Por un lado, creo que la II República no fue exactamente "un desastre", sino un producto de su tiempo. Se enmarcó en un contexto socio-político convulso y con muchas contradicciones.
Dentro de un orden semi-feudal y caciquil, con poca industrialización y mucho campesinado, un alto índice de analfabetización y tras un período (uno más) de represión sangrienta, la II República fue recibida entre al alborozo de trabajadores, clases medias progresistas y artistas e intelectuales (en éste aspecto el mundo entero miraba a España, a su literatura, su música, su pintura, su cine, incluso su ciencia) que la concibieron como un soplo de libertad de corte platónico. También con el recelo de buena parte del campesinado y de la mujer como colectivo. Y sobre todo, por el rechazo abierto de los sectores más reaccionarios de la clase política, aristocracia e Iglesia.
Los problemas fueron múltiples y muy de su época. Desde los intentos desestabilizadores de la extrema izquierda al mismísimo boicot de la derecha a las libertades y a los principios democráticos. Aun así, se construyeron más escuelas que en toda la historia de España hasta ese momento, los índices de alfabetización descendieron de forma significativa y se instauró el sufragio universal, entre otros logros.
¿Quién comenzó la desestabilización y aprovechó la polarización del régimen con fines propios? Cada uno dirá lo que crea, yo lo tengo muy claro. Basta con leer a historiadores creíbles de ambos bandos y recelar de los "neo-historiadores" empeñados en cambiar nuestra narrativa histórica a base de oscurantistas paranoias y que tanto daño están haciendo en tanta cabecita hoy en día. En cualquier caso, nada justificaba un golpe de estado ilegal que comenzó el 17 de julio de 1936 con tiros en la nuca a los generales leales a la República y a la democracia.
¿Estábamos preparados para la democracia real? No. ¿Quién lo estaba? Las democracias históricas europeas se diferenciaban de la nuestra fundamentalmente en su industrialización y en lo que ello conlleva, pero también nos sacaban 50 años de ventaja en estrategias de propaganda. ¿Estamos ahora preparados? No. ¿Entonces qué hacemos?
Estoy de acuerdo con burgundio en lo esencial de sus mensajes. Hay muy poquita diferencia entre una monarquía parlamentaria y una república convencional. Y, en efecto, concebir la III República con los valores de la Segunda es un error que le da alas a la Monarquía. Ahora, dos cosas a diferenciar:
- Una nueva República debe ser integradora y debe ser reivindicada por una derecha democrática (lo siento, los sectores "revisionistas" -no sé sin son minoría o mayoría- del PP nunca estarán por la labor) y por una izquierda que debe abandonar el concepto republicano como algo "propio".
- La profundización en la democracia. Esa es otra tarea, quizá la principal. Yo creo que serán los movimientos ciudadanos, por delante de las instituciones y de los partidos políticos, los que acabarán por pedir cuentas a los que se benefician de esta farsa, a sus títeres y a los represores en los que se apoyan (éstos últimos, colectivos de corte neofascista). Y dentro de esta coyuntura va ligada indisolublemente (va por ti, Juancar
) la abolición de la Monarquía y el derecho de todo ciudadano a elegir a su Jefe de Estado.