafricano Nick Mallett, que dejará el cargo luego de la Copa del Mundo, sigue sin encontrarle la vuelta a su equipo, pero tiene una oportunidad más antes de cerrar su etapa en Italia para llevar a la Azzurra a otro nivel.
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